Aris de Gran Hermano y acusaciones de maltrato a animales

Ayer Aris estalló, llamando a Pepe «maltratador de animales», y todo porque Pepe apartó bruscamente al perro que le vino a lamer mientras éste dormitaba. A Mary Joy también le dijo lo suyo, ya que la llamó «falsa». Todo empezó porque Pepe y Mary Joy estaban riéndose en el salón mientras cantaban y Aris debió creerse que se reían de él. Seguramente las miradas de los que se reían, se cruzaron con las de Aristidín, y este último, debido a su yoismo (yo, mi, me), se creyó que no podían reírse de otra cosa que no fuera él y su persona.

Así lo recoge el minutado.

«23.18h: Y la bomba explota. Aris comienza a decir de repente y desde el billar a Pepe que es un maltratador de animales y MJ una falsa. Los ánimos se caldean cuando Mary Joy salta y le dice que qué han hecho ellos para que les suelte eso y Aris sigue alzando la voz que ES UN MALTRATADOR DE PERRROS Y MARY JOY UNA FALSA. Michael y Juan intentan interceder, luego el resto. Pepe no se deja intimidar y permanece tranquilo. Preguntan qué ha pasado y Aris explica que ha saltado porque están venga a mirarle y que no paran de reírse y que él no se va a callar. MJ argumenta que no hablaban de él, pero Aris sigue erre que erre y no deja el tema.
– Que eres un vago, que te pasas el día durmiendo y no haces nada- espeta Aris.
– A ver si tienes suerte y te compras un zoo- responde Pepe sin perser la calma.
– Por los demás respetarnos y dejar el tema- intercede Juan.
– Que no me quedé tranquilo el otro día y no te dije todo lo que quería. Que a mí me conocen por decir las cosas a la cara. Que estás aquí y no haces nada- ataca nuevamente Aris.
– Yo estoy aquí por cómo soy, no por billete- contesta Pepe.
Alguien pide que uno de los dos se vaya de ese espacio. Pepe se marcha tranquilamente y Aris sigue diciendo, todavía alterado:
– No quiero que nadie más me hable, ni yo hablar con nadie más. Mañana me decís lo que queráis.»

Precisamente he leído una entrevista que le hicieron a Aris en El Confesionario de Kiko donde expone ciertos matices que me gustaría comentar, por los cuales no creo que sea el más indicado para llamar a nadie maltratador de animales. Dicho por Aris en la entrevista que concedió a Kiko, a la pregunta de dónde proceden sus ingresos.

“Del negocio de la acupuntura, llevo dado de alta 6 años. Además, cobro por cada monta de mi perro 3.000 euros.”

¿Y tiene la santa cara de llamar maltratador de animales a Pepe? A mi me parece más grave la gente que trafica con la inseminación de perros y los vende por todo ese rollo de cruce de razas. ¿No sería mejor que en vez de esa estúpida moda de comprar perros a la carta, se adoptasen los que están en las perreras? Menudo hipócrita, aunque ya ha demostrado ser un incongruente, echando en cara a Noemí y Hugo que cuchichean, cuando él también ha cuchicheado infinidad de veces.

Otra perla es que también trafica con pájaros. Y digo trafica, porque cuando unos pájaros se venden tan caros, es porque no deben estar en su medio natural y es costoso traerlos ¿no?

«Tengo entendido que también te has dedicado a vender pájaros de precios bastante elevados.
Sí, dos amigos míos los crían y alguna vez me he ocupado de vendérselos.»

Tengo entendido que vendió unos coches para poder comprarse un guacamayo por 14.000 euros. A ver, a mi me parece que importar animales de lugares lejanos y sacarlos de su hábitat para tenerlos encerrados en una jaula, es realmente maltratar a esos animales ¿no?.

Encima, él es criador de perros, se dedica sólo a cruzarlos y cobrar por ello, y para nada sabe educar a los perros, como bien se ha encargado de hacernos creer. Muchas veces he visto cómo algunos compañeros le recriminaban que no se dejase morder por Torso, la perrita/o, porque en las instrucciones que les dieron junto al perro, desaconsejaban animar a la perrita/o a moder, igual que dormir encima de las camas.

