Alan Doherty es un chico irlandés que nació sin mandíbula y eso le impedía poder probar la comida. También debía respirar por un tubo acoplado a su garganta desde su nacimiento, pero que gracias a la generosidad de una organización especial y una serie de operaciones, su vida ha mejorado bastante.
Alan dijo que tenía 4 años cuando se empezó a dar cuenta que era diferente, ya que no podía hablar, respirar o comer como los otros niños. Alan sufría una anomalía maxilofacial excepcional, denominada síndrome otofacial.
“Nos dijeron que no viviría más de 24 horas, que moriría al primer o segundo día, y aun se encuentra entre nosotros.” dijo su madre Bernie Doherty.
Alan tiene ahora 20 años, sigue con sus estudios y es un atleta consumado (ganó 5 medallas de oro, 5 medallas de plata y una de bronce). En un viaje a Estados Unidos para competir en los “Empires State Games”, un hombre que dirigía una organización benéfica, preguntó a cada componente del equipo qué querían antes de volver a Irlanda.
“Todos dijeron pelotas de futbol, helados o ir a un partido”, mientras que Alan, a través de su máquina por la que hablaba, dijo que quería “una barbilla perfecta”.
Desde entonces, Bill Broderick lo arregló todo para llevar a Alan al centro médico de Nueva york, Mt. Sinai, para la primera de varias operaciones de reconstrucción de barbilla.
“Nunca me había encontrado con un caso de esta magnitud”, dijo el Doctor Elliot del Centro Mt. Sinai. “Tengo que decir que esto es uno de los mayores retos quirúrgicos al que un cirujano se puede enfrentar”.
“La primera cirugía que se hizo, tenía el propósito de preparar el implante de la prótesis de hueso que se convertiría en la nueva mandíbula”, dijo el Doctor Alex Greenberg, uno de los cirujanos que participaron en la operación. Los doctores recrearon lo que sería la mandíbula inferior a partir del muslo de Alan.
“No esperábamos que fuera capaz de comer, pero en términos de apariencia y de tener la habilidad de realizar expresiones faciales, teníamos esperanza de que sería uno de los resultados conseguidos”, dijo el Doctor Alex Greenberg.
Alan comentó: “Siempre tuve la convicción de que terminaría con una barbilla perfecta”. La organización “Physically Challenged Irish and American Youth Team” reunió los 250.000 euros necesarios para las operaciones necesarias en las que los doctores le instalaron su nueva mandíbula.
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Y este es Alan tras la operación.
Tras 70 horas de operación, los doctores le dijeron a Alan que ya no podían seguirle operando, pues había posibilidades de que se perdiera toda la reconstrucción. Alan no quedó muy contento con la parte derecha de la mandíbula y el labio inferior, que se ha quedado descolgado.
Que gran lección de vida la de este chico. Casos como este te obligan a valorar lo que uno tiene.
No entendi bien la última parte ¿él no quedó satisfecho con los resultados?, ¿lo volveran a operar?
No sé si estará mejor tras la operación, pero estéticamente lo encuentro peor.
Angelito cuanto habrá sufrido con las operaciones y recuperaciones. Se ve que han hecho un gran trabajo pero me da pena que al final no ha quedado contento. Seguramente él esperaría haber quedado mejor.
No Maesin, no le podían tocar más (al menos de momento). Entonces el chico hizo esa crítica sobre lo mal que le quedó el labio y la parte derecha, quizás porque esperaba una reconstrucción total.
Eso sí, también agradeció que el equipo médico hizo todo lo posible por él. Imagino que tendrá que esperar a que la tecnología avance o algo así.
Es que la verdad como dice Sil, esteticamente no mejoró mucho. No imagino la frustración tan grande que pudo haber tenido al someterse a todo ese proceso, que seguro que no fue nada placentero, para obtener esos resultados.