Consejos para que los pequeños aprendan y repasen gramática

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El aprendizaje gramatical es una actividad en la que intervienen diferentes elementos, como la memoria o el procesamiento mental. Una buena forma de aprender es a través de clases especiales como las que podemos encontrar aquí: https://www.superprof.es/clases/lengua-castellana-y-literatura/madrid/

En el caso de los niños, los más pequeños deben aprender sus primeras nociones en este campo cuando empiezan a escribir, lo que puede resultar una tarea bastante difícil en ciertos casos.

A nuestro favor tenemos la plasticidad del cerebro en sus primeros años de vida, aunque por contra, la dificultad en general que tienen ciertos niños para retener conocimientos gramaticales.

La gramática se encarga de la estructura de las palabras y sus accidentes, al igual que la forma en que se combinan para construir oraciones, por lo que es una materia de gran importancia en la educación infantil y un factor que no se debe descuidar.

La mayoría de entendidos en lingüística cree que el ser humano tiene una predisposición natural para aprender a hablar, de igual manera que un pájaro aprende a volar como una forma natural de supervivencia. Pero también se sabe que este aprendizaje debe realizarse en una etapa limitada de la vida.

Y es que si un niño no comienza su aprendizaje lingüístico a edades tempranas (como podría ser en casos de aislamiento respecto a otras personas), es muy probable que no pueda hacerlo más adelante o presente importantes deficiencias en su desarrollo.

De igual manera, la capacidad que tenemos para aprender otras lenguas va mermando según vamos creciendo. Por eso es importante aprovechar cuando el niño está en su fase más propicia para fomentar el aprendizaje en cualquier ámbito lingüístico.

Consejos para mejorar el aprendizaje gramatical

Al igual que cuando queremos aprender excel, existen varias recomendaciones que podemos seguir si queremos ayudar a nuestros hijos a mejorar sus conocimientos gramaticales. Veamos algunos de estos consejos o pautas que podemos emplear para fomentar el aprendizaje.

Estimular el gusto por la lectura

Las personas que escriben bien suelen ser lectores entusiastas, existiendo un buen motivo para ello. Y es que cuanto más se lee, más probabilidades existen de aprender palabras y exponerse al nuevo vocabulario en contexto.

En los niños es vital para aprender de qué manera se escriben estas nuevas palabras que añaden a su léxico, siendo de esta forma mucho más fácil su uso productivo y eficiente.

El gusto por la lectura consigue que los más pequeños aprendan distintas maneras de emplear palabras, aparte de un abanico de estructuras lingüísticas que más tarde podrán aplicar en sus escritos.

Redacciones libres

La redacción libre es una buena forma de aprender gramática, aunque el niño puede que necesite una ayuda extra al principio, ya que una página en blanco puede resultarles intimidante (ya lo es incluso para los autores más experimentados).

Por eso será más fácil para ellos seguir cuando ya tengan una base o un inicio prefijado, teniendo simplemente que desarrollar sobre la marcha su imaginación para componer un texto. En estos casos, es recomendable que les ayudemos a construir y plasmar las primeras palabras u oraciones.

Podemos hacerles una pregunta que les haga pensar, o bien componer una lista o mapa mental de conceptos relacionados con el asunto del que se deba escribir. Incluso podemos crear un esquema junto a ellos que les sirve de borrador.

Es muy importante animarles a suprimir el estigma de escribir frases perfectas, ya que la profesionalización se va adquiriendo con la experiencia, algo que en ellos es normal que no exista en sus comienzos.

Una vez tengan algo de texto redactado, ya se podrá revisar y modificar, siempre desde un punto de vista constructivo. Una buena idea es animarles a la escritura libre desde el principio, de forma que puedan escribir cualquier reflexión que se les ocurra.

Cuando los más pequeños aprenden a escribir bien, no están solamente desarrollando su talento estudiantil, sino que aprender a autoexpresarse. Y es que las actividades creativas ayudan a mejorar las asociaciones satisfactorias con la redacción, haciendo que los niños la aprecien como una manera de comunicar pensamientos.

No es de vital importancia que alguien lea lo que escriba el niño, ni siquiera de qué se traten los textos, ya que lo más importante será convertir esta actividad en una tarea regular. Cuanto más escriban los niños, más perfeccionarán sus habilidades.

Resumir textos

Aunque una forma de mejorar la gramática de los niños es haciéndoles transcribir textos o dictados, otra forma más proactiva es la de resumir textos largos en otros más cortos.

Aparte de fomentar la compresión lectora, en este caso la ventaja es que no habrá necesidad de crear un texto nuevo, sino que se puede emplear uno ya existente para condensarlo en otras palabras.

El secreto de esta actividad es que el niño enriquecerá su vocabulario y cultura gramatical al tener que buscar sinónimos y plantear el texto de otra manera.

Creación de borradores

La elaboración de lluvias de ideas o el esbozo de conceptos iniciales, consiguen que el niño pueda plasmar de forma segura y fluida sus pensamientos. Más tarde se completará el aprendizaje revisando los errores tipográficos y de carácter gramatical.

Los más pequeños deben comprender que las buenas oraciones se logran mediante un proceso continuado en el que el individuo escribe, coteja y revisa los textos.

Es por eso que la redacción de textos es mejor realizarlas en un dispositivo digital, ya que es una forma ideal de poder corregirlos según se va pensando cómo mejorar la redacción.

Permitir la corrección automática

Como acabamos de decir en el punto anterior, no debemos pensar que el niño se vuelve perezoso por utilizar medios digitales para escribir, ya que puede emplearlos para conocer sobre la marcha cualquier error ortográfico y gramatical.

Esto se explica con las sugerencias que nos muestran los editores de texto, que nos avisan de problemas como una estructura incorrecta o palabras mal escritas, motivando al niño a un esfuerzo cognitivo añadido, ya que tendrá que esforzarse en averiguar cómo realizar la corrección.

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