¿Qué es el coronavirus?
Los coronavirus pertenecen a una familia de virus que pueden causar fiebre, problemas respiratorios y, a veces, también patologías gastrointestinales. El nuevo coronavirus 2019 o SARS-CoV-2 es uno de los siete miembros de esta familia que infecta a los seres humanos, y es el tercero en las últimas tres décadas que ha pasado de los animales a los humanos.
Los coronavirus se dividen a su vez en cuatro grupos denominados géneros, que son alfa, beta, gamma y delta. Estos pequeños invasores son zoonóticos, lo que quiere decir que pueden propagarse entre animales y humanos; los coronavirus gamma y delta contagian principalmente a las aves, mientras que los alfa y beta residen generalmente en los mamíferos.
Los investigadores aislaron por primera vez los coronavirus humanos durante la década de los años 60, y durante mucho tiempo se consideraron bastante leves. La mayoría de las veces, si terminas infectado por un coronavirus, simplemente tienes un resfriado. Pero los coronavirus más famosos, son los que saltaron de los animales a los humanos.
Los coronavirus se componen de una tira de ARN, y ese material genético está rodeado por una membrana de la que sobresalen pequeñas puntas de proteína. Bajo un microscopio, esas proteínas se pegan formando una corona alrededor de la parte superior del virus, lo que ha llevado a nombrarlos con la palabra coronavirus (de «corona»).
Cuando el virus entra en el cuerpo, las puntas de esas proteínas se adhieren a las células anfitrionas, y el virus inyecta ese ARN en el núcleo de la célula, secuestrando la maquinaria de réplica para hacer más virus. En ese momento la infección está en marcha.
La gravedad de esa infección depende de un par de factores. Uno es a qué parte del cuerpo tiende a aferrarse el virus. Los tipos menos graves de coronavirus, como los que causan el resfriado común, tienden a adherirse a las células que están más arriba en las vías respiratorias, como la nariz o la garganta. Pero sus parientes más complejos se adhieren a los pulmones y a los bronquios, causando infecciones más graves.
El virus MERS-CoV que causa el Síndrome respiratorio de Oriente Medio, por ejemplo, se adhiere a una proteína que se encuentra en el tracto respiratorio inferior y en el tracto gastrointestinal, por lo que, además de causar problemas respiratorios, el virus a menudo causa insuficiencia renal.
Otro elemento que contribuye a la gravedad de la infección, son las proteínas que el virus produce. Diferentes genes implican que se producen proteínas distintas; los coronavirus más virulentos pueden tener proteínas de punta que son mejores para adherirse a las células humanas. Algunos coronavirus producen proteínas que pueden defenderse del sistema inmunológico, y cuando los pacientes responden inmunológicamente, enferman más.
Desde su aparición en China el pasado mes de diciembre, este nuevo coronavirus SARS-CoV-2 ha causado una emergencia sanitaria mundial, afectando a unas 135.000 personas en todo el mundo, de las que han muerto 5.000. De momento ha surgido en 126 países.
¿Cómo se propaga?
Los investigadores aún están tratando de entender cómo se propaga el SARS-CoV-2 entre los seres humanos. SARS-CoV-2 es el nombre oficial del virus, mientras que el nombre oficial de la enfermedad que causa el germen es Covid-19.
Se piensa que el virus se transmite y propaga al estar cerca de las personas infectadas. Concretamente por las gotitas que se expulsan al toser, estornudar, hablar o simplemente respirar. Por eso la mejor prevención es guardar siempre una distancia mínima con las personas infectadas, de al menos un metro de separación.
Cuando las gotitas de la persona infectada llegan a la boca o nariz de la persona sana, es cuando se produce la infección. También se cree que puede ocurrir si las gotitas llegan a los pulmones cuando la persona sana respira.
El virus presenta un período de incubación de 2 a 14 días. Esto significa que la gente puede propagar la infección durante ese periodo antes de que surjan los síntomas: fiebre, tos o dificultades respiratorias. Es por eso que el virus se ha extendido de forma descontrolada hasta causar nuestra actual pandemia.
¿Por qué se propaga el coronavirus tan rápido?
Diversos análisis genéticos y estructurales han determinado una peculiaridad clave del virus: existe una proteína en su parte exterior que podría explicar por qué consigue infectar con tanta facilidad las células humanas.
Otros investigadores están analizando la puerta de entrada del nuevo SARS-CoV-2 en los tejidos humanos: un receptor en las membranas celulares. Por ello se está estudiando tanto al receptor celular como la proteína del virus, ya que en ambos elementos tendrían que actuar los medicamentos para erradicar el patógeno, aunque todavía los investigadores siguen sin conocer una cura o vacuna.
Según David Veesler: «Comprender la transmisión del virus es algo vital para que podamos contenerlo y prevenirlo en el futuro«. David es Profesor Adjunto de Bioquímica en la Universidad de Washington en Seattle, y ha estado estudiando junto a su equipo sobre el SARS-CoV-2.
