Entre los siglos XVII y XIX, emergió una práctica donde se solían forrar algunos libros y publicaciones con piel humana. Aunque era una usanza rara y sorprendente, era algo más habitual de lo que se piensa, pues podemos comprobar como ciertas librerías de Boston y Harvard, atesoran estas colecciones de libros e incluso esqueletos enteros en sus almacenes.
A este método para forrar y cubrir libros con piel humana, se le denomina bibliología antropodérmica, en la que muy bien podría estar especializado “Buffalo Bill” de “El silencio de los corderos”.
Si nos transportamos a tiempos pasados, podemos observar como los asirios exponían la piel de sus enemigos apresados en las paredes de las ciudades, o en la Edad Media aparecieron los primeros ejemplares de libros forrados con dermis humana, como alguna copia de la Biblia en el siglo XIII. En esa época, se puso en boga la preservación de partes del cuerpo de personas muertas.
En la Biblioteca del Colegio de Físicos de Filadelfia, podemos hallar 4 libros con dicha particularidad, donde uno de ellos muestra incluso un tatuaje. De esta manera, podemos imaginar que en todo el mundo deben existir cientos de libros forrados con piel humana.
Existe un libro de anatomía cubierto de esta piel insólita en la librería John Hay de la Universidad de Brown, en Providence, Estados Unidos. El libro se titula «De Humanis Corporis Fabrica» (En la fábrica del cuerpo humano), que fue publicado en 1568 por el cirujano belga Andrés Vesalio. Así mismo, se pueden ojear dos ediciones del libro “The Dance of Death”(La Danza de la Muerte), donde se relatan historias y moralejas de la Edad Media. Estos libros se editaron en el siglo XIX.
Sam Streit, con el libro “Danza de muerte” y otras encuadernaciones en piel humana
Otro lugar donde puede encontrarse un libro encuadernado con la piel de un minero es en el Museo de Bohemia Occidental, en la República Checa, donde hay una publicación de la «Odisea» de Homero fechada en 1930.
En la Universidad de Harvard, podemos ver dos ejemplares en los archivos de la Escuela de Medicina, así como en la biblioteca de libros peculiares de Houghton. También podemos ver un libro legislativo de leyes escrito en español titulado «Practicarum quaestionum circa leges regias Hispaniae» y lo podemos encontrar en la biblioteca de la Escuela de Derecho de Langdell, Cambridge, Estados Unidos. En su última página se puede leer:
“Las tapas de este libro, son todo lo que queda de mi amigo Jonas Wright, quien fue despellejado vivo por los Wavuma el día 4 de Agosto de 1632. El libro pertenecíó a Jonas, y se me entregó junto a su piel por el Rey Btesa para que lo encuadernara. Descanse en paz”. Los Wavuma eran una tribu de África que habitaban en el país que actualmente se conoce como Zimbabue.
El conservador David Ferris reafirmó que el libro estaba forrado con piel humana y en 1992 se realizó un análisis comparativo de ADN, pero éste había desaparecido debido a la técnica del curtido.
Este libro posee un tacto duro y porta un sello de la librería Harvard impreso en él, debido a que pertenece a esta librería desde 1946, cuando fue entregado por un librero de Nueva Orleans. Si se quiere consultar el libro, se debe hacer una solicitud para una investigación que sea razonable, donde debemos rellenar unos papeles. El libro está guardado en el almacén.
En plena Revolución Francesa, ciertos defensores aprovecharon la piel de las personas ejecutadas para forrar libros. Existen ejemplares de “La Constitución Francesa” y “Los Derechos Del Hombre”, fechados en 1793, que poseen este macabro forraje. A partir de la Revolución Francesa, la técnica de la bilbiografía antropodérmica se usó con fines propagandísticos, como en la Guerra de Secesión o la Primera y Segunda Guerra Mundial.
El libro que se puede ver bajo este párrafo, se halló de forma casual cuando se perseguía a un ladrón. Tiene una antigüedad de 200 años y es un tomo de rezos en francés, así que posiblemente también pertenezca al conjunto de libros curtidos con piel humana de la Revolución Francesa.
