Un núcleo es radioactivo si despide partículas de manera espontánea. Los núcleos familiares son estables, o sea, que no cambian espontáneamente de una forma a otra. No obstante, sí que existen núcleos que son inestables.
Generalmente, el uranio es el ejemplo más común de tales núcleos. Dichos núcleos emiten espontáneamente partículas que denominamos «radiación«. Si un núcleo emite radiación, entonces es “radioactivo”, y el acto de emitir radiación se denomina «desintegración radiactiva«.
Marie Curie (Marja Sklodowska), fue una mujer polaca que pasó la mayor parte de su vida profesional investigando en Francia, desempeñando un papel primordial en los primeros estudios de la radiactividad.
Existen grandes notoriedades en su vida: fue la única persona que ganó dos premios Nobel en ámbitos científicos (física y química), fue la descubridora de los elementos radio y polonio, y fue una de las promotoras del estudio de la radiactividad y, por lo tanto, de la física nuclear.
Aun así, la oposición a la idea de una mujer científica a finales del siglo XIX era tan enorme, que aunque fue galardonada con dos premios Nobel, nunca fue escogida para la Academia de las Ciencias Francesas.
Existen tres clases de radiación. Los físicos de la época no comprendían lo que eran esas partículas radiactivas, de manera que les concedieron nombres para expresar su enigmática naturaleza: las denominaron respectivamente rayos alfa, beta y gamma.
Las partículas alfa están compuestas por dos protones y dos neutrones: realmente son los núcleos del helio ordinario. La radiación beta está compuesta por electrones. Ya que esa misteriosa radiación nueva fue reconocida sólo poco tiempo después del electrón en sí, el hecho de que rayos beta y electrones son iguales, no se descubrió hasta que pasaron varios años.
La descomposición de un núcleo que produce la emisión de un electrón, obtiene el nombre de “desintegración beta”. La radiación gamma está compuesta por una emisión de rayos X corrientes si los protones y neutrones consiguen recomponerse del núcleo.
Como ejemplo, se puede citar el helio que se emplea para inflar los globos de una feria o el que se emplea en estado líquido para enfriar los superconductores, el cual no se recoge de la atmósfera de nuestro planeta.
En cambio, es el resultado de la descomposición radiactiva de los núcleos en las profundidades de la Tierra. Dichas desintegraciones emiten partículas alfa que se frenan y adquieren electrones, formando helio. Este, posteriormente queda atrapado junto con el petróleo y el gas natural. Cuando se explotan las reservas de petróleo y gas natural, el helio se separa y se vende.
El neutrón padece una descomposición beta. Si observásemos un neutrón libre, lo veríamos “hacerse pedazos” en unos 8 minutos. Lo que se produce al final de la desintegración es un protón, un neutrino y un electrón.
Muy interesante, fijatetu que yo pensaba que se decía radioactividad, pero ya veo que resulta que es radiactividad.