De estas investigaciones podemos ver un expediente publicado en bioRxiv el pasado 19 de febrero, sitio web donde se recopilan artículos de biomedicina pendientes de revisión externa.
El nuevo virus SARS-CoV-2 se propaga con más facilidad que el que originó el Síndrome respiratorio agudo grave en la epidemia de 2002. Aquel virus, denominado SARS-CoV, también es un coronavirus, pero el SARS-CoV-2 ha infectado diez veces más personas que las que por aquel entonces contrajeron el Síndrome respiratorio agudo grave (SARS).
Para contagiar a una célula, los coronavirus emplean una proteína, llamada S, que se une a la membrana celular mediante un proceso que activan ciertas enzimas determinadas de dicha célula.
Los estudios genómicos han determinado que la proteína S del nuevo coronavirus es distinta a la de sus parientes cercanos, y se cree que la proteína presenta un sitio, o dominio, que se activa gracias a una enzima de la célula huésped, denominada furina.
Este factor es importante, ya que la furina se encuentra en muchos tejidos de nuestro cuerpo, como los pulmones, el hígado o el intestino delgado.
Esto quiere decir que el virus tiene el poder de arremeter diversos órganos, como explicó Li Hua, un experto en biología estructural de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Huazhong en Wuhan (China), que es donde se originó la pandemia.
Este descubrimiento explicaría varios de los síntomas que presentan algunos afectados por el coronavirus, como la insuficiencia hepática.
Li Hua y más investigadores publicaron acerca de esto el 23 de febrero en un artículo (Furin, a potential therapeutic target for COVID-19) del repositorio ChinaXiv, en el que realizaron un análisis genético del virus.
Según revelaron, el SARS-CoV y otros coronavirus del mismo género que el nuevo virus, no presentan lugares que puedan ser activados por la furina.
El sitio de activación de la furina «gestiona al virus de forma muy distinta al SARS en términos de cómo penetra en las células, y es probable que esto ayude a que el virus sea estable y pueda transmitirse mejor«, según reveló Gary Whittaker, Profesor de Virología en la Universidad Cornell de Ithaca, Nueva York (Estados Unidos).
Junto a su equipo, publicó en el repositorio bioRxiv el artículo «Structure, function and antigenicity of the SARS-CoV-2 spike glycoprotein«, donde analizaba la estructura de la proteína S del coronavirus.
Otros investigadores también han señalado al sitio de activación como el potencial mecanismo que permite la eficaz propagación del virus entre las personas. Han recalcado que estos sitios también están presentes en otros virus que se transmiten con facilidad entre los humanos, al igual que ciertas cepas severas del virus de la gripe.
En estos virus, el sitio de activación se halla en una proteína denominada hemaglutinina, y no en la proteína S.
Aun así, varios investigadores piensan que se está prestando una importancia desmesurada al sitio de activación como factor en la rápida diseminación del coronavirus.
«No sabemos si es en realidad el problema principal», afirmó Jason McLellan, que es Profesor Asociado de Biociencias Moleculares en la Universidad de Texas en Austin (Estados Unidos). Jason también ha sido coautor de otro estudio estructural del coronavirus publicado en la revista científica Science el 20 de febrero.
Diversos investigadores piden cautela al comparar los sitios de los virus de la gripe que se accionan por la furina respecto a los del virus SARS-CoV-2.
La proteína hemaglutinina de la superficie de los virus de la gripe no se parece ni tiene relación con la proteína S de los coronavirus, según reveló Peter White, que es Profesor de la Escuela de Biotecnología y Ciencias Biomoleculares de la Universidad de Nueva Gales del Sur en Sídney (Australia).
Esto se puede comprobar por ejemplo en el virus de la gripe que provocó la pandemia con más mortalidad de las registradas, la de la gripe española de 1918.
El virus que la causó, ni siquiera tiene un sitio de activación de la furina, según especificó Lijun Rong, virólogo y Profesor del Departamento de Microbiología e Inmunología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Illinois en Chicago (Estados Unidos).
Según Gary Whittaker, se necesitan análisis en modelos celulares o animales para ratificar el cometido del sitio de activación. «Los coronavirus tienen un comportamiento impredecible, y las buenas teorías frecuentemente tienden a estar equivocadas», opinó.
Su equipo de investigación se halla actualmente cotejando cómo la erradicación o alteración del sitio de activación perjudica a la función de la proteína S.
El personal de Li Hua también está averiguando sobre las moléculas que puedan inhabilitar la acción de la furina, ya que podrían servir como un posible remedio contra el coronavirus.
Pero las investigaciones de momento van lentas a causa del brote. Li Hua vive actualmente en el campus y es el único miembro que puede acceder al laboratorio de su equipo.
El personal de Jason McLellan, por su parte, descubrió otro elemento que aclararía por qué el SARS-CoV-2 es tan eficaz contagiando a las células del ser humano.