A principios del siglo XIX, se le dio una visión romántica a esta clase de libros forrados en piel y pronto se transformó en una moda elitista de la alta sociedad. Varios libros de anatomía poseían dicha singularidad, debido a que los doctores o alumnos de medicina que los redactaban, sacaban el “material” de los cuerpos que diseccionaban.
Otra práctica que también se empleaba, era usar la piel de los criminales que morían. Como ejemplo, podemos observar una copia del Diccionario Samuel Johnson’s, que estaba curtido con la piel del delincuente James Johnson, que fue ejecutado en la soga en Norwich, Reino Unido, en 1818.
Otro caso similar se puede hallar en la galería Bury Saint Edmunds, localizada en las tierras británicas de Suffolk. Allí se conservan unos registros sobre el curso legal contra William Corder, los cuales están curtidos con el mismo pellejo del procesado.
Ejemplar del proceso legal contra William Corder, forrado en su propia piel.
Existen hasta casos inusitados, donde el mismo escritor de un libro, encuaderna la publicación con su propio pellejo, como ocurrió con las hazañas y aventuras narradas por el bandolero George Walton en su ejemplar “The Highwayman: Narrative of the Life of James Allen alias George Walton”, que estaba forrado con su propia piel. En el libro puede leerse una inscripción que dice “HIC LIBER WALTONIS CUTE COMPACTUS EST” (El libro de Walton recubierto en su propia piel).
Esta fue una de las voluntades expresadas en el testamento de George Walton, así como que el tomo fuese entregado a John A. Fenno, un individuo al que George trató de asaltar en vida. Parece que George quedó asombrado ante la valentía de Fenno por resistirse a ser atracado aun estando herido. Una vez muerto George, el ejemplar fue legado a Fenno, quien pasó el libro a sus sucesores, hasta que estos lo donaron a la librería Boston Athenaeum, donde permanece actualmente.
“The Highwayman: Narrative of the Life of James Allen alias George Walton”
Una de las copias del libro «Terres du ciel» (Tierras del cielo), perteneciente al astrónomo frances Camille Flammarion, se curtió con la dermis de su enamorada, la cual murió de tuberculosis. Ésta, quiso entregar su piel para que Flammarion nunca le olvidase. La gente decía que Flammarion siempre elogió los hombros de su enamorada, y ella quiso con esta última voluntad, pasar a la posteridad en el libro escrito por el hombre de su vida.
Según se cuenta, la mujer exigió como condición al amor de Flammarion, el que éste recibiera dicho obsequio una vez que ella falleciera, aunque Flammarion nunca lo supo. El libro se conserva actualmente en la librería del Observatorio de Jusivy, Francia.
Sobre más anécdotas macabras, podemos relatar cómo una mujer viuda requirió los servicios del editor de libros Dard Hunter para forrar unas cartas de su difunto marido con la misma piel del fallecido. Todo ello, movido por el ferviente deseo de la viuda en recordarle.
Sobre la bibliología antropodérmica, podemos comentar la leyenda de que los nazis empleaban piel humana para crear los revestimientos de las lámparas. Tras estudiarse el caso, se ha demostrado que esta creencia es errónea. Así mismo, no parece ser cierta la existencia de un ejemplar del libro «Mein Kampf» forrado con piel humana.
De lo que sí se ha probado su existencia, es de algunos trozos de piel que los nazis coleccionaron de los damnificados en los campos de concentración. Se inclinaban por las pieles tatuadas, preferiblemente si llevaban tatuajes obscenos.
Mesa con objetos presumiblemente forrados con pieles humanas durante el holocausto nazi en Buchenwald
Que horror de humanidad, somos terribles con todo l que nos rodea incluso con sonotros mismos.
Es impresionante que despellejaran a la gente viva para estos menesteres. Si que somos horribles.
Por si acaso, mejor no hacernos tatuajes o_O
Muy interesante, creía que existirían libros forrados de piel humana pero como ida de cabeza de algún zumbado al estilo de Ilse Koach, pero nunca que se hiciesen en tan gran número como he podido ver aquí.
Salu2 y enhorabuena por el blog.
Joder que cosas, menudo repelús me entra en el cuerpo sólo de pensar que son de «pellejo» humano.
ewwks yo no podria tener un libro asi o.o
yo quiero un libro asi que precio tiene?