Este mito está muy extendido y siempre se pone de ejemplo para ensalzar las propiedades de la zanahoria, diciendo que evita que los conejos sufran de ceguera en toda su vida por comer dicho vegetal. Esta misma razón es la que se le da a los niños que apartan la zanahoria en sus platos, por aquello de «cómela o tendrás que utilizar gafas».
Las zanahorias no son tan infalibles para la vista como se ha popularizado. La historia de esta exageración nació durante la Segunda Guerra Mundial, a raíz de que el ministro de aviación británico extendió el rumor de que las verduras ayudaban a que sus hombres pudiesen descubrir mucho mejor a los bombarderos nazis durante las operaciones nocturnas. Esta patraña se difundió para ocultar la verdadera razón del éxito de los ingleses, que consistía en el desarrollo y uso de radares de interceptación aérea, denominados AI (Airborne Interception). Estos permitían a los ingleses descubrir a los bombarderos enemigos antes de que alcanzasen el canal de la Mancha.
El servicio de inteligencia británico no quería que los alemanes tuvieran conocimiento de esta tecnología, con el fin de proteger la nación, por lo que extendieron un rumor que justificase el incremento de los bombarderos nazis abatidos. Comenzaron a surgir historias en la prensa británica sobre las personas que constituían las defensas de la nación, como el teniente John Cunningham, un piloto de la Real Fuerza Aérea (RAF) al que apodaban «Ojos de Gato», debido a su extraordinaria visión que le permitía localizar a sus objetivos en la oscuridad.
John Cunningham, Ojos de gato (Cat’s Eyes)
Las habilidades de Cunningham se atribuyeron a su debilidad por las zanahorias. Más tarde otras historias comenzaron a asegurar que los pilotos aéreos se alimentaban de esta hortaliza para adoptar habilidades similares. Estos bulos calaron pronto en la población civil, que empezó a consumir zanahorias porque les mejoraba la vista durante los apagones y les servía para disponer de una vista de lince. La historia se fue diluyendo en el tiempo hasta llegar a nuestros días modificada, asegurando que las zanahorias impiden la ceguera, o evitan que los conejos se queden ciegos porque son grandes consumidores de estos tubérculos.
Pero aunque no llegan a tal grado de milagro ocular, las zanahorias son ricas en beta-caroteno natural (compuesto por dos moléculas de vitamina A), que se metaboliza en vitamina A en las mucosas del intestino delgado y se almacena en el hígado como ésteres de retinol (otro nombre para la vitamina A).
El retinol es un componente esencial en la transmisión de las señales nerviosas generadas por los fotones de luz que inciden en las células denominadas bastones y conos que están en la retina. Estas células envían señales a través del nervio óptico y una compleja red nerviosa para crear la imagen visual. El retinol también está relacionada con la formación de las células de la retina (de ahí deriva su nombre), por lo que sí favorece la vista.
Cuando nos falta vitamina A, sufrimos especialmente en nuestra visión nocturna o en condiciones donde la luz es tenue. Así que podemos desarrollar ceguera nocturna, ya que al ojo le costará adaptarse a ver en la oscuridad, y en casos extremos, se puede convertir en ceguera total. Para evitar otras patologías del ojo, dicha vitamina también es muy importante, pues evita la miopía, hipermetropía, astigmatismo, glaucoma, degeneración macular o cataratas, y hasta ayuda a superar infecciones bacterianas como la conjuntivitis.
Para aquellos que sufren nictalopía, una enfermedad que impide una visión correcta en presencia de poca luz debido a una deficiencia de vitamina A, se recomienda añadir zanahorias en su dieta para evitar la falta de dicha vitamina. Por otra parte, una sobredosis de zanahorias podría ser una mala idea, ya que un aporte de vitamina A excesivo puede ser tóxico, y en casos extremos, provocar la muerte. Otro efecto de la ingesta excesiva de beta-caroteno es la carotenosis, una condición en la que la piel se vuelve amarillenta o anaranjada
Ya hace siglos se conocían los beneficios que aportaba la zanahoria a nuestra vista, la cual se refuerza y agudiza consumiendo esta hortaliza. Algunos autores romanos y griegos como Plinio y Columela ensalzaron sus propiedades, y Dioscórides aclamó su eficacia en su tratado De Materia Médica.
Respecto a la pregunta del anunciado del artículo, en realidad los conejos no prefieren las zanahorias de un modo tan exagerado, ya que en libertad escogen de entre una gran variedad de vegetales. Precisamente la parte que más gusta a los conejos de las zanahorias es el tallo, y puede que rechacen la parte anaranjada porque no es de su gusto. Posiblemente la imagen de los conejos amantes de las zanahorias se deba al personaje de Bugs Bunny, al cual se le atribuyó esta costumbre por azar.
Las zanahorias no son tan saludables para los conejos como se piensa, ya que contienen un alto contenido en azúcar que les puede ocasionar diabetes, obesidad o gases. También puede alterar el balance de la flora bacteriana en los intestinos, creando desórdenes gástricos con riesgo de muerte. Los alimentos dulces también anulan el apetito del conejo por el heno, que para ellos es un regulador gástrico por su alto contenido en fibra.
La visión de los conejos tampoco es extraordinaria, ya que de hecho, son miopes y tienen un «punto ciego» en la vista frente a ellos, ya que sus ojos están preparados para mirar a los lados (disparidad binocular) con el fin de detectar depredadores. Los conejos tienen en sus retinas mayor proporción de bastones que conos respecto a los humanos, así que aunque pueden ver en peores condiciones lumínicas, la imagen formada en esas situaciones tiene peor resolución que la que podemos apreciar los humanos con una luz aceptable, ya que nuestra retina de primate dispone de mayor cantidad de conos.
Mientras lees este texto, tu vista enfoca las letras con una pequeña parte de la retina denominada fóvea, que es una pequeña depresión de la retina en forma de cono con una abundante cantidad de células fotorreceptoras de conos. Los conejos, aunque también tienen secciones de la retina con mayor cantidad de conos que bastones, no tiene esa área central en forma de depresión, y tampoco contiene la misma densidad de conos que la fóvea humana. De este modo, en esa parte central, la imagen que perciba el conejo será más granulosa, comparada con la formada por nuestra fóvea. Para complementar su visión, emplean el olfato y el oído de manera eficiente.
Finalmente, los conejos también pueden sufrir de ceguera, ya que como muchos animales, padecen de glaucoma, cataratas o desprendimientos de retina.
Ya decía yo, desde pequeña he comido muchas zanahorias, casi todos los días una por lo menos, me gustan mucho crudas a media mañana y de la vista estoy regular.
Qué gracia con la historia de la segunda guerra mundial. No la había escuchado nunca.
Pues nada, comeremos zanahoria para que no nos falte vitamina A.
Graciaspor toda la informacion publicada. Solo le quiero preguntar cual es la referencia de la Imagen en donde esta la descripcion de las caracteristicas del ojo hasta llegar a los conos y bastones.
de antemano, muchas gracias