Es muy difícil para ciertas personas manejarse con estas tres palabras, ya que si bien suenan casi igual, se escriben de manera diferente y significan cosas distintas. He acompañado las acepciones con ejemplos, ya que es una de las formas más prácticas de sintetizar las diferencias.
AHÍ: Es un adverbio de lugar. Este es fácilmente reconocible porque el acento recae específicamente en la letra i. Se usa para expresar la posición o dirección en cierto lugar cercano para los dos interlocutores.
– Déjalo ahí en la mesa.
– Vamos ahí a comprar.
– Te esperamos ahí en la esquina.
AY: Es una interjección que se usa específicamente para expresar una emoción o estado de ánimo, normalmente de dolor o admiración.
– ¡Ay que dolor más fuerte!
– ¡Ay que niño más listo!
Si se utiliza como sustantivo, significa gemido, queja, o lamento.
– Soltó un ay en la sala.
– Se oían ayes en la misteriosa habitación.
Si a este “ay”, le sigue la partícula “de” y un pronombre o nombre, se usa para expresar tristeza, pesadumbre, aflicción, pesar, dolor, amargura o amenaza.
– ¡Ay de ti si vuelves a intentarlo! (amenaza)
– ¡Ay de mi como sigan estos percances! (pena)
HAY: Es el verbo haber en su conjugación impersonal, pudiendo significar lo siguiente:
– Suceder, pasar, acaecer, acontecer, sobrevenir, ocurrir: “Hay mucho tráfico por la carretera”, “Hay ciertos temores que me asaltan”.
– Estar en algún lugar: “Hay mucha gente en la cola”, “Hay mucha harina en la despensa”.
– Seguido de la conjunción “que” y de un verbo, sirve para expresar la necesidad de cumplir dicho verbo: “Hay que hacer los deberes”, “Hay que donar el dinero a la colecta”.
– Ser o estar de manera literal o desviada por una asociación de ideas: “Hay cosas que el amor no puede curar”, “Hay niños que no saben pedir perdón”, “Hay gente que se comporta de manera amable”.
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