Einstein fue bastante crítico con la mecánica cuántica. La mayoría de la gente se dio cuenta de que Albert Einstein pasó sus últimos años como un enemigo implacable de la mecánica cuántica, pese a que él mismo se convirtió en uno de los grandes precursores en este campo. Se supone que resumió sus objeciones a los aspectos probabilistas de la mecánica cuántica diciendo: «Dios no juega a los dados con el Universo.»
La historia narra que Niels Bohr, un amigo de toda la vida y colega de Einstein, llegó a sentirse tan irritado por las repeticiones de esta cita que en una ocasión le contestó: «¡Albert! ¡Deja de decirle a Dios lo que tiene que hacer!»