En la última edición de Tiempo cero, abordamos los problemas existenciales del universo desde el punto de vista de unos seres altamente evolucionados; muy buena historia referente al Big Bang.
En esta entrega vemos la historia de unos calamares, los Octobandidos, que tienen aterrorizado a un poblado del salvaje oeste. Como superhéroe de moda, el Llanero Clónico, desface el entuerto que tienen los pobres ciudadanos con estos gamberros de aguas profundas.
Atentos a las perlas que sueltan Billy El Calamar y sus secuaces cefalópodos, como la canción que se marcan en el barn: – “Un amigo de ocho patas, un amigo de ocho patas, nunca te engañará..”
Me parto cuando entra el Llanero Clónico al bar y dice cuatro veces consecutivas lo de “arriba las manos”.
“Con una nube de polvo y un rayo de luz, se desvanecen en la lejanía, la paz regresa al oeste salvaje de la galaxia”.
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