En la actualidad, el travestismo (vestirse como alguien del sexo opuesto) se ha convertido en algo más común que antaño. Pero en el pasado, aparte de estar mal visto, se consideraba un aberrante pecado. Debido a leyes que no permitían a las mujeres actuar en ciertas partes de la sociedad, algunas de ellas decidieron vivir sus vidas como hombres.
Varias disfrutaron de vidas exitosas, mientras que otras sufrieron sus consecuencias. Juana de Arco se vistió como un hombre para proteger su virginidad mientras estuvo viviendo entre soldados, lo que fue su perdición cuando el jurado la encontró culpable de herejía y la quemó en la hoguera. Aunque todo hay que decirlo, el buen nombre de esta mujer fue posteriormente restaurado.
Desafortunadamente, esto no fue extensible a todas la mujeres del pasado. En esta lista se han seleccionado algunas mujeres que disfrazaron su sexualidad por completo. Esto excluye a George Sands, una escritora y baronesa francesa que causó un gran escándalo con su costumbre de travestirse, o las piratas Anne Bonny y Mary Read, ya que su tripulación conocía que eran mujeres.
Teena Brandon
Teena Brandon nació en 1972 en Lincoln, Nebraska. Desde pequeña fue considerada muy poco femenina y todo el mundo le llamaba Brandon. Tras sufrir abusos por parte de un familiar, se fue a vivir a Richardson County, también en Nebraska, y comenzó su vida como hombre. Se hizo amiga de dos ex-convictos, John Lotter y Marvin “Tom” Nissen, y comenzó una relación con una mujer, Lana Tisdel, sin que ninguno de ellos conociera su condición femenina.
El 15 de diciembre, Brandon fue encarcelada por falsificar cheques, y su novia Laura pagó la fianza para liberarla. Esta descubrió la verdadera sexualidad de Brandon, ya que había sido retenida en la sección para mujeres de la cárcel, y Laura dejó la relación desde ese momento.
Cuando el arresto de Brandon fue publicado en los periódicos con su verdadero nombre, Lotter y Nielsen también descubrieron la verdad y fueron a buscarla para violarla y pegarle una paliza. Brandon acudió a la policía, pero un gran número de errores administrativos impidieron que el caso fuese investigado. Finalmente Lotter y Nissen dispararon a Brandon y a otros dos que la escondieron. Lotter fue sentenciado a muerte y Nissen encarcelado de por vida. La historia de Teena Brandon fue adaptada a la gran pantalla en la película «Los chicos no lloran«.
James Gray
James Gray nació bajo el nombre de Hannah Snell en 1723 en Worcester, Inglaterra. Desde pequeña jugaba a los soldados pero aparte de eso se le consideraba una chica normal. En 1744 se casó con James Summs y dos años más tarde dio a luz a una niña, que falleció al cabo de un año. Tras esto, su marido la abandonó y ella tomó prestado un traje de hombre de su cuñado James Gray, cuyo nombre empezó a asumir.
De esta manera comenzó a viajar en un periplo por encontrar a su marido, aunque más tarde descubrió que había sido ejecutado por asesino. Se trasladó a Portsmouth y se unió a la Marina Real, siendo enviada a luchar en dos ocasiones en las que fue herida 11 veces en las piernas y una en la ingle. De alguna manera consiguió ocultar su sexualidad cuando le curaron esta última herida.
En 1750 su unidad regresó a Inglaterra y decidió revelar a sus compañeros que en realidad era mujer. Su historia fue llevada a papel bajo el nombre de «La vida y aventuras de una mujer soldado», y pidió una pensión militar, la cual fue sorprendentemente concedida, al igual que reconocidos sus servicios militares a la patria. Más tarde pudo abrir una taberna llamada «La mujer guerrera», se volvió a casar y tuvo dos niños. Falleció en 1792, aunque sus últimos meses de vida los pasó en un hospital debido a trastornos mentales.
La Papisa Juana
Su nombre no es muy popular, quizás debido a que muchos historiadores niegan su existencia, pero su leyenda marcó la historia de la religión católica, ya que se convirtió en la primera mujer que ejerció como Papa. Usó ropas de hombre durante el siglo IX y ocupó dicho cargo durante dos años.
Incluso pasó un embarazo durante nueve meses sin levantar sospechas. Pero el problema surgió cuando comenzó a tener contracciones de parto estando en la Iglesia de San Clemente.
