A estas pobres víctimas les hacen pasar muy malos ratos creyendo que unos bichitos les rondan por el pelo.
Ayudado de una pluma, el bromeador instiga los pelos de los transeúntes para hacerles creer que tienen algún objeto extraño en el pelo, y disimula cuando le miran. A la chica pelirroja la tiene frita XD.
hay!! yo no soporto tener esa sensación de tener algo revoloteando por la cara!!!
Jaja, lo que más gracia me hace es la inocencia de la gente.