Desde la pandemia, las necesidades de solicitar un préstamo o un crédito han aumentado. Han sido muchas las personas que han tenido que cerrar sus negocios o que llegan tan justas a final de mes que no pueden afrontar ningún tipo de gasto adicional. ¿Qué ocurre si la lavadora se estropea o si un familiar necesita ayuda económica? En estos casos, conviene conocer la diferencia entre préstamo y crédito.
El plazo de un préstamo es mayor
Un préstamo, como los que ofrece Casheddy, cuenta con la ventaja de que el plazo de devolución es mucho mayor. De esta manera, la persona que lo ha solicitado tiene una más flexibilidad para abonar el dinero. Si tuviera que hacerlo en dos meses, tal vez, su situación se vería comprometida, ya que puede que todavía no pudiese disponer del dinero para pagarlo. Pero, los préstamos tienen un plazo largo.
¿Qué ocurre con un crédito? La situación cambia. Este tipo de contrato se puede renovar a petición del cliente que lo ha solicitado. Pero, además, no hay un pago mensual que deba hacerse para devolverlo. Sí que hay un periodo de reembolso en el que se puede hacer un pago completo de todo el crédito. Puede ser mucho dinero, es cierto, pero a algunas personas esto les compensa.
Los intereses de un crédito son más altos
Al solicitar un préstamo o un crédito conviene prestar atención a los intereses, ya que aumentarán el valor de todo el dinero prestado que hay que devolver. En el caso de pedir un crédito, los intereses son más altos porque no se aplican sobre una cantidad fija, como sí sucede con los préstamos. Como el crédito se puede renovar se pagarán intereses por la cantidad utilizada, pero serán algo más elevados.
Un préstamo tiene una fecha de fin
Cuando se solicita un préstamo, se recibe todo el dinero del que se va a disponer y que se irá devolviendo hasta la fecha de fin que se haya acordado. En cuanto esta llegue, y el dinero con sus intereses se haya abonado, si se desea tener más dinero, hay que pedir un nuevo préstamo. Debe tenerse en cuenta que será uno nuevo, es decir, no hay posibilidad de que se renueve el que acaba de terminar.
En el caso de los créditos la situación es distinta. Es cierto que hay un límite que se acordará con el cliente, pero este puede prorrogarse o renovarse. Eso sí, se podrá disponer de más dinero (a menos que se haya llegado a ese límite) siempre y cuando se vaya devolviendo junto con los intereses. Un crédito es una opción para largo plazo, mientras que un préstamo es, más bien, una alternativa puntual.
¿Es preferible un préstamo o un crédito? Esta pregunta no tiene una sola respuesta, ya que esta dependerá de las necesidades que tenga cada persona. Puede que un crédito le sea más beneficioso que un préstamo, a pesar de que los intereses sean más altos. No obstante, la flexibilidad es mayor. Conviene analizar bien cada situación particular para tomar la mejor decisión antes de solicitar dinero.