En esta broma tenemos a un invidente comiendo en una terracita, pero no encuentra la sal, y pide a la gente que le alcance el salero, y ya que está, que le eche la sal en la comida.
Pero para asombro de estos incautos pardillos, el tapón del salero está dado de sí y la sal se desparrama por el plato hasta alcanzar niveles mortales.
Las caras de la gente son todo un poema XD.
Jaja que broma más pesada, las caras son de alucine xD
jajaj esta buenisimooooooooo