A mi más bien me parece que Aris quiere a los animales en plan egoísta, pero no los ama realmente, ya que no busca la felicidad de estos, sino su propia felicidad. Es lo que pienso de esas personas que se clasifican como amantes de los animales, y luego tienen pájaros encerrados en jaulas. No buscan la libertad del animal y su felicidad, sino el deleite propio de contemplar su belleza encerrada en un espacio reducido.

Hablando sobre el propio Aris, se nos ha vendido como una persona humilde, como tú y yo, pero en la entrevista llega a decir que ha vendido 300 ó 400 coches de alta gama, de los que él se llevaba una comisión:

«Sí, hace dos años me compré un Porsche 993 Turbo, fue un cambio por un coche que me había costado 15.000 euros, y luego este me lo valoraron en 23.000.
¿Recuerdas tu mejor mes económicamente?
Con la transacción de ese Porsche, que salí ganando 8.000 euros.»

Este tío creo que está acostumbrado a manejar pasta, por lo que invertir 69.100 euros en entrar en Gran Hermano le suponen a él una inversión a largo plazo, ya que ha contemplado la posibilidad de trabajar en la tele. Sacado del estupendo minutado:

«En el salón, en un aparte, Ari y Aristidín hablan de qué les puede deparar el futuro. El vasco reconoce que está abierto a trabajar en la tele en un futuro. “Imagínate trabajando en el ‘Sálvame’, debatiendo ahí, además eso está bien remunerado”. Aristidín pone el ejemplo de Nagore, que salió la primera en su edición pero ha ganado ‘Acorralados’. Parece que bien estudiado sí se tiene el tema…»

En la entrevista a Kiko ha dicho algo parecido.

«¿En qué programa te gustaría entrar?
En Sálvame, al 200%. Cuando fui a ver la final de Nagore, vi a Jorge Javier y me causó impresión, es una persona que está como muy por encima de todo el mundo, con mucho carisma y muy controladora. Y a mí este tipo de personas me despiertan intriga y las idealizo un poco. Como a ti, o como a Kiko Matamoros, que me parece un tío que habla con propiedad y con buen fondo.
En fin, que te gusta la fama ¿no? No hay nada malo en reconocerlo…
Sí, pero más bien me gustaría probar y poder trabajar en un programa para poder dejar de vender coches y dar una buena vida a mi familia y a mi novia. Y quien diga que no, miente.»

¿Miente? Pues así no te vendiste en tu vídeo de presentación, majo. Nos contó ese rollo de que era una persona normal, que como su padre y su hermano murieron de cáncer (y su hermana superó esa enfermedad también), quería contribuir en devolver a la sociedad el favor que le prestaron en su momento. Que por cierto, me han dicho que la Cruz Roja no se encarga de los temas del cáncer. Pero claro, como Gran Hermano destinó el dinero de la puja a la Cruz Roja, no se podía elegir ninguna asociación de ayuda contra el cáncer para apoyar el drama familiar.

Vamos, que de santo no tiene nada este chico, no sé a qué ha venido todo ese rollo de devolver un favor a la sociedad, cuando realmente se ha presentado tres veces en los casting para entrar en el programa. Simplemente esta vez pudo comprar su plaza para entrar, y para suavizar su apariencia de potentado ricachón que consigue su entrada a golpe de talón, lo ha disfrazado con un drama familiar de enfermos de cáncer y una humildad fingida.

Otro extracto del minutado:

«Ari recuerda una conversación que tuvo con Aristidín en la que él dijo, según ella, que “no había visto nada del programa porque, poco menos que tenía mejores cosas que hacer“. “Entonces, ¿por qué se ha metido aquí, ha pagado setenta mil euros y ha dicho que este programa era su sueño? Esto no me ha molado”. Está claro que la Obusa desconfía del nuevo.»

Pienso igual que la obusa XD. ¿Para qué ha entrado en Gran Hermano, si ver el programa le parece una pérdida de tiempo?

