Una broma muy conseguida, donde veremos cómo ponen relojes de arena en las mesas de los clientes de un restaurante. Cuando la arena del reloj se acaba… ¡hala, a la calle…!
Para dar más realismo, utilizan unos ganchos a los que previamente echan a la calle, para que los demás entiendan de qué iba lo del reloj de arena.
Y hasta aquí puedo leer…
Jajaj que bueno, anda que… jeje. la verdad es que es una broma muy divertida xD
Jaja, que risa ver las caras de algunos tan enfadados, y la de otros lo rápido que comen.