Si nos referimos a alguien o alguna cosa que se encuentra en las quimbambas, estamos indicando que está en un lugar lejano e indefinido, pero ¿dónde se encuentra este lugar? ¿existe realmente ese sitio que parece ficticio?
Según contaba el cubano Fernando Ortiz en su «Glosario de afronegrismos» (1924), el término quimbambas, quimbámbara o quimbámbula procede de la región Kimbambala en la República Democrática del Congo, mientras que Cambamba era una localidad angoleña donde los portugueses establecieron un punto esclavista. Aun así resulta curiosa la coincidencia de que también en el centro de Cuba (provincia Las Tunas) exista un pueblo denominado Quimbambas.
Existe una frase parecida, «estar en la chimbamba», de igual significado y cuyo lugar podemos ubicar en Angola, en la provincia de Huambo.
Otras formas de designar lugares lejanos y perdidos de la mano de Dios serían: la sínsula o sínsoras que son «lejanas demarcaciones campesinas de tierra adentro»; sibanco o cibanco, un lugar apartado; ceboruco o seboruco, lugar en el monte algo inaccesible; jurutungo, un término de origen africano que igualmente nos indica un lugar remoto; y no menos importante la Cochinchina, que sería la región sureña del actual Vietnam, que por aquel entonces era una colonia francesa denominada Nam Ky.