Con los fuertes vaivenes que la economía mundial ha registrado en los últimos tiempos, los inversores siempre buscan resguardar sus capitales en distintas áreas y sectores, y uno que está tomando bastante fuerza, por su estabilidad y fácil gestión, es el comercio de relojes de lujo, que cada vez se cotizan más y nunca pierden su valor.
Invertir en sectores que sean rentables y que permitan resguardar el capital de manera segura, se ha convertido en la prioridad de todos los inversores en estos tiempos tan cambiantes, en los que la economía ha tenido tantos altibajos. Muchas áreas han sufrido terribles golpes que han afectado a distintos sectores de la sociedad y que han puesto en peligro la estabilidad financiera de muchas personas.
Ante tal situación, se buscan alternativas de inversión más allá de las tradicionales y una de las que más fuerza ha tomado es la industria de los relojes de lujo, de las más reconocidas marcas, que se cotizan muy bien y nunca pierden su valor.
Este tipo de artículos, que hasta hace poco solo constituían simples piezas de lujo para satisfacer gustos personales, hoy en día son valiosos elementos de inversión que se transfieren fácilmente y siempre están al alza. Son excelentes para resguardar el dinero de forma rápida y segura.
Los más cotizados
Hay relojes de lujo que pueden valer unos pocos miles de euros, otros unas cuantas decenas de miles de euros, y hay algunos cronógrafos que pueden llegar a valer varios cientos de miles de euros, incluso millones.
Por ejemplo, el Patek Philippe Grandmaster Chime que apareció en el Only Watch 2019, el evento de relojes de alta gama más filantrópico del mundo, celebrado en Ginebra, fue subastado por la extravagante suma de 28 millones de euros. Tal cantidad por un reloj de pulsera, que obviamente no está al alcance de muchos, marca una importante referencia para ese mercado.
La variedad de relojes de lujo es bastante extensa y hay diversidad de precios según el modelo y las condiciones del equipo. Quienes poseen este tipo de cronógrafos, los lucen solo en eventos especiales, pero la mayoría del tiempo están muy bien resguardados, como las joyas que son.
La marca más reconocida y más buscada, por ser una excelente inversión, son los relojes Rolex, que siempre encabezan las listas de preferencia entre inversores y coleccionistas.
También, los Patek Philippe, Longines, Hublot, Tudor, Cartier, Breguet, TW Steel y otros tantos más, son altamente solicitados por los inversores de relojes. Son aparatos que más que un reloj son joyas que incluso pueden llegar a valer mucho más que su peso en oro.
Dónde comprarlos
El mercado de estos exclusivos relojes se ha ampliado enormemente, pasando a ser de un pequeño sector de personas que los usaban como joyas para ocasiones especiales y coleccionistas especializados, a ser un instrumento más de inversión para un grueso de la población que se mueve en los mercados financieros.
Un coleccionista amará su reloj de lujo y lo preservará si es posible hasta el final de sus días; mientras que un inversor lo adquirirá para preservar su dinero de forma segura y a la menor oportunidad lo venderá si ve alguna ganancia rápida y segura.
Aunque los fines por los que se compran son distintos, los métodos de adquisición y comercialización son los mismos, y los que más prevalecen son los que se venden en las tradicionales tiendas exclusivas de relojes de marca, como Peyrelongue Chronos, que se ha ganado el respeto y reconocimiento en esa área durante los más de 50 años que tiene de exitosa trayectoria en Ciudad de México.
Esta tienda tiene los modelos más buscados y afamados de las mejores marcas de relojes de alta gama, para que los amantes de las joyas y los inversores tengan para escoger con el fin de hacer una buena adquisición.
Invertir en relojes de lujo en estos tiempos se ha convertido en un importante respaldo financiero que muchos están utilizando, ya que no solo brinda un buen soporte económico para poder afrontar eventuales malas situaciones, sino que además, con ellos se obtiene una hermosa joya que nadie puede dejar de apreciar cuando se entra en un lugar, es una sensación que también se disfruta.