En la entrevista que ha dado a Kiko, también cuenta cosas bastante escabrosas, como que acompañó a un amigo suyo a la Sala Bagdag para pagar 300 euros e intentar meterse en la industria del porno. Vale que él no tenga nada que ver con la historia porque acompañó a un amigo, pero «dime con quien vas, y te diré cómo eres». También cuenta que Dinio (al que pagó 400 euros) intentó realizar un montaje con él y Leticia Sabater… En fin, que Aris es una persona como tú y yo, para nada tenía relación con el mundo de la televisión y los cotilleos, no ni poco…

En el resumen de ayer me dio vergüenza ajena la ronda que hizo Aris por toda la casa mendigando abrazos y el perdón de todos. Básicamente se dedicó a coger persona por persona para venderse como el bueno de la película, con frases como «no me ha dado tiempo de conoceros», «no os ha dado tiempo de conocerme» y limar asperezas para hacer ver que él es muy buena persona y Pepe es un demonio. Por ejemplo, como en esta frase extraída del minutado: «Pepe es una persona oscura, sin luz propia». Lo que nos faltaba, empleando frases de Iván Madrazo.

Fue penoso ver una recopilación de conversaciones con cada persona de la casa para terminar diciendo: «Venga, dame un abrazooo». Por eso me gusta que Pepe o Mary Joy hayan recriminado que no se puede pedir el perdón si antes una persona no rectifica lo que te ha llamado antes. Si alguien te dice que eres un maltratador de animales, ¿de qué sirve que te venga después diciendo que te dé un abrazo porque se siente mal por la discusión? Lo normal sería que primero dijera «me equivoqué al llamarte eso», y luego ya pidiera perdón. Pero pidiendo hacer las paces así, lo único que pareces buscar es quedar bien delante de las cámaras, como un chico que no guarda rencor y le sientan mal las peleas.

Perdona, que yo sepa el problema sigue ahí, así que hasta que no se pida perdón y se rectifique el problema de raíz, de nada sirve hacer como que no pasa nada, ya que en el futuro seguro que surgirán más problemas. Vamos, que si alguien te cae mal, de nada sirve hacer que no pasa nada, ya que dentro de unos días seguro que vuelve a discutir contigo. Y eso es lo que hace Aris, limar asperezas hipócritamente cuando realmente piensa que esa persona le sigue cayendo mal. Dicho de otra forma, salpicar la mierda, y cuando todo está de color marrón, venir de conciliador.

Aris me parece de esas personas pesadas que te machacan todo el día hablando cosas que a ti ni te van ni te vienen. Básicamente habla sin dejarte hablar, y expone sus temas como si él supiera de todo y tú fueses una mierda que no tiene razón. En mi pueblo eso se llama enterado. ¿Habéis observado cuando discute con alguien, que no deja terminar las frases a los demás?

Como ejemplo, un extracto de hace unos días del minutado:

