La Oca, el Tres en Raya, el ajedrez, el parchís, el bingo de cartones… u otros juegos más originales como Ketekojo, Pentaline, Marelle, La Escalera o Sempre Avanti… Puede ser que no te suene esta última lista de juegos, pero si tienes una edad prudencial, es probable que sí; tanto, como el anuncio de Nocilla o el helicóptero de Tulipán, grandes clásicos de nuestra infancia y juventud nostálgica.
Y es que estamos hablando de los míticos Juegos Reunidos Geyper. Ciertos juguetes pasan a los anales de la historia por marcar una época y representar el ideal de objeto ansiado por todos los niños de entonces. Quizás los Juegos Reunidos Geyper no eran tan llamativos como otros más estrafalarios o de apariencia más guay y moderna, pero en ello residía su encanto, ya que representaban la jugabilidad personificada.
Los Juegos Reunidos Geyper eran concretamente eso, una caja repleta de juegos de mesa variados que cumplían perfectamente su cometido de entretener a niños y a toda la familia (algo que a día de hoy es una costumbre que se está perdiendo). Aunque su variedad dependía de la cantidad de juegos que albergaba el modelo de caja (había de diferentes cantidades), prometían un buen rato de diversión gracias a sus numerosas opciones.
Si comenzamos a buscar información de estos juegos, nos encontraremos con que sólo existe contenido sobre ellos en sitios web para nostálgicos y coleccionistas. Y es que lo malo de los Juegos Reunidos Geyper es que se dejaron de fabricar en 1987, por lo que su valor como objeto de culto nostálgico ha aumentado en gran medida. Quienes tuvieron en su casa uno de estos juegos, seguro que los recuerdan gratamente.
Haciendo un poco de historia, os podemos contar que Geyper fue una compañía desarrollada por el valenciano Antonio Pérez Sánchez, quienes algunos creen que fue un visionario adelantado a su época. El origen de la sociedad Geyper se remonta posiblemente al año 1945, que fue cuando comercializaron su primer aparato, un walkie-talkie o comunicador portátil con un aspecto futurista, de un estilo como “espacial”. La ubicación de la empresa, según aparece en los registros, estaba situada en el número 33 de la calle Eduard Boscá de Valencia.
El nombre de Geyper procede de la mezcla del apellido de Antonio (Pérez – Per) y el de un tio suyo, que fue el que le alentó a crear la empresa. Debido al éxito que tuvo aquel walkie-talkie cósmico y un meccano (juguete de construcción) al que llamaron Cadeko, la compañía pudo desarrollar a mediados de la década de los 50 una recopilación de juegos de mesa que se vendían en una caja y tuvieron una gran campaña de publicidad.
Gracias a estos juegos, Geyper se convirtió en una de las compañías de juguetes más importantes de toda España, y de ahí nacieron otros artículos de éxito como Geyperman, unas figuras de acción comercializadas en la década de los años 70.
Tal y como sucedió con la mayoría de juguetes y otras sociedades de la juguetería en general, la era de la electrónica y más recientemente la de Internet provocaron que el sector se resintiera. Esto desembocó en nuevas maneras de juego, ya que donde antes se jugaba en grupos de niños, en muchos casos se sustituyó por competiciones entre el jugador y un ingenio electrónico.
Precisamente para Geyper esto supuso una de las razones de su quiebra, teniendo que cerrar la compañía. Así finalizó el sueño de Antonio Pérez, quien llegó a establecer alianzas con empresas japonesas como Tomy o británicas como Airfix, algo que no era muy normal en aquella época.
El poder de la nostalgia intentó relanzarla en el año 2001 de manos de Bizak, pero el invento no llegó a buen puerto. Aunque la empresa había adquirido los derechos y llegó a comercializar los Juegos Reunidos Geyper de nuevo, su tiempo había pasado para que tuviera un desarrollo sostenible y se dejó de fabricar.
A día de hoy tenemos una especial morriña por estos juegos, que aunque pensemos que fueron siempre igual, tuvieron una evolución durante los años de su comercialización. Las primeras cajas eran de madera y tenían bisagras, que luego fueron cambiadas por cajas de cartón. Otros cambios fueron cosas más simples como los colores de la caja o logos de la marca, así como que el cartel de Geyper estuviera primero pegado y luego impreso.
También la cara del niño de Geyper sufrió cambios, primero siendo un niño rubio que luego pasó a ser otro niño de cabello castaño, con diferencias también en las cejas u ojos, e incluso en su última etapa bajo Bizak, también tuvo un pequeño arreglo.
El interior de la caja también tuvo mejoras, cambiándose los separadores confeccionados con cartulina a unos moldes de plástico, o los tableros, que se modernizaron. También cambiaron o añadieron juegos, que eran más complicados en su mecánica y hasta eran tan raros que venían con su libro de instrucciones para entender su funcionamiento. Había cajas de diferentes juegos, teniendo en su última etapa cantidades terminadas en 5 como 25, 35, 45, 55 ó 65.
La clave del éxito de los Juegos Reunidos Geyper se debe probablemente al equilibrio de sus juegos, que permitía jugar tanto a pequeños como adultos. Sea la edad o pericia que tuviera cualquiera, o los gustos que poseyera, encontraba algún juego ideal para pasar un rato. Y esto es algo de un valor incalculable, ya que pocas formas de ocio poseen la versatilidad que disfrutaron los Juegos Reunidos Geyper.
Qué recuerdos al leer este artículo madre mía, esas tardes de domingo jugando con padres y tios, riendo, llorando porque perdías…jaja