Petter Hagberg
Petter Hagberg, cuyo nombre real era Brita Nilsdotter, nació en 1756 en Finnerödja, Suecia. En 1785 se casó con Anders Peter Hagberg, que era un soldado de la guardia. Tras contraer matrimonio, este fue llamado a participar en las guerras ruso-suecas (1788-1790) y falleció en la contienda. Con la pérdida de su marido, Brita comenzó a vestirse como un hombre y se alistó en el ejercito para encontrarle.
Participó en la Batalla de Svensksund (imagen de arriba) y la Batalla de Vyborg Bay como marine. Durante el tiempo que pasó allí, su comandante reclamó la presencia de «Hagberg», y tanto ella como su marido dieron un paso adelante, con lo que consiguió encontrarlo por fin. Eso sí, mantuvieron la identidad sexual de Brita en secreto.
Más tarde, en la batalla de Björkö Sund, Brita fue herida gravemente y al ser atendida en la cura (que ella intentó evitar), se reveló que era mujer. Tras la guerra, se le concedió una pensión (algo inaudito para la época) y una licencia para comerciar (también rara para una mujer casada). Aparte fue galardonada con una medalla por su bravura y cuando falleció se ofició un funeral militar en su honor.
Loreta nació en 1842 en Cuba, y se hizo pasar por soldado en la Confederación durante la Guerra Civil. Se alistó en el ejercito en 1861 sin que su esposo lo supiera. Su naturaleza sexual fue descubierta en Nueva Orleáns y fue dada de baja. Más tarde se convirtió en espía y trabajó bajo la apariencia tanto de hombre como de mujer.
Albert Cashier
Albert Cashier nació como Jennie Irene Hodgers en 1843. En 1862, Jennie se vistió como un hombre y se alistó en el 95º Regimiento de Infantería de Illinois bajo el nombre de Albert Cashier. El regimiento estaba bajo el mando de Ulysses S. Grant y luchó en más de 40 batallas. Albert consiguió pasar inadvertido, ya que los otros soldados pensaban que era muy joven y prefería estar solo.
Cashier fue capturada en una contienda, pero consiguió escapar de regreso a las filas de la Unión tras intimidar a un guardia. Luchó con el regimiento en el conflicto armado hasta 1865. Tras la guerra, Cashier continuó viviendo como un hombre, convenciendo a todo el mundo que la rodeaba. Durante 40 años trabajó como conserje de una iglesia, fue empleado de un cementerio e iluminador de lámparas urbanas; votó como un hombre y reclamó su pensión como veterano.
En 1910, fue golpeada por un coche y se rompió una pierna. El doctor que la atendió descubrió su secreto pero lo mantuvo el silencio. En 1911, Cashier se trasladó a una casa de retiro para soldados. Cuando su mente comenzó a deteriorarse, un día los asistentes le dieron un baño y descubrieron su verdadero sexo. Desde ese momento fue forzada a llevar vestidos.
Cashier murió en 1915 y fue enterrada con su atuendo militar. En su lápida podía leerse: «Albert D. J. Cashier, Co. G 95 Ill. Inf.». Cuando descubrieron que en realidad se llamaba Jennie Hodgers, se fabricó una nueva lápida con ambos nombres sobre ella.
William Edstedt
Su verdadero nombre era Ulrika Eleonora Stålhammar y nació en 1688. Tras la muerte de su padre, la familia empobreció y ella y sus hermanas tuvieron que casarse por la fuerza con maridos adinerados. Como este no era el deseo de Ulrika, se vistió con la ropas de su padre y cogiendo un caballo del establo, se escapó de casa.
Se alistó en el ejército de artillería en 1713 bajo el nombre de William Edstedt, permaneciendo trece años en el mismo.
En 1716 se enamoró de una doncella llamada Maria Lönnman y se casó con ella. Su mujer al principio pensaba que era impotente pero aun así no le importó este hecho, ya que según algunas fuentes, se cree que María fue víctima de una violación cuando era pequeña. Con el paso del tiempo, Ulrika le reveló su sexo, pero decidieron vivir juntas felizmente en una especie de «unión espiritual».
Más tarde tuvieron que esconderse en la casa de campo de su tía, donde Ulrika comenzó a vestirse de nuevo con ropas de mujer. En 1728 Ulrika escribió una carta de confesión y fue juzgada por ello, aunque no encontraron antecedentes de otros casos parecidos con los que saber cómo castigarla, y tan sólo fue acusada de «violar la orden de Dios» y «burlarse del matrimonio».
