Por una mera cuestión de poder y control de la población. Si bien no era una postura muy extendida, algunas órdenes religiosas consideraban que la risa podía erosionar las creencias y la obediencia de los fieles cristianos.
Las sátiras podían llevar a la gente a cuestionar los dogmas religiosos y, por lo tanto, el poder de la iglesia se vería afectado. Por eso algunos eclesiásticos propagaron la idea de que Cristo nunca se había reido, y asociaron la risa al diablo, al cual se le comenzó a representar con una sonrisa en la boca.
Un ejemplo muy gráfico y bien documentado de tales supersticiones es el argumento de la novela de Umberto Eco El nombre de la rosa (llevada al cine por Jean-Jaqcues Annaud) En él, todo gira en torno al Libro II de la Poética de Aristóteles, dedicada a la Comedia.
Me parece increíble que propagaran la idea de que Cristo nunca se había reído,y desconocía que la risa se asociaba en la edad media al diablo.
Anteriormente la iglesia ya no tenia nada que inventar, porque nada les garantiza a ellos que cristo no reia.
Ay, si yo os contara…