Estoy escribiendo este artículo para dar algo de paz de espíritu con relación a algunos de los problemas recientes de Japón, esto es, la seguridad de los reactores nucleares del país nipón. Hasta el momento, la situación es seria pero está bajo control. !Y este texto es largo! Pero tras su lectura, sabrás mas sobre las centrales nucleares que todos los periodistas del planeta juntos.
No hay y NO habrá liberaciones significativas de radioactividad.
Por «significativas» quiero decir un nivel de radiación mayor que lo que se recibiría en, digamos, un vuelo a larga distancia, o con beber un vaso de agua/cerveza en ciertos lugares que posean altos niveles de radiación natural.
He leído cada comunicado de prensa sobre el incidente tras el terremoto. No hay ni un solo informe que sea exacto y esté exento de errores (y parte de dicho problema es también una debilidad en la comunicación japonesa sobre la crisis). Por «no libre de errores», no me quiero referir a periodismo antinuclear tendencioso, eso es bastante normal estos días.
Por «libre de errores», quiero decir errores mayúsculos en relación a las leyes físicas y naturales, así como a una equívoca interpretación de los datos provocada por una falta obvia de comprensión fundamental sobre cómo los reactores nucleares son construidos y funcionan. He leído un informe de tres páginas en la CNN, en el que cada párrafo contenía un error.
Tendremos que ir al lo esencial, antes de ir a lo que está ocurriendo.
Construcción de los reactores nucleares de Fukushima
Los reactores de Fukushima son del tipo de Reactor de Agua en Ebullición, o BWR (Boiling Water Reactor). Los Reactores de Agua en Ebullición son parecidos a una olla a presión. El combustible nuclear calienta el agua, esta entra en ebullición y forma vapor; el vapor impulsa turbinas que generan la electricidad, el vapor se enfría de nuevo y vuelve a condensarse en agua, y el agua se envía de regreso para volver a ser calentada por el combustible nuclear. La olla a presión funciona a unos 250 ºC grados.
El combustible nuclear se trata de óxido de uranio. El óxido de uranio es cerámico, con un punto de fusión muy alto, cerca de los 3000 ºC grados. El combustible se hace en pastillas (pequeños cilindros del tamaño de piezas de Lego). Esas piezas se introducen en un tubo largo fabricado de Zircaloy (aleación de circonio) con un punto de fusión de 2200ºC, y luego se sellan bien. El conjunto se denomina barra de combustible. Estas barras se anexan para formar paquetes más largos, y un conjunto de estos paquetes va al reactor. Todos esos paquetes juntos se conocen como “el núcleo”.
El recubrimiento de Zircaloy es el primer método de aislamiento, ya que separa el combustible radiactivo del resto del mundo exterior.
El núcleo se introduce ahora en una “vasija de presión”, que es la olla a presión de la que hablamos anteriormente. La vasija de presión es el segundo método de aislamiento. Es una cacerola resistente, creada para contener seguramente el núcleo a temperaturas de varios cientos de grados ºC. Eso cubre las situaciones en las que el enfriamiento puede ser restaurado hasta cierto punto.
Todo el material pesado del reactor nuclear (la vasija de presión y todas las tuberías, bombas y reservas de refrigerante (que es agua) ) se recubre luego con un tercer sistema de aislamiento. Este mecanismo es una burbuja hermética, de gran grosor, fabricada con el mejor acero y cemento. El tercer sistema de aislamiento está diseñado, fabricado y comprobado con una única finalidad: contener indefinidamente una fundición (nuclear meltdown) total del núcleo.
Para ello, se ubica un suelo de enorme grosor fabricado de cemento bajo la vasija de presión (el segundo sistema de aislamiento), todo dentro del tercer sistema. Este es el denominado “recogedor del núcleo”. Si el núcleo se fundiese y la vasija de presión reventara (terminando por fundirse), recogería el combustible fundido y el resto. Suele fabricarse de tal forma que el combustible nuclear se esparza, permitiendo que se enfríe.
El tercer sistema de aislamiento se encuentra a su vez envuelto por el edificio del reactor, que es una coraza exterior que debe separar el clima fuera, y no dejar entrar nada (esta es la parte que se dañó con la explosión, aunque ya volveremos luego a eso).
