¿Quién se puede resistir a cuidar cosas que te ofrecen los extraños? Pues nadie, y menos las víctimas de estas bromas de cámara oculta. Sin sospechar que hay gato encerrado, no rehúsan cuidar de un peluche gigante verde que les dan mientras estaban tan tranquilas sentadas en el parque, porque todo hay que decirlo, las víctimas son féminas en su totalidad.
Los sustos se suceden después cuando descubren que el peluche está más vivo que el rabo de una lagartija andorrana.
Si el vídeo no funciona, puedes verlo aquí.
Yo de momento no me sentaba a su lado por si acaso, que miedo!!!
Jaja, yo tampoco me quedaría a su cuidado.