Aun así su mujer María confesó que nunca había mantenido contacto sexual y esto hizo que la condena fuera mínima, siendo de ocho días en prisión por homosexualidad. Tras esto, Ulrika y María pudieron vivir juntas. Aunque en algunas épocas tuvieron que estar separadas, las cartas que se enviaban fueron el testimonio de su amor.
Marino
Marino nació en Marina en el siglo VI d.C. Su padre Eugenio, tras enviudar, quiso ingresar en un monasterio (Monasterio de Qannoubine, en el Valle Sagrado, Líbano), pero para no abandonar a su hija le cortó los cabellos y la vistió como un niño. Los dos fueron admitidos y se convirtieron en monjes. Tras vivir en el monasterio durante varios años, los dos tuvieron que realizar algunas actividades en el exterior.
Mientras se hospedaban en una posada, la hija del propietario se encaprichó del Hermano Marino e intentó seducirlo. Cuando Marino rechazó sus insinuaciones, la hija del propietario acusó a Marino de haberla seducido y preñado (aunque en realidad el hijo era de un soldado). Como Marino no quiso revelar a todos la verdad mostrando su sexo, fue expulsado del monasterio y se dedicó a mendigar por los alrededores.
Como las cosas siempre pueden ir a peor, Marino tuvo que aceptar la custodia del niño y cuidarle. Así pasó su vida, criando a su hijo, sufriendo duras penitencias y adoptando trabajos de baja categoría. No fue hasta que murió que se reveló su verdadera identidad sexual. Marino es venerado como santo en el catolicismo romano y en iglesias ortodoxas. Es conocida como Santa Marina el monje. En la imagen de abajo aparece vestida de rojo.
Denis Smith
Denis Smith, cuyo nombre verdadero era Dorothy Lawrence, fue una reportera inglesa que se disfrazó como hombre para moverse secretamente durante la Primera Guerra Mundial. A los 19 años estaba viviendo en París y quiso ser reportera de guerra, algo que era imposible para una mujer.
Aun así consiguió persuadir a dos jóvenes soldados ingleses para que le dieran un uniforme. Se cortó el pelo al estilo militar e incluso se bronceó la piel con betún de muebles diluido. Con los papeles de identificación falsificados como soldado Denis Smith del primer barracón del Regimiento Leicestershire, fue enviada al Somne y las líneas del frente.
Un amigo le encontró trabajo como zapadora con las Fuerzas Expedicionarias Británicas, depositando minas bajo fuego constante. También le facilitó una casita para que pudiera dormir por la noche. Tras 10 días se empezó a preocupar de que si su naturaleza sexual era descubierta, el hombre que le había ayudado estaría en peligro. Se presentó a sí misma ante los jefes de su compañía y fue arrestada, siendo interrogada como espía y declarada prisionera de guerra.
Los militares se dieron cuenta que si su historia salía a la luz, otras mujeres intentarían entrar en el ejército disfrazadas. Forzaron a Dorothy a firmar una declaración jurada para que no contara su historia, la cual le impidió trabajar cuando regresó a Londres.
Cuando la guerra acabó, escribió su historia pero fue censurada por la oficina militar y no salió a la luz hasta que pasaron varios años. En 1925, Dorothy fue declarada demente y murió en el asilo Colney Hatch Lunatic en 1964.
Conocida como la «La Monja Alférez», su vida estuvo llena de incidentes y correrías. Nació en 1592 y estuvo internada en un monasterio; no obstante, su carácter intranquilo ocasionó que se escapara del convento a los 15 años y se fuera a vivir al bosque haciéndose pasar por hombre, adoptando nombres como: Pedro de Orive, Ramírez de Guzmán, Francisco de Loyola, Alonso Díaz o Antonio de Erauso.
Más tarde emigró hacia América, alistándose en Perú como soldado. Su aspecto masculino le fue de gran ayuda para pasar desapercibida, hasta que a raíz de una disputa, pidió ayuda a un obispo, al que reveló su condición femenina. Tras descubrir que realmente era una mujer virgen que había estado con anterioridad en un convento, fue protegida y enviada a España de vuelta.
En Europa visitó algunos países y le fue conservada la graduación militar, aunque en 1630 se fue a vivir a México para abrir un negocio de transporte de mercancías.
Malinda Blalock
Malinda Blalock fue una mujer soldado durante la Guerra Civil Americana que combatió valientemente en ambos lados. Cuando la guerra comenzó, en vez de separarse de su marido Keith, lo que hizo fue disfrazarse como hombre para alistarse en el ejercito también.
