El Toro de Osborne es una enorme silueta publicitaria de un toro bravo de lidia que tiene unos 14 metros de altura, y fue utilizada en un principio para anunciar el brandy Veterano, del Grupo Osborne (de ahí deriva el sobrenombre). Estas vallas se emplazaron en 1958 en distintos puntos del territorio español cerca de las carreteras, quedando en contraste con el horizonte para que se divisaran mejor. Al ser vistas por los viajeros que circulaban por las carreteras, cobraron una notoria popularidad.
El diseño original pertenece a Manolo Prieto, que en 1956 lo presentó para la agencia Azor y en un principio fue rechazado porque parecía más adecuado para una ganadería. Así que el artista tuvo que ir hasta El Puerto de Santa María para convencer a Osborne de que el concepto era el adecuado, logrando su objetivo.
Por aquella época medían 7 metros y tenían 40 m2 de superficie. El diseño era diferente al actual, ya que los toros tenían los cuernos blancos y llevaban el rótulo «Veterano Osborne» escrito en blanco y el exterior de la letra en rojo. También aparecía una copa de brandy sobre la letra N.
Como las vallas publicitarias de madera sufrían las adversidades meteorológicas, se empezaron a utilizar otras chapadas en metal en 1961. También desaparecieron los cuernos blancos, pintándose de negro a partir de ese momento. Los retoques en la silueta original del Toro, que el herrero hacía para ahorrarse trabajo, no fueron del gusto de su diseñador Manolo Prieto, que declaró: «Me están dejando el Toro hecho una cabra». Por ello comenzó a mandar la silueta del Toro de forma cuadriculada para facilitarle la faena al herrero.
Pronto estas vallas peligraron debido a nuevos estatutos sobre la publicidad en carretera. En 1962 apareció una ley que prohibía las vallas publicitarias cerca de las carreteras, debiendo dejar un espacio mínimo de 125 metros. Para solucionar el inconveniente, los toros se alejaron, pero aumentaron su tamaño hasta alcanzar los 14 metros de altura para suplir así la distancia.
En 1988, la Ley General de Carreteras prohibió la publicidad en autopistas y carreteras. Para que los toros pudieran seguir existiendo, se eliminó la marca de la empresa en los rótulos, dejándose sólo las vallas de los toros.
En septiembre de 1994 apareció un nuevo Reglamento General de Carreteras que decretaba eliminar los Toros de Osborne, pero la presión de las comunidades (en especial la andaluza) y la sociedad española consiguieron salvarlos hasta que en 1997 el Tribunal Supremo los declaró patrimonio cultural y artístico bajo esta declaración: «Ha superado su inicial sentido publicitario y se ha integrado en el paisaje y debe prevalecer, como causa que justifica su conservación, el interés estético o cultural, que la colectividad le ha atribuido».
Desde entonces incluso han sufrido el vandalismo de nacionalistas y se han utilizado como modo de protesta por ciertas tensiones territoriales y políticas. Por ejemplo, el año pasado al toro mallorquín le pintaron la bandera gay y le quitaron los testículos. A los pocos días se volvió a pintar de negro y le soldaron de nuevo los testículos.
Con el tiempo, el Toro de Osborne ha pasado de ser una simple valla publicitaria de una marca, a convertirse en un icono de la cultura española bajo la apariencia de un toro bravo.
Actualmente en España existen 92 toros distribuidos por varias comunidades españolas, a excepción de Cataluña, Cantabria y Murcia. Desde 1962, es el Departamento de Publicidad de Osborne quien se encarga de seleccionar los lugares donde se dispondrán los toros. Estos son los toros existentes en la actualidad distribuidos por comunidades:
Andalucía 23
Castilla León 14
Castilla La Mancha 13
Comunidad Valenciana 12
Aragón 6
Extremadura 5
Galicia 5
Asturias 5
Madrid 2
La Rioja 2
Baleares 1
Canarias 1
Navarra 1
País Vasco 1
Melilla 1
Los Toros de Osborne se fabrican en los talleres de la industria familiar Tejada, de El Puerto de Santa María. En sus hornos se elabora esta silueta de medidas admirables: un peso de unos 4.000 kilos, una altura cercana a los 14 metros (lo que equivaldría a un edificio de 4 plantas) y una superficie de unos 150 m².
Su armazón está formado por 70 chapas de 90 x 190 centímetros y unos 2 mm. de espesor. Para asentar estas construcciones se deben realizar genuinas obras de ingeniería. Primeramente se prepara el amarre de las cuatro torretas metálicas que aguantan la figura, con una base formada por 4 zapatas de 6 m³ de hormigón cada una, y un peso total aprox. de 50.000 kilos.
El siguiente paso es engarzar las piezas como si de un rompecabezas se tratara, teniendo que hacer 1.000 agujeros con taladro para fijar las partes con tornillos de doble tuerca. Para finalizar, se debe dar color al Toro, utilizándose unos 50 kilos de pintura para recubrir los lomos del animal.
En Ceuta existió un toro durante 10 años en el monte Hacho.
Toro de Campello, en la Venta Lanuza, Alicante.
Toro de Fuengirola, Málaga.
Toro de Miranda del Ebro, Burgos.
Toro de Villajoyosa, Alicante.
Toro de Albacete.
En México existen unos toros parecidos, también emplazados por el Grupo Osborne, pero habitualmente con el nombre del brandy Magno impreso sobre ellos.
Y sin contar pegatinas, camisetas, etc.. el toro Osborne ha cogido una notoriedad en los últimos años, no??
Jajajaj Cierto Sil, Odio este Toro. XD En Andalucía hay mogollones!
Me ha encantado esta entrada Andrés.
Desde pequeña ya me llamaban la atención y eran mis puntos de referencias en algunos viajes.
Me alegra que lo declararan patrimonio cultural y artistico y que siga siendo un gran icono de la cultura española.
Hola Andrés!
Muy curiosa la entrada. La verdad es que me gusta mucho ver estos toros cuando viajo.
Te enlazo la entrada en mi último post:
http://elmundoderafalillo.blogspot.com/2012/03/no-es-mio-pero-es-interesante-xliii.html
Espero que te guste ;)
Gracias Rafalillo.
Fascinante la historia de estos Toros! Yo también los asocio a mis viajes por la geografía española y a la película Jamón, jamón ;)
Un saludo,