Todas estas imágenes pertenecen al día 13 de marzo de 2011 (domingo), en el tercer día tras la tragedia del terremoto y tsunami ocurridos en Japón.
Estas personas fueron trasladadas desde un hospital cercano al área de evacuación de la Central Nuclear de Fukushima, hasta un refugio en Koriyama.
Vista aérea de la devastación causada en la ciudad de Onagawa.
Bomberos evacuando a los supervivientes en la ciudad de Natori.
En Ofunato se permitió a la gente usar teléfonos de emergencia.
Estremecedora imagen de una víctima en las escaleras de su casa en Sendai.
Un hombre de 60 años, Hiromitsu Shinkawa, apareció flotando a la deriva a 15 kilómetros de la costa.
Salvando las posesiones de entre los escombros en Rikuzentakata.
Señal de socorro SOS escrita en el campo deportivo de un instituto en Minamisanriku.
Mujer contemplando la devastación provocada por el tsunami en Ishinomaki, prefectura de Miyagi.
Barcos y casas derribados entre más escombros flotando en el mar de Kesennuma, prefectura de Miyagi.
Un hombre llora tras contemplar una tabla con los nombres de otros supervivientes en un refugio de Rikuzentakata, en la prefectura de Iwate.
Hombre circulando en bicicleta a través de la devastación que ha dejado el tsunami a su paso por Rikuzentakata.
Un policía reza ante una víctima del tsunami encontrada entre los escombros en Sendai.
Un equipo de las Fuerzas de Autodefensa de Japón traslada a varios supervivientes a un lugar seguro en la ciudad de Minamisanriku, prefectura de Miyagi. Este tercer día, la Agencia Meteorológica de Japón aumentó la magnitud del seísmo a 9.0, aunque en un principio se catalogó como 8.8.
Un carguero apareció montado en el puerto tras el tsunami en Kamaishi, prefectura de Iwate.
Personas formando una cola para recibir suministro de agua potable en el patio de una escuela de Sendai.
Una paciente es evacuada de un hospital destruido en la ciudad de Otsuchi, prefectura de Iwate.
Trasladando víveres a través de la maraña de coches arrastrados a las afueras de una tienda en Tagajo, prefectura de Miyagi.
Vehículo encima de la parte superior de un edificio de tres plantas en Minamisanriku, prefectura de Miyagi.
Un hombre sostiene a su perro mientras escanean sus niveles de radiación en Koriyama, prefectura de Fukushima.
Una persona, que se cree que ha sido contaminada por la radiación, es trasladada en una bolsa blanca al centro de tratamiento radiactivo en Nihonmatsu, prefectura de Fukushima.
Equipos de rescate buscando víctimas entre los escombros de Rikuzentakata.
Estanterías vacías en una tienda de Fukushima debido al pánico por el desastre acontecido dos días antes, que provocó un acopio desmesurado entre los habitantes.
Interior de un coche destrozado por el tsunami y los escombros en Rikuzentakata.
Fotografía familiar en mitad del desastre ocurrido en Rikuzentakata.
Supervivientes llorando mientras se consuelan tras leer las tablas con los nombres de supervivientes en un refugio de Rikuzentakata.
Barco de pesca arrastrado por el tsunami en Hachinohe.
Superviviente llorando en un refugio de Rikuzentakata.
Un residente de la ciudad de Iwaki (prefectura de Fukushima), comienza la limpieza de los escombros arrastrados por el tsunami.
El australiano John Wraight duerme junto a su mujer Susan Biggar en el aeropuerto internacional de Haneda, a las afueras de Tokio. Ambos se encontraban en el mercado de Tsukiji cuando les sorprendió el terremoto de escala 9.0.
Mujeres contemplando los estragos causados por el tsunami en la ciudad de Minamisoma, prefectura de Fukushima.
Que susto de verdad… Pfff que mal me da un mal rollo ver las imágenes, cualquier día nos puede tocar a cualquiera, es una pena que la tierra esté en continuo movimiento, pero la culpa la tenemos nosotros por edificar tan cerca del mar. Tendríamos que edificar a cientos de kilometros de la playa y dejar tranquilo al mar, de está forma no hubiera llegado el Tsunami tan cerca de las casas y no hubiera sido tan desastroso…
Se me ponen los pelos de punta tanto como el año pasado al ver estas imagenes. Fue un verdadero desastre.
Me impresiona temerndo desastre. Pero me asombra me1s la calma, la organizacif3n, la no desesperacif3n. En ellos predomina la calma y no el miedo. Actuan con una serenidad, que ojala muchos pueblos del mundo puedan imitar ante una situacif3n similar o mucho me1s leve. Es un pueblo muy fuerte. Se recupera muy pronto. Que Dios los bendiga.
pobres que miedo pero dios los bendiga espero que ya esten bien pero tanbien le doy gracias a dios que no paso eso en mexico pobres de los que sus familiares muriron estoy viendo imagenes y lo bueno que ya esta todo en paz pero que miedo que se paz que en un segundo tu vida puede terminar como quisiera ayudarlos en ese momento donde viviran los que perdieron sus casas que haran ellos a lo mejor ellos ya tienen donde vivir