Se registró de manera oficial el 20 de marzo de 1862 como Samuel ‘Sammy’ Blalock, reclamando ser el hermano mayor de su marido. Los papeles de su inscripción fueron uno de los pocos registros que se han conservado de mujeres soldado en la Guerra Civil.
Malinda fue una excelente soldado y su identidad nunca fue revelada. Uno de los cirujanos del ejército dijo de ella: «Se instruyó y realizó sus deberes de soldado como cualquier otro miembro de la compañía, siendo muy hábil en el aprendizaje». Finalmente la pareja abandonó el ejército.
Robert Shurtliff
Robert Shurtliff nació como Deborah Sampson en 1760. Tras pasar una dura infancia y juventud de familia en familia, decidió con 20 años correr mundo, pero lo hizo vestida de hombre.
En 1782 consiguió alistarse en el 4º Regimiento de Massachussets bajo el nombre de Robert Shurtliff durante 3 años. Consiguió ocultar su verdadera identidad sexual hasta que fue descubierta por un doctor que la trató debido a una fiebre alta. Lejos de denunciarla, le ayudó y redactó una carta contando su historia para que la entregara en el ejercito. Allí la expulsaron, aunque con todos los honores y entregándole una compensación económica.
Con 25 años se casó con un agricultor y tuvo tres hijos.
James Barry
James Barry, nacida como Margaret Ann Bulkley entre los años 1792 y 1795, fue cirujano militar de la Armada Británica, y al final de su años de carrera fue inspector general de hospitales militares, sirviendo en Sudáfrica e India. Entre sus logros cabe destacar la primera cesárea exitosa en África llevada a cabo por un cirujano británico, en la que madre e hijo sobrevivieron a la operación.
James Barry fue la primera británica en convertirse en una doctora cualificada. Se cree que Margaret tomó el rol de hombre para conseguir su sueño de trabajar en la medicina, algo que no hubiese logrado siendo mujer. Según unas cartas, se reveló que la madre de Margaret y sus tíos realizaron algunas artimañas para que ingresara en la escuela de medicina.
James Barry a la izquierda
Margaret murió de disentería el 25 de julio de 1865 y su asistenta, Sophia Bishop, fue la primera en descubrir que tenía cuerpo de mujer, dato que reveló tras el funeral. Más tarde mucha gente confesó que siempre había conocido el sexo de Barry, y el Ejército Británico mantuvo sus registros sellados durante 100 años.
Charles-Geneviève-Louis-Auguste-André-Timothée d’Éon de Beaumont (menudo nombrecito…) nació en 1728 en Francia. D’Éon nació mujer, pero vivió la primera mitad de su existencia como un hombre. En su autobiografía contó que fue criada como un chico, ya que su padre sólo podía heredar dinero de sus suegros si tenía un niño.
Tal y como era normal en esos días, debido a que en su familia eran nobles sin título, se hacían llamar «chevalier», que significa caballero. En 1756 d’Éon se unió al servicio espía del rey Luis XV y viajó en una misión secreta hasta Rusia para conocer a la Emperatriz Elizabeth e investigar sobre una facción contraria a la monarquía de los Habsburgo. Para tal empresa se hizo pasar por Lady Lia de Beaumont, y consiguió ser dama de honor de la emperatriz. En 1761 regresó a Francia.
Al año siguiente se convirtió en capitán de los dragones bajo el mandato del Mariscal Broglie y luchó en los últimos estadios de la Guerra de los Siete Años. En la contienda fue herida y recibió el reconocimiento de la Orden de Saint-Louis (orden militar y honorífica creada por Luis XIV). Posteriormente le fue concedida una pensión y vivió exiliada en Londres.
Como parte de su negociación con la corona del rey Luís XVI, se le permitía volver a Francia siempre que viviese como una mujer, una oferta que aceptó porque el rey se ofreció a comprarle un nuevo vestuario. De esta manera, vivió el resto de su vida como una mujer. Tras escribir sus memorias, tuvo que volver a Inglaterra cuando estalló la Revolución Francesa.
Al morir en 1810 en Londres, fue examinada por los médicos, que descubrieron para su asombro, que d’Éon era anatomicamente un hombre. Posibles explicaciones a esto es que d’Éon fuese intersexual o hubiese sufrido el síndrome de Kallman, un desorden hormonal que impide al sujeto pasar la etapa de la pubertad. Esto se sugirió debido a que no existían retratos del Chevalier con vello facial.