Y es que las pruebas que realizó, revelaron que la proteína S se combina con la enzima convertidora de angiotensina 2 (ECA2), que es una dicarbopeptidasa receptora de las células humanas.
Y lo malo es que dicha fusión se efectúa con una fuerza diez veces mayor en comparación a la combinación de la proteína S al virus SARS-CoV.
El equipo de David Veesler también comprobó que la proteína S se combina con la enzima convertidora de angiotensina 2 (ECA2) con asombrosa facilidad, demostrando que dicho elemento podría convertirse en una posible vacuna o remedio contra el coronavirus.
Por ejemplo, se podría desarrollar un medicamento que bloquee el receptor o ECA2, ya que esto dificultaría la entrada del SARS-CoV-2 a nuestras células.
¿Cuáles son los síntomas particulares de Covid-19?
En los casos confirmados hasta el momento, la mayoría de las personas tienen fiebre con tos seca; un número menor de personas puede experimentar dificultad para respirar, dolor de garganta o dolor de cabeza.
Por lo tanto, los tres síntomas principales serían fiebre, tos y sensación de falta de aire.
Algunos enfermos pueden presentar dolores, congestión nasal, rinorrea, dolor de garganta o diarrea, pero son efectos secundarios que pueden aparecer gradualmente, aunque no siempre pueden hacerlo.
¿Cómo podemos evitar contagiarnos del coronavirus?
El mejor método es lavarnos las manos con mucha frecuencia, y más si venimos de la calle o hemos realizado alguna acción que pueda habernos comprometido ante el virus.
Según explicó Pall Thordarson, químico y profesor en la Universidad de Nueva Gales del Sur (Australia), los virus están formados por material genético (ARN), unas proteínas externas que utilizan para aferrarse a las células humanas (entre otras tareas).
También poseen un cubierta o membrana de grasa, que emplean para protegerse y de paso propagarse para invadir nuevas células.
Según divulgó Pall: «El jabón deshace esta membrana lipídica y el virus se derriba como un castillo de naipes, terminando por morir. Bueno, no se puede decir que el virus muera, ya que no está vivo, sino que más bien se inactiva.»
También comentó que los desinfectantes, geles, cremas y sustancias parecidas que tengan alcohol, poseen efectos parecidos, pero realmente no funcionan tan bien como el jabón normal.
Concretamente, el jabón es como si disolviera el pegamento que permite que el virus se mantenga unido.
La mejor forma de prevenir la infección es evitar la exposición al virus que causa el coronavirus Covid-19 y mantener una correcta higiene.
Existen medidas preventivas y cotidianas muy simples que nos ayudan a prevenir la propagación de virus respiratorios. Estas incluyen los siguientes consejos:
- Evitar el contacto cercano con personas enfermas. Frente al coronavirus Covid-19, hay que dejar una distancia mínima de un metro entre personas.
- Evitar tocarse los ojos, nariz y boca con las manos sin lavar.
- Lavarse frecuentemente las manos con agua y jabón por al menos 40 segundos. Usar un desinfectante de manos que contenga al menos un 60% de alcohol si no hay agua y jabón disponibles.
- Si estamos enfermos, para prevenir la propagación de la enfermedad respiratoria a los demás, debemos quedarnos en casa y buscar ayuda por teléfono o Internet.
- Cubrirnos la nariz y la boca con un pañuelo desechable al toser o estornudar y luego tirarlo a la basura.
- Limpiar y desinfectar los objetos y las superficies que toquemos frecuentemente.
- Las mascarillas no sirven para pacientes sanos. Solo deben de ser usadas por pacientes contagiados.
Si estamos en un grupo de alto riesgo (más de 60 años, tenemos una enfermedad pulmonar preexistente, una enfermedad cardíaca, diabetes o el sistema inmunológico debilitado) debemos buscar tratamiento si enfermamos, ya que podemos pasar rápidamente de la tos a la neumonía total.
Debemos llamar primero a nuestro médico o clínica para que nos orienten adecuadamente. Si no estamos en un grupo de alto riesgo, es mejor que nos aislemos en casa con muchos líquidos y medicamentos contra la fiebre.
Lo más probable es que nos recuperemos, y de esta manera no exponemos a más personas. De todas maneras, hay que llamar siempre al médico para que sepa lo que está sucediendo y nos dirija a las personas del departamento de salud que puedan realizar las pruebas pertinentes.
No debemos ir a las salas de emergencias a menos que estemos experimentando realmente síntomas que pongan en peligro nuestra vida.
Fuentes:
https://www.biorxiv.org/content/10.1101/2020.02.19.956581v1
https://www.nature.com/articles/d41586-020-00660-x
https://twitter.com/PalliThordarson/status/1236549305189597189
https://es.wikipedia.org/wiki/Pandemia_de_coronavirus_de_2020_en_Espa%C3%B1a