Fundamentos de las reacciones nucleares
El combustible de uranio produce calor gracias a la fisión nuclear. Los grandes átomos de uranio se dividen en átomos más pequeños. Esto produce calor y neutrones (una de las partículas que forman parte de un átomo). Cuando el neutrón choca contra otro átomo de uranio, lo rompe, originando más neutrones, y así sucesivamente. Esto se denomina reacción nuclear en cadena.
Eso sí, solamente empaquetar un montón de barras de combustible provocaría un sobrecalentamiento rápido, y después de unos 45 minutos llevaría a una fundición de las barras de combustible. Merece la pena añadir en este punto, que el combustible nuclear de un reactor NUNCA podría provocar una explosión nuclear como la de una bomba atómica.
Fabricar una bomba nuclear es algo en realidad muy difícil (preguntadle a Irán). En Chernóbil, la explosión se produjo por una excesiva presión, explosión de hidrógeno y rotura de todos los sistemas de aislamiento, lanzando material fundido del núcleo hacia la atmósfera (una “bomba sucia”). Por qué esto no puede ocurrir, y no ocurrirá en Japón, se verá más adelante.
Con el fin de controlar la reacción nuclear en cadena, los trabajadores del reactor emplean las denominadas “barras de control”, las cuales absorben los neutrones y acaban al instante con la reacción en cadena. Un reactor nuclear se fabrica de manera que, cuando funciona de manera normal, las barras de control están extraídas. El agua del refrigerante se lleva el calor (y lo transforma en vapor y electricidad) a la misma velocidad con que el núcleo lo produce. Y poseemos mucho margen en torno al punto estándar de funcionamiento de 250ºC.
El desafío está en que, tras introducir las barras y parar la reacción en cadena, el núcleo continúa generando calor. El uranio “paró” la reacción en cadena. Pero se genera un conjunto de elementos radiactivos intermedios en medio del proceso de fisión, en especial isótopos de Cesio y Yodo, o lo que es lo mismo, versiones radiactivas de esos elementos, que antes o después se desintegrarán en átomos más pequeños que no serán radiactivos. Estos elementos continúan desintegrándose y generando calor. Como ya no se regeneran a partir del uranio (el uranio dejó de desintegrarse cuando se introdujeron las barras de control), decrecen en número, y el núcleo se enfría en unos pocos días, hasta que esos elementos intermedios radiactivos se terminan.
Lo que ahora nos causará problemas será el calor residual.
De esta manera, la primera «clase» de material radioactivo es el uranio de las barras de combustible, así como los elementos radioactivos intermedios en los que se transforma el uranio, los cuales también se encuentran en las barras de combustible (Cesio y Yodo).
Fuera de las barras de combustible se genera una segunda clase de material radiactivo. La diferencia principal es que esos materiales radiactivos poseen una vida media muy corta, lo que significa que se desintegran rápidamente y se transforman en materiales no radiactivos, tardando unos segundos para ello. Si esos materiales radiactivos se sueltan en el medio ambiente, sí, se soltará radiactividad, pero no, no es para nada algo peligroso. ¿Por qué? Pues porque para cuando hayamos deletreado la palabra “R-A-D-I-O-N-Ú-C-L-I-D-O”, ya serán inofensivos, debido a que se habrán desintegrado en elementos no radiactivos.
Estos elementos radiactivos son N-16, el isótopo (o exégesis) radiactivo del nitrógeno (aire). Los otros son gases nobles como el argón. Pero… ¿por qué se producen? Cuando el uranio se descompone, produce un neutrón (explicado más arriba). La mayor parte de los neutrones chocarán con otros átomos de uranio y conservarán en marcha la reacción nuclear. Pero algunos partirán de la barra de combustible y toparán con las moléculas de agua, o bien el aire que se haya en el agua. Es entonces cuando un elemento no radiactivo puede “apresar” al neutrón y volverse radiactivo. Como se ha explicado con anterioridad, se desprenderá del neutrón rápidamente (en pocos segundos), para volver a su bonito estado anterior.
Esta segunda “clase” de radiación es de gran importancia cuando hablemos más adelante de radiactividad librada al medio ambiente.
Qué ocurrió en Fukushima
Intentaré resumir los acontecimientos principales. El terremoto que sacudió Japón fue cinco veces más potente que el peor terremoto para el que la central nuclear fue cimentada, ya que la escala de Richter es logarítmica. La diferencia entre la magnitud 8,2 para la que fue diseñada la central, y la 8,9 (ó 9,0) que ocurrió, es 5 veces, no 0,7. Así que una primera felicitación para la ingeniería japonesa, todo aguantó con firmeza.