Lo más probable también es que d’Eon siempre hubiese sido hombre y se travistiese durante una buena parte de su vida, por lo que quedaría excluido de esta lista.
Billy Tipton
Billy Tipton nació como Dorothy Lucille Tipton en 1914 y fue una pianista y saxofonista de jazz americano. Su carrera artística comenzó en 1933 como músico en varios bares de Oklahoma. Según fue pasando el tiempo, Tipton empezó a usar el nombre de su padre, Billy, y oprimió sus pechos para presentarse como un hombre ante los demás.
Al principio esto sólo perteneció a su mundo profesional, pero en 1940 comenzó a vivir su vida personal también como hombre. Poco a poco fue adquiriendo renombre como músico y pudo grabar varios álbumes. Tipton mantuvo numerosas relaciones lesbianas en las que ella mantuvo su sexo oculto.
Al final mantuvo una relación duradera con una mujer a la que ocultó su sexualidad todo el tiempo, y adoptaron tres hijos. Tipton fue recordada como «un gran padre que gustaba salir de excursión al campo». En 1989 Tipton murió con 74 años, y no fue hasta ese momento que el juez reveló a su familia y amigos que era en realidad una mujer.
Me ha impresionado el caso de Billy Tipton por ocultar su sexualidad hasta a su propia mujer.
Cuanto sufrirían estas mujeres por su sexualidad en la época que les tocó vivir.
Que historias tan interesantes, Andrés, ¡ como trabajas !
Interesantísima recopilación!! No tenía ni idea de que había habido tantos casos tan relevantes …
A parte de los problemas por su sexualidad, a mi lo que me impacta es la de mujeres que tuvieron que hacerse pasar por hombre para poder hacer «cosas de hombres» que de otro modo les estaban vetadas.
Menos mal que los tiempos han cambiado y las mujeres podemos triunfar siendo mujer.
Muy fuerte sobre todo el primero y el último. El caso de Teena Brandon la película me super traumo y el caso de Billy Tripton ¿como es posible que la familia no supiera nada? :-| encontre este video en youtube, una especie de documental donde la familia expresa como fue que se enteraron del secreto una vez que este murio. http://www.youtube.com/watch?v=0YY52m2EadA
Gracias Maesin, he visto el vídeo y aun así me quedo igual. ¿Cómo es posible que no se vieran la pareja alguna vez desnudos? Me sigue pareciendo extraño que no se tocasen.
Me he acordado que hace unas semanas vi en un documental sobre mujeres asesinas, en el que una mujer también se hizo pasar por hombre y tuvo relaciones con dos mujeres diferentes, sin que ellas lo supieran. Parece que esto se repitió de tal manera en la historia, que debió de ser más frecuente de lo que sabemos.
A mi me sorprende la pasividad de la esposa 20 años casados ¿y nunca se dio cuenta de nada? o sea el marido le dice que tuvo un accidente y por eso nanay, pero como dices tú al menos debian verse desnudos.
En el siglo XVIII aproximadamente, había una Ley,en que las mujeres en Francia no podían llevar pantalones, y si querían llevarlos tenían que pedir permiso a la policía… lo más curioso es que esa Ley nunca se derogó y sigue vigente hoy día
WOW INCREIBLES HISTORIAS, EL CASO TIPTON FUE IMPRESIONANTE, NI SU FAMILIA LO SABIA.
q penoso algunos casos
pues q bien q ahora sea distinto. y si ellas pueden hacer lo que nosotros hacemos. y ai ellas quiene ser hombres tampoco tienen que pasar tanta penuria. los tiempos han cambiado y hay que vivir como mejor se sientan.
interesnate,buena pagina.
A la mierda con tu lista, que Brandon Teena y Albert Cashier (ellos dos por lo menos, seguro que esto ya es verdadero por otros personas en la lista) fueron hombres transexuales. Esto no los hacen «mujeres que pretenden ser hombres». Llamar a Brandon Teena «una mujer que pretendía ser hombre» es un insulto a su memoria; él fue violado y matado porque la gente equivocada se enterró de su transexualidad. Así que vete a la mierda con la lista.
