En lo relativo a la normativa que regula la venta o la prohibición de consumir marihuana, su etiquetación como droga blanda o dura, su uso recreativo o su uso medicinal, cada país es casi un mundo y algunos países son hasta dos mundos paralelos. Este es el caso de Países Bajos, que últimamente vive una turbulenta realidad que va de lo más restrictivo a lo abiertamente permisivo. Y eso que si oímos hablar, por ejemplo, de semillas de marihuana autoflorecientes, casi todos pensamos en Amsterdam.
Por un lado, los partidos políticos más liberales están intentando legalizar y regular el cannabis. Esto puede resultar sorprendente habida cuenta de que todos pensamos que casi todo lo referente al consumo de marihuana es legal en este país…pero no es así. De hecho, los coffeeshop son ilegales en Holanda, aunque funcionan con una política de tolerancia. Por eso, algunas voces piden que el gobierno asuma un papel más activo en la producción y venta de esta sustancia que mueve mucho dinero.
Si pudieran gravar el cultivo (actualmente prohibido), los 400 millones que ya recaudan en impuestos a los coffeeshops aumentarían exponencialmente. Esta propuesta ha contado con mucho apoyo por parte de los distintos municipios. Pero esta medida convive con otra que dicta que a partir de este mes de enero de 2014 los coffeeshops situados a menos de 250 metros de una escuela deberán cerrar en horario escolar, y en última instancia se les retirará la licencia.
En esta línea, el alcalde de Ámsterdam ya ha declarado que va a tomar medidas contra el uso del cannabis, y que serán “enérgicas”. Esta propuesta parece poco lógica dado que los coffeeshops ya obedecen la norma de impedir el consumo y el paso a menores de dieciocho años, con lo que resulta difícil imaginar de qué manera puede influir su cercanía a un centro escolar…
Veremos qué tendencia prevalece en este país tan plural!