El fūrin o fuurin (風鈴 – ふうりん) es una campanilla de viento tradicional de Japón que se suele colgar en los techos de las casas, por lo que es algo típico de los hogares más antiguos. Aunque está relacionada históricamente con oriente y es todo un icono allí, también se ha empleado en occidente. Yo al menos lo he visto bastante en diferentes animes como un símbolo del buen tiempo, para representar que la historia transcurre en verano, etc.
Su origen reside en China, de donde fue exportado en el pasado hasta Japón por los monjes budistas. En China los empleaban para saber la dirección y la fuerza del viento en los campos de bambú, que era donde los colgaban. No obstante, se han encontrado algunas campanillas de viento de la época romana con un estilo y diseños algo diferentes a los de Oriente. En lo que sí parecen coincidir es en su uso, ya que siempre se empleó como un talismán para alejar a los malos espíritus. En los templos se colocan en las cuatro esquinas con el fin de alejar el mal y atraer la paz, ya que existe la creencia que el tintineo que producen, evita cualquier calamidad.
En un principio se elaboraban de cobre y su peculiar sonido al tintinear se relacionaba con la tranquilidad y serenidad. Incluso se llegaron a fabricar con otros materiales como cerámica o madera, dependiendo del sitio en que se emplazaran. Posteriormente, cuando en Japón se comenzó a trabajar con vidrio durante el periodo Edo, se adoptaron como elemento decorativo de las casas, concretamente para los veranos, ya que representan el frescor y la naturaleza.
Los peces son el elemento que más aparece en los furines.
Por ello se suele ver estas campanillas en terrazas, puertas, ventanas y balcones de casas, y también en los numerosos templos que existen por todo el país nipón. Sus diseños suelen evocar elementos marinos, acuáticos o veraniegos. El furin tradicional tiene forma de campana redonda y está elaborado con metales, vidrio o cerámicas. Dentro de esta campana suele haber un cordel del que pende otro elemento a modo de badajo y al final un papel o cartón; cuando hay viento, el papel hará que el cordel se mueva y el badajo toque la campana, produciendo un característico tintineo. Precisamente este mecanismo accionado por el viento, relaciona el furin con la brisa veraniega.
Algunos furines han evolucionado en formas que distan de la típica campana.
Su sonido se considera tan agradable, que también se emplea como instrumento musical. Se puede emplazar estratégicamente una serie de furin juntos para crear sonidos armoniosos. También se han empleado en creaciones musicales o incluso en videojuegos.
Aquí tenéis un vídeo en el que se habla de los furines, cómo se hacen y decoran. Aunque está en inglés, es bastante gráfico, y os servirá para escuchar el sonido del furin.
500 furines sonando en el templo Ikegami Honmoji.
Y más imágenes de furines o furins.