¿Y dónde pone “una mujer que pretendía ser hombre”? Anda ya y aprende español, que no sabes ni lo que lees y encima lo tergiversas, ¿es que usas un traductor?. Este artículo está escrito con respeto como homenaje a las personas que tuvieron que vivir en el pasado situaciones difíciles por su sexualidad. ¿Sabes lo que es respeto? Seguro que no, no hay más que leer el comentario que has escrito, en vez de opinar o expresar puntos de vista enriquecedores para que todo el mundo aprenda, te limitas a insultar y a malinterpretar, tú mismo te has quedado en evidencia.
David tiene toda la razón. Aquí el que no interpreta con coherencia lo que a dicho eres tú, Andrés. Ya que de primeras, solo el título, es una falta de respeto. «Hombres que eran mujeres en realidad». Para empezar, ya que dedicas tiempo a hacer un post sobre algo tan extenso, podrías informarte de como denominar a una persona trans, porque puede que tú intención no fuera esa, pero eso es lo que has hecho. No era un hombre que era mujer en realidad. «Hombres que eran transexuales», «Hombres cuyo sexo biológico era el de una mujer» «Mujeres biológicas que fueron Hombres» etc… Hay muchas maneras, pero la que has usado, ofende. Porque en realidad no son mujeres, y dices eso. Segundo es que llamas travesti. No tiene nada que ver un travesti con un trans. Un travesti se siente bien con su género, pero le gusta travestirse, en cambio una persona trans, no se siente bien con el género que corresponde a su cuerpo. Otro error que también ofende. Después, cuando te refieres a estas personas, utilizas términos femeninos (encancelada, liberada, _la….) Y son HOMBRES por lo que refierete a ellos como tal.
Mi opinión es que esta lista es una mierda, está la información, si, pero mal expuesta. Y meter a toda esta gente en el mismo saco también es una falta de respeto. Ya que algunos casos que expones son de mujeres que no son transexuales, que se travestian únicamente por la situación en aquella época, no por que su género no corresponde con su sexo biológico.
Informate mejor cuando vas a jugar con un tema tan delicado.
Pues a mi me gusto!!!Fuera de lo que dicen del respeto y de clasificarlo todo junto,Valoro el esfuerzo de este blog por la información….Pienso que cada quien es diferente y único y puede tener diferentes gustos y hacer lo que le haga feliz a su manera como el quiera.La verdad es que conocer estas historias solo confirma que las mujeres aunque no siempre senos haya reconocido tenemos las mismas capacidades que los hombres…
Pd:Es solo mi humilde opinión si se ofende alguien lo siento yo soy así jejeje y por otro lado la libertad de expresión es una de mis cosas favoritas ok…?
Sí te molesta como está escrito, a mi me molesta que digas “lista de mierda”, así que de hacer daño a los demás vas bien sobrado.
Se sobreentiende que el artículo no está hecho con caracter peyorativo, sino para acercar los tiempos difíciles que sufrieron algunas personas. Ahora que hay más información y diversificación de términos, es tarea de las personas que tienen esa información la de enriquecer a los demás. No la de entrar aquí a cagarse en mi, porque si me tiras la pelota, te la devuelvo.
Si alguien me informa sobre algo que escribí mal y lo puedo corregir, lo corrijo sin problema. Pero si me vienen con “mierda” y demás, ya es que paso de leer y entender nada de lo que digan.
Esto de ir de prepotentes y calificando de mierda todo lo demás, lo único que hace es echar piedras sobre vuestro propio tejado. Lo mejor es ir con educación explicando a los demás las cosas, porque es un tema en el que hay mucho desconocimiento y es común que no se empleen los términos adecuados. Se puede corregir y explicar a los demás lo que han escrito mal, y de paso se enriquece la sociedad, pero no creo que te hagan mucho caso si vas diciendo “A la mierda con tu lista” y se habla luego de faltas de respeto.
No es un tema delicado, es un tema para hablar y dialogar, a ver si ahora me vas a decir a mi lo que tengo o no tengo que escribir. Ya lo que me faltaba, tanto rollo de respeto para que venga alguien a decirme “mierda” y que no escriba lo que quiera.
El respeto de uno termina donde comienza el respeto del otro.
P.D: Cuida tu ortografía cuando vayas de prepotente corrigiendo a los demás, da un poco de vergüenza ajena, ofendes a la lengua española. Así que según tus preceptos, como escribes mal, no deberías escribir, aplícate tus normas.
Me parece insultante, irrespetuoso y me siento muy ofendido como persona trans. Confunde travestismo con transexualidad: ellos eran hombres. Sí,hay hombres con vulva.
Haga el favor de recrificarlo o de no atreverse a escribir esta porquería.
Estoy muy indignado
Gracias