Llevar a cabo un proyecto con éxito o desarrollar un planteamiento de negocio efectivo resulta algo complejo para aquellos pequeños emprendedores que, a pesar de tener grandes ambiciones o propuestas interesantes, no poseen recursos económicos para materializarlo.
¿Qué hacer en estos casos? ¿Qué tipo de alternativas de financiación existen para este perfil de empresarios? A continuación, te hablamos de ello. ¡Toma nota!
Solicitud de préstamos
La solicitud de préstamos sigue constituyendo una de las alternativas más generalizadas dentro del contexto del emprendimiento. Si bien es cierto que las soluciones convencionales pueden ser relativamente exigentes y no todos los usuarios pueden cumplir los requisitos para su aprobación, la presencia de un aval o incluso la alternativa de optar por un microcrédito (con cuantías de hasta 25.000 euros, generalmente están sujetos a unas condiciones más laxas) pueden abrir las puertas a la financiación. En la red existen plataformas especializadas como https://boletinfinanciero.es/prestamos-a-plazos/ que permiten acceder a análisis comparados de forma instantánea.
Factoring
Se ha convertido en un método de financiación indirecta bastante popular durante los últimos. El factorial consiste en delegar el cobro de las facturas pendientes a una entidad especializada. A cambio el propietario percibe el dinero asociado a estas de forma inmediata aunque aún el cliente no haya realizado el pago. Éste realizará el pago en última instancia a la empresa designada. El principal beneficio que proporciona este sistema es el acceso a liquidez de forma instantánea. Además, también implica cierta externalización por lo que se traduce en una liberación de carga de trabajo a nivel interno.
Crowdfunding
El micromecenazgo ha adquirido especial popularidad a raíz del proceso de digitlización global que ha venido acompañado de la irrupción de internet. Es una modalidad de financiación colectiva que ayuda a establecer vínculos entre emprendedores que desean desarrollar un proyecto o idea e inversores particulares. A partir de pequeñas aportaciones de un colectivo de colaboradores la empresa obtiene financiación y, en contrapartida, les responde con una serie de recompensas que pueden ser simbólicas, económicas o en forma de acciones.
El crowdfunding resulta de utilidad para obtener fondos, no obstante, al mismo tiempo también es un método especialmente efectivo desde el punto de vista promocional porque, indirectamente, implica una exposición masiva a un gran público dentro de plataformas especializadas.
Business Angels
Es quizá la opción menos común. Se trata de inversores privados, en su mayoría empresarios, que no sólo contribuyen al desarrollo de una idea o proyecto a partir de la aportación de capital. También ceden conocimientos especializados en el sector de actividad del emprendedor y proporcionan herramientas para garantizar el éxito del proyecto. El grado de contribución puede sobrepasar fácilmente los 250.000 euros pero, en cambio, el emprendedor deberá proporcionar un retorno de la inversión en, generalmente, periodos cortos. Por ejemplo, de cinco años.
En la misma línea podemos encontrar el venture capital o capital de riesgo. El funcionamiento es muy similar aunque en este caso la tramitación se lleva a cabo a partir de Sociedades de Capital de Riesgo (SCR). El principal foco de inversión de este tipo de sociedades se circunscribe por lo general a las startups y los modelos de negocio más innovadores que suelen llevar asociado un alto riesgo pero también, probabilidades de obtener altos rendimientos económicos.