Aunque en este post tomamos como ejemplo el problema de la anorexia, lo que tratamos puede aplicarse a cualquiera de los demás trastornos alimenticios que existen: bulimia, trastorno alimentario compulsivo, trastorno de rumiación, pica, etc.
La anorexia es un desorden que no está vinculado a la comida o el peso exclusivamente. Si el problema realmente fuese el de haber cogido unos kilos de más, no nos costaría mucho adelgazar para perderlos y solucionaríamos el asunto. Pero para nuestro pesar, si somos anoréxicos, podremos haber logrado adelgazar hasta conseguir un peso normal, y aun así seguiríamos padeciendo problemas para alimentarnos con normalidad.
Y es que tras cualquier desorden en la alimentación, suelen existir otros problemas ocultos que deben explorarse para solucionar el trastorno totalmente. De esta manera, el primer paso será el de acudir a un psicólogo que pueda prestar ayuda a la persona afectada. Como dice la Psicóloga Naira León Acosta, un buen profesional tratará de hallar los verdaderos problemas con el fin de vencerlos, consiguiendo que la persona se sienta mejor en todos los aspectos de su vida, incluida la alimentación.
Es posible que la persona que sufra el trastorno de alimentación necesite ser más complaciente consigo misma, con sus defectos o desaciertos. También que aprenda a controlar sus emociones y sentimientos más viscerales, de modo que pueda luchar contra situaciones adversas como el abandono, aislamiento, rechazo, reproches, críticas y demás actos externos hacia su integridad.
Puede que haya que enseñar a la persona a dejar de odiarse a sí misma para que aflore todo lo bueno que posea, o que haya que mostrarle a reconducir su estrés, afrontar las decisiones difíciles u olvidarse de observarse continuamente; así, al no prestar atención a cualquier aspecto negativo, podrá vivir el momento para darse cuenta que en la vida diaria existen otros elementos aparte de la manía u ofuscación por el peso.
Llegados a este punto, la persona que padezca el problema mejorará su autoestima para enfrentarse al mundo con una nueva visión alejada de temores, pudiendo relacionarse con los demás de una manera positiva. También logrará dejar atrás cualquier trauma, injusticia o abuso que haya sufrido en el pasado. Eso sí, no existe una manera común de proceder para todos los individuos, ya que cada caso y persona son diferentes, así que el psicólogo tendrá que seguir distintas pautas dependiendo de los factores en juego.
En cuestión de poco tiempo, según se vayan adoptando las habilidades para superar los problemas y realizar los cambios pertinentes, su visión del mundo exterior cambiará. De esta forma la persona podrá actuar y relacionarse con los demás de otra forma, remitiendo automáticamente su obsesión por el cuerpo o la comida.
Uno de los errores más comunes que podemos ver a la hora de tratar la anorexia o cualquier otro desorden en la alimentación, es intentar primero cambiar de raíz los hábitos a la hora de comer. Esto es una equivocación porque para conseguir que un paciente anoréxico realice una alimentación sana, antes debe recibir un tratamiento o preparación psicológica.
La razón deriva en que los desórdenes alimenticios poseen una función para las personas que los sufren: servirles para batallar contra el mundo en el que están; es una especie de escudo con el que mitigar el dolor, las inquietudes, los problemas personales y cualquier sentimiento negativo.
De alguna manera, el trastorno alimenticio es una forma de defenderse y sobrevivir a las vicisitudes de la vida, siendo el único camino que tiene el paciente de conducir y controlar su existencia. Aunque es un procedimiento destructor, es una realidad de nuestra psique humana, como la única vía de escape que tiene para afrontar los problemas. Por eso es primordial cambiar la forma que tenemos de lidiar con el mundo, ya sea el externo como el interno.
Para ello es recomendable buscar un psicólogo/a que nos ayude a tratar la anorexia de la forma correcta, empezando por atender nuestros problemas personales primero. Seguro que según avance la terapia, comenzaremos a darnos cuenta de que la comida y el peso son elementos superfluos que pierden su cometido porque la anorexia carece ya de sentido.
Una vez hayamos vencido la anorexia o cualquier otro trastorno alimenticio, no sólo habremos ganado a este desorden psicológico, sino que habremos crecido como personas y madurado para hacernos más fuertes. Incluso nos servirá para conocernos más y así sacar lo mejor de nosotros mismos para multitud de ámbitos de nuestra vida.