Cuando el seísmo golpeó con 8,9, todos los reactores nucleares cambiaron a modo de cierre automático. En cuestión de pocos segundos, las barras de control habían sido introducidas en el núcleo, y la reacción nuclear en cadena del uranio se paró. Ahora el sistema de refrigeración debía llevarse el calor residual. La carga de calor residual está en torno a un 3% del calor que se posee en condiciones normales de funcionamiento.
El terremoto devastó el suministro externo de energía al reactor. Este es uno de los accidentes más graves para una central nuclear, y consecuentemente, a la hora de diseñar sistemas de respaldo, se dedica mucha atención a un “apagón del reactor”. Se requiere energía para mantener funcionando las bombas que impulsan el refrigerante. Como el reactor ha sido apagado, ya no puede generar electricidad por sí mismo.
Las cosas fueron bien durante una hora. Un grupo múltiple de generadores diésel de emergencia se pusieron en marcha, suministrando la electricidad necesaria. Entonces apareció el tsunami, de un tamaño mucho más grande del que esperaban los constructores (ver más arriba, factor 7 [errara: es factor 5]). El tsunami arrastró todos los generadores diésel de emergencia.
Cuando se plantea una central nuclear, los ingenieros se ajustan a la teoría de “Defensa en profundidad”. Esto quiere decir que, primero, se fabrica todo para aguantar la peor catástrofe que se pueda imaginar, y luego se diseña la central de manera que aun así soporte un fallo del sistema (que no se imagine que pueda suceder) tras otro. Un incidente así sería un tsunami que se llevase por delante toda la energía para emergencias. La última línea de defensa es situarlo todo en el tercer sistema de aislamiento (explicado más arriba), de manera que mantendrá todo en el interior del reactor, sea cual sea el contratiempo, con barras de control o sin ella, con el núcleo fundido o sin fundir.
Cuando se eliminaron los generadores diésel, los trabajadores del reactor cambiaron a modo de energía de baterías de emergencia. Las baterías fueron creadas para ser un respaldo del respaldo, y suministrar energía para enfriar el núcleo durante ocho horas. Y eso hicieron.
En esas ocho horas se debe encontrar otra fuente de energía para conectarla al reactor. La red de energía eléctrica se cayó a causa del terremoto. Los generadores diésel se destruyeron por el tsunami. Así que se destinaron generadores diésel móviles en camión.
Es en este momento donde las cosas empezaron a ponerse feas. Los generadores externos no pudieron enchufarse al reactor (los enchufes no concordaban). Así que, cuando las baterías se agotaran, no se podría sacar el calor residual.
Entonces, los operarios del reactor empezaron a seguir métodos de emergencia para un “suceso de pérdida del refrigerante”, nuevamente, un paso en las líneas de “Defensa en profundidad”. Nunca debió haber fallado completamente la energía a los sistemas de refrigeración, pero así ocurrió, de manera que se “retiraron” a la siguiente línea de defensa. Aunque todo esto nos resulte sorprendente, es parte del entrenamiento diario que tienen que seguir los trabajadores del reactor, hasta la propia fundición del núcleo.
Llegados a este punto, la gente empezó a hablar de fundición del núcleo, ya que si no conseguían restaurar la refrigeración al finalizar el día, el núcleo terminaría fundiéndose (después de horas o días), y entraría en juego la última línea de defensa, el recogedor del núcleo y el tercer sistema de aislamiento.
Pero en esta etapa, la finalidad era administrar el núcleo mientras se calentaba, y asegurarse de que el primer sistema de aislamiento (los tubos de Zircaloy que encerraban el combustible nuclear) y el segundo (la olla a presión) se mantuviesen íntegros y operativos durante todo el tiempo posible, para dar a los técnicos tiempo para solucionar los sistemas de refrigeración.
Como refrigerar el núcleo es una tarea grandiosa, el reactor posee ciertos sistemas de refrigeración, cada uno de ellos en diferentes versiones (el sistema de limpieza de agua del reactor, el retiro de calor, el enfriamiento confinado del núcleo del reactor, el modo de enfriamiento líquido en espera, el método de enfriamiento de emergencia del núcleo). Cuál de ellos fracasó, cuándo, o si no falló, no está claro en estos momentos.
