La vida en la Tierra llegó a desarrollarse a través del proceso de la evolución. Esta aseveración lo incluye todo, desde las bacterias a los árboles y los animales. El concepto de la evolución de la vida procura el esquema central en torno al cual se estructuran las ciencias de la vida.
Debido a que todos esos campos comparten una visión evolutiva de la vida, es posible para alguien que estudie el ecosistema de un rio, poder hablar el mismo lenguaje que un colega que analice la secuencia de moléculas de un cierto segmento de ADN, aunque pueda parecer en principio que no tienen nada en común. Es imposible entender las ciencias biológicas modernas sin comprender la evolución.
La parte más importante de la evolución es la selección natural. La idea elemental de la selección natural es ésta: en cualquier tiempo dado se originan variaciones en una población. Algunos herbívoros son más altos y pueden llegar mejor a las partes altas de los árboles, algunos felinos pueden correr más rápido que otros, y así sucesivamente.
Si algunas de estas variaciones proporcionan a los individuos que las poseen, mejores probabilidades de sobrevivir lo suficiente como para engendrar hijos, entonces es posible que esas características sean traspasadas a la siguiente generación.
Por ejemplo, si tener un cuello más largo posibilita a una jirafa alimentarse de las hojas que otras jirafas no pueden alcanzar durante una época de sequía, la jirafa con el cuello más largo tiene más probabilidades de sobrevivir a esta época seca y tener descendencia.
Dicha descendencia se asemejará a sus padres y tendrá el cuello más largo. Si el cuello largo continúa siendo una ventaja de utilidad durante un largo período de tiempo, las jirafas con cuellos más largos se convertirán al final en la alteración dominante de la población.
De esta manera, una característica que posibilita a un individuo aprovechar eficazmente su entorno, termina siendo compartida por todos los miembros de su especie. Éste es básicamente el concepto de la selección natural.
La evolución sigue interviniendo hoy en día. El proceso de la vida no es un desarrollo que tuvo lugar en un tiempo concreto y luego se detuvo: los seres vivos siguen hoy en día la adaptación a su entorno. El ejemplo histórico más conocido de esto, es la historia de una clase de polilla que vivía en el centro de Inglaterra.
En principio, esas polillas poseían motas de color blanco y pardo, de manera que se mezclaban con los árboles que existían en su entorno natural. Durante la Revolución Industrial, el entorno del país se volvió mucho más oscuro a causa al hollín de las fábricas. En respuesta a este cambio, las polillas evolucionaron en unos pocos años a un color grisáceo para fundirse con el nuevo ámbito. Cuando el movimiento a favor de un aire más limpio se hizo patente en Inglaterra en la década de los años 60 y las fábricas empezaron a filtrar sus humos, las polillas comenzaron a evolucionar de vuelta a sus colores originales.
me encanto la imagen de las jirafas