El gel con que nos untan la piel antes de realizar ecografías suele dejarnos una sensación fría cuando absorbe el calor de la piel, lo que resulta un poco desagradable. Dicho gel está elaborado a base de carbopol y agua. El agua representa más de un 90% de su composición, por lo que no deja prácticamente residuos, mientras que el carbopol es una mezcla de resinas solubles que posee excelentes propiedades de suspensión, espesamiento y se emplea en la elaboración de geles. Pero, ¿por qué nos extienden este gel en la piel durante las revisiones médicas?
Pues para dos cosas. Una, la más deducible, que el gel a base de agua tiene la función de facilitar el movimiento de la sonda manual por la superficie de la piel; y segunda, que este gel evita que haya aire entre la sonda transductora y la piel, transmitiendo las ondas de sonido de manera más eficiente. El gel posee una impedancia muy parecida a la del tejido humano, y evita que los ultrasonidos reboten y sean absorbidos de golpe cuando cruzan la barrera «aire-piel».
Las ondas ultrasónicas, inaudibles para el ser humano, rebotan en los tejidos corporales y devuelven un eco que forma las imágenes en el ecógrafo. El sonido se propaga de una manera más rápida en los elementos óseos, y más lentamente en el aire, por lo que examinando las diferentes velocidades de respuesta, se determina qué es cada elemento: tejido, hueso, etc.
Esta clase de inspección no es dañina para el ser humano, ya que no posee radiación ionizante, así que se usa frecuentemente en la inspección ginecológica para observar el desarrollo del feto.
Que bien explicado, siempre me he preguntado el por qué nos ponían ese gel, cuando me hicieron la eco para saber si tenía apendicitis me dio un asco que ni te imaginas…
Lo que no sabía es que evita lo del aire.
Y es verdad que no gusta nada el gel.