Imaginemos nuestra olla a presión a fuego lento. Los trabajadores emplean cualquier tipo de sistema de refrigeración que tengan a su alcance para librarse de todo el calor posible, pero la presión empieza a incrementarse. La prioridad en ese momento es conservar la integridad del primer aislamiento (mantener la temperatura de las barras de combustible por debajo de 2200 ºC grados), de igual modo que el segundo aislamiento, la olla. Para conservar la integridad de la olla (el segundo confinamiento), se debe soltar vapor de vez en cuando. Como la disposición de poder llevarlo a cabo en una emergencia es de gran importancia, el reactor posee 11 válvulas de presión. Los trabajadores comenzaron a liberar vapor de vez en cuando para controlar la presión. La temperatura en ese momento era de unos 550ºC.
Es entonces cuando empezaron a surgir los informes sobre “filtraciones de radiación”. Creo haber comentado antes por qué ventilar el vapor es teóricamente lo mismo que liberar radiación en el ambiente, pero por qué no es en ningún momento peligroso. El nitrógeno radiactivo y los gases nobles no suponen una amenaza a la salud humana.
En cierto punto de este proceso de ventilación, ocurrió la explosión. La explosión tuvo lugar fuera del tercer sistema de aislamiento (que podemos llamar “última línea de defensa”), y fuera del edificio del reactor. Recordemos que el edificio del reactor no posee ninguna función de contención de la radiactividad. No está del todo claro qué ocurrió, pero esto es lo más probable: Los trabajadores decidieron liberar vapor de la vasija de presión, pero no de manera directa al exterior, sino al espacio entre el tercer aislamiento y el edificio del reactor (para conceder más tiempo al vapor para reducir su radiación). El problema es que, a las altas temperaturas que el núcleo había ya llegado, las moléculas de agua pueden “disociarse” en oxígeno e hidrógeno… una mezcla realmente explosiva.
Y así explotó fuera del tercer sistema de aislamiento, ocasionando daños al edificio del reactor. Fue esa clase de explosión, pero en el interior de la vasija de presión que llevó a la explosión en Chernóbil (ya que fue mal diseñado y gestionado equívocamente por los trabajadores). Esto nunca fue un peligro en Fukushima. El inconveniente de la formación de hidrógeno-oxígeno es importante cuando se diseña un reactor nuclear (si no eres soviético, vamos), de manera que el reactor se construye y funciona de manera que esto no pueda ocurrir dentro del sistema de aislamiento. Sucedió en el exterior, algo que no esperaban pero era un escenario posible, y estuvo bien, ya que no representaba un riesgo al sistema de aislamiento.
De manera que, al liberar vapor, la presión estaba controlada. Eso sí, si la olla continúa hirviendo, el problema es que el nivel del agua bajará irremediablemente. El núcleo está envuelto por varios metros de agua para que pase algún tiempo (horas, días) antes de que quede expuesto a la intemperie. Una vez que las barras empiecen a quedar expuestas por la parte superior, esta alcanzará la temperatura crítica de 2200ºC en unos 45 minutos. Ese sería el caso en que fallaría el primer sistema de confinamiento, el tubo de Zircaloy.
Y eso es lo que empezó a producirse. Antes de que la refrigeración se restaurase, se dañó (de forma limitada, pero quedó afectada) la envoltura de parte del combustible. El propio material nuclear estaba indemne, pero el revestimiento exterior de Zircaloy empezó a fundirse. Lo que sucedió luego es que algunos de los subproductos de la desintegración del uranio (Cesio y Yodo radiactivos) empezaron a mezclarse con el vapor. El problema grave, el uranio, seguía bajo control, ya que las barras de óxido de uranio resisten hasta los 3000ºC. Se corroboró que se midieron cantidades muy pequeñas de Cesio y Yodo en el vapor liberado a la atmósfera exterior.
Aparentemente esa fue la “señal de adelante” para un gran plan B. Las pequeñas cantidades de Cesio que se pudieron medir, indicaron a los trabajadores que el primer sistema de aislamiento de una de las barras iba a ceder. El Plan A residía en restituir uno de los sistemas normales de enfriamiento del núcleo. Por qué se malogró no está claro. Una interpretación plausible es que el tsunami también se llevó por delante, o bien contaminó, toda el agua limpia indispensable para los sistemas normales de refrigeración.
El agua empleada en el sistema de refrigeración es agua muy limpia, desmineralizada (como destilada). La razón de utilizar agua pura es la anteriormente referida activación por los neutrones derivados del uranio: el agua pura no se activa mucho, así que queda prácticamente exenta de radiactividad. El polvo o la sal contenidas en el agua absorberían mejor los neutrones, haciéndose más radiactivos. Esto no perjudica al núcleo, ya que no importa con qué lo enfriemos. Pero hará la vida mucho más difícil para los trabajadores y los mecánicos, si éstos tienen que obrar con agua activada (ligeramente radiactiva).
Pero el Plan A había fracasado (los sistemas de refrigeración se habían desplomado, o bien no quedaba disponible más agua pura), así que se puso en marcha el Plan B. Esto es lo que parece que ocurrió:
Con el fin de impedir una fundición del núcleo, los trabajadores comenzaron a utilizar agua de mar para enfriar el núcleo. No estoy seguro de si la emplearon para inundar la vasija de presión (el segundo sistema de aislamiento), o si anegaron el tercer confinamiento, sumergiendo la vasija de presión. Pero este hecho no es importante. La cuestión es que se enfrió el combustible nuclear. Ya que la reacción en cadena se había detenido hace tiempo, sólo había en ese momento un poco de calor residual.
La gran cantidad de agua de refrigeración empleada es suficiente para extraer ese calor. Como es mucha cantidad de agua, el núcleo ya no genera suficiente calor para producir presiones significativas. De igual manera, se incorporó ácido bórico al agua de mar. El ácido bórico es una “barra de control líquida”. Sin importar lo que se desintegre, el boro capturará los neutrones y acelerará el enfriamiento del núcleo.
El reactor estuvo próximo a una fundición. Esto es lo peor que podía haber ocurrido y fue evitado: Si no se hubiera empleado el agua de mar, los trabajadores habrían continuado liberando vapor de agua para impedir una presión excesiva. El tercer sistema de aislamiento habría sido sellado por completo para posibilitar la fundición sin que se liberase material radiactivo. Después de la fundición, habría pasado un período de espera para que los materiales radiactivos intermedios se desintegrasen en el interior del reactor, y para que todas las partículas radiactivas se sedimentaran en la superficie, dentro del sistema de aislamiento.
El sistema de refrigeración se restablecería tarde o temprano, y el núcleo fundido se refrigeraría hasta una temperatura más manejable. Se limpiaría el sistema de aislamiento por dentro. Luego empezaría un pesado trabajo para retirar el núcleo fundido, empaquetar el combustible (sólido de nuevo) fragmento a fragmento, para su traslado en contenedores hasta las plantas de procesado. Según el daño, el bloque del reactor sería restaurado o desmantelado.
¿Qué sacamos en claro de esto? Mi evaluación es la siguiente:
– La central está protegida y así permanecerá.
– Japón declaró el percance como un Accidente INES de Nivel 4: Accidente nuclear con consecuencias locales. Eso es nefasto para la empresa propietaria de la central, pero no para los demás.
– Se liberó algo de radiación cuando se ventiló la vasija de presión. Todos los isótopos radiactivos del vapor activado fueron eliminados (desintegrados). Se liberó al aire una cantidad muy pequeña de Cesio y de Yodo. Si estuviésemos sentados encima de la chimenea del reactor cuando lo estaban ventilando, deberíamos dejar de fumar para haber vuelto a nuestra anterior esperanza de vida. Los isótopos de Cesio y Yodo terminaron en el mar y no volveremos a verlos.
– Ocurrió un perjuicio limitado en el primer sistema de aislamiento. Esto quiere decir que ciertas cantidades de Cesio y Yodo radiactivo se liberaron también en el agua de refrigeración, pero no uranio u otras sustancias indeseables (los óxidos de uranio no pueden disolverse en agua). Existen instalaciones para tratar el agua de refrigeración del tercer sistema de aislamiento. El Cesio y Yodo radiactivo serán apartados y finalmente almacenados como residuos radiactivos.
– El agua de mar empleada como refrigerante estará activada en cierto grado. Como las barras de control están totalmente introducidas, no está ocurriendo la reacción en cadena de uranio. Esto quiere decir que la reacción nuclear “principal” no está ocurriendo, y por tanto no contribuye a la activación. Los materiales radiactivos intermedios (Cesio y Yodo) casi han desaparecido en este punto, debido a que la desintegración de uranio se paró hace tiempo. Esto reduce más la activación, existiendo algo de activación de bajo nivel en el agua de mar, la cual deberá también ser retirada.
– El agua de mar deberá, con el tiempo, ser sustituida con agua “normal” de refrigeración.
– El núcleo del reactor se podrá entonces desmantelar y transportar a una instalación de procesamiento, igual que durante el cambio acostumbrado de combustible.
– Las barras de combustible y todo el reactor deberán ser revisados en busca de posibles averías. Este proceso llevará unos 4 ó 5 años.
– Los sistemas de seguridad de todos los reactores japoneses tendrán que ser mejorados para poder aguantar un terremoto y tsunami de intensidad 9,0 (o peor).
ACTUALIZACIÓN
Creo que el principal inconveniente será una prolongada carencia de energía. 11 de los 55 reactores nucleares de Japón se desconectaron en varias centrales y deberán ser inspeccionados, provocando una reducción directa de la capacidad de generar energía nuclear en un 20%, en un país donde el 30% de la capacidad generadora de energía es de procedencia nuclear. No he pensado en posibles efectos para otras centrales nucleares que no hayan sido directamente afectadas.
Seguramente se podrán cubrir las pérdidas con centrales de gas que se suelen emplear tan sólo para cargas pico, y que ahora deberán cubrir también las exigencias de carga base. No estoy al tanto de la cadena de suministro nipona de petróleo, gas y carbón, ni con los daños padecidos en los puertos, refinerías, redes de almacenamiento y transporte, así como los perjuicios a la red nacional de distribución. Todo esto aumentará la factura de la luz, y generará cortes de energía en Japón durante la demanda punta y los trabajos de reconstrucción.
Todo esto es tan sólo parte de un cuadro mucho más amplio. La respuesta a la emergencia debe tratar con problemas de refugios, agua potable, alimentación, atención médica, infraestructura de transportes y comunicaciones, aparte de al suministro eléctrico. En un mundo con escasas redes de suministro, se auguran grandes retos en todas esas áreas.
Más información en estas páginas.
– World Nuclear News (Battle to stabilise earthquake reactors).
– World Nuclear News (Venting at Fukushima Daiichi).
– Japan Nuclear Earthquake.
– Media updates on nuclear power stations in Japan.
Traducido por Arturo Quirantes del artículo «Why I am not worried about Japan´s nuclear reactors» del Dr. Josef Oehmen, científico del MIT.
1 – Vasija del reactor
2 – Combustible
3 – Barras de control
4 – Bombas de circulación
5 – Control de mecanismos de propulsión
6 – Vapor sobrecalentado
7 – Alimentación de agua
8 – Turbina de alta presión
9 – Turbina de baja presión
10 – Generador
11 – Excitador
12 – Condensador
13 – Agua fría
14 – Precalentador
15 – Bombas de agua de alimentación
16 – Enfriamiento de la bomba de agua
17 – Blindaje de hormigón
18 – Línea al sistema de energía
Es que si en las noticias lo pintan como si hubiera caido una bomba como la de Hiroshima. Deberían ser más cuidadosos con la forma de dar la información a veces con tal de generar mayores audencias caen en amarillismos y desinformación total y eso solo genera más terror en la gente que ya deporsi no creo que la estén pasando muy bien que digamos.
Andrés, ningún periodista habrá hecho una entrada tan completa como la tuya, eres único, el mejor.
Esperemos que pueda quedar en un gran susto y logren refrigerarlo como sea.
Un abrazo.
Que bien lo has explicado. Me sigue costando trabajo comprender todo esto, pero algo he pillado y veo el problema menos grave.
La explicacion es muy clara y creo que nos estas dando un respiro a todos los que estamos bastante agobiados por los noticieros y la mala informacion. gracias
Creo que ha estas alturas ya sabemos cual es el principal problema de la energia nuclear. Que hace falta energia para mantener el genio dentro de la lampara. Y sin energia incluso el combustible gastado es peligroso. El sistema es intrinsecamente peligroso pues ni siquiera el apagado nos permite una situacion estable. Ninguna barrera de contencion evitara la salida de radiaccion en un reactor sin controlar, como sigue pasando en Fukushima que lleva años contaminando las aguas subterraneas sin posibilidad alguna de evitarlo y cada dia contamina mas y mas.
Si algo puede pasar, pasara, solamente hay que darle el tiempo necesario (Maxima de la fisica cuantica).