«Acartonín lleva 20 minutos de intercambio psíquico, con su acartonamiento caracterísitco. Se refocila en el intercambio psíquico como un cerdo en un cochinero. Ahora, se le ve el plumero cosa mala. Por ejemplo, la frase que más repite es: “yo soy una persona que”. La segunda que más repite es “el tema de”
Habla con Juan. Todo empieza porque se nota más delgado.
-¿Has adelgazado en cuatro días? -dice Juan, que ha cometido el error de darle conversación.
Entonces, saliéndose de la conversación, Aris dice:
-Me quiero quedar, Pater.
Y se lanza al intercambio psíquico. Nótese el batiburrillo de cosas que tiene en la cabeza el pobre zagal y también cómo desdobla el discurso hasta terminar hablando de sí mismo en tercera persona.
Declaraciones al azar:
“He soñado con mi padre, hacía mucho tiempo que no soñaba con mi padre, y eso quiere decir algo”.
“Me ha costado más acercarme en la gente. Hay gente con la que no he hecho la prueba y a lo mejor tengo menos roce con ellos. Yo en la calle soy una persona que es más cariñosa, siempre estoy dando abrazos y besos, y toqueteando…”
“Yo entiendo que Ariadna me haya nominado por descarte, no me tomo a mal el tema nominaciones. Me parece normal. Yo soy una persona que también entendería que tú me hubieses nominado por descarte”.
Pater no suelta prenda sobre si le ha nominado o no.
“Hombre, pero yo creo que he entrado muy positivo y con muchas ganas y creo que he intentado llegar a todos, que no he sido una persona que haya cogido y se haya sentado en una esquina apartado de todo el mundo”.
“Ayer, por ejemplo, me gustó como hablaste aquí porque creo que remarcaste lo que era. Viste una injusticia y saltaste ahí, eso me gusta y te lo agradezco”. Se refiere al “tema perro”.
“Yo soy tauro, y como tauro soy cabezota”.
Aquí ya entra en bucle y vuelve a empezar desde el principio. “Yo no soy una persona que coja y me diga: me han nominao. Prefiero no darle vueltas al tema nominaciones. Soy una persona positiva así que digo: a intentar hacerlo mejor, a intentar superarse.
“Yo soy una persona muy cariñosa y necesito también cariño y me gusta que me cuiden y me gusta cuidar”.
Fray Tuck consigue escaquearse, pero Sindia, que andaba por allí, pringa. Fíjense que delicadeza para introducir ‘el tema’:
-¿Qué tal Pipi?
-Bueno… -dice Sindia, que quizá no está muy bien o quizá se teme el coñazo que le va a caer encima, no hay forma de saberlo.
-Pues eso, que les decía a mis compañeros que yo fuera soy muy cariñoso.
Vuelta a empezar.»

Y más conversaciones coñazo, lo que en el minutado llaman «intercambio psíquico».

«Y mientras transcribo tanto intercambio psíquico, Acartonín va al jardín y procede a lo mismo con David. A David también le gusta el intercambio psíquico más que a McGyver un desguace. Entra Acartonín por el “tema perro”. Y luego procede a repetir el mismo discurso. Punto por punto. Terminan con un abrazo.
Ascopena.»

No es normal que una persona venda las 24 horas que su vida es la que más pena da, diciendo que él ha sufrido mucho:

«En la vida las he pasao putas, pero al mal tiempo, buena cara. Ese es mi lema. Y eso me hace un luchador y el más fuerte. Mi hermano, a dos meses de morir, compuso una canción, que tú dices, como una persona puede tener tantas ganas de vivir y…»

Aquí una conversación que tuvo con Noemí, donde presupone que los demás no pueden cuchichear, porque eso está feo. Ahora, que si él cuchichea, entonces sí está bien porque habla sobre temas personales. Vamos, que él puede hacer cosas incorrectas porque las convierte en cosas buenas, está por encima del bien y el mal:

«Vuelve a tener a Noemí montada en el tren. Hugo está también por subirse. Pero Noemí se defiende:
-Cuando la gente no te conoce, te puede prejuzgar, ¿no? -dice Aristidín.
-Entonces, eso es lo que tú hiciste. Tú también juzgaste sin conocer a una persona -dice Noemí.
Se refiere a las nominaciones.
El anillo mágico le dice a Aristidín que eche balones fuera porque le están pillando con el culo al aire. Así que Aristidín se dedica a encajar unas frases en otras sin ton ni son, a mezclar temas, a afirmar una cosa y luego la contraria, y a no dejar hablar a Noemí, que, por otra parte, le estaría pegando un repaso de primer orden si dejase de cantinflear un instante y pensase.
-Escúchame. Nominásteis por descarte, que es lo más fácil. Yo no os prejuzgué.
-Pero tú también nominaste por descarte -dice Noemí.
Minipunto.
-Ya, pero los pensamientos no cambian ni en uno, ni en dos, ni en tres días.
Efectivamente, los pensamientos cambian en menos.
A partir de aquí, Aristidín ya no sabe lo que dice. Vuelve a insistir en las miraditas que le echan Noemí y Pepe.
-Tengo ojos y no soy tonto.
-Pero te crees que es por ti, pero no es por ti.
-Tengo ojos y no soy tonto. Entonces desconfío.
¿Y eso no es prejuzgar?
-Es una persona que está haciendo campaña contra mí -le dice el anillo-. El ha puesto un muro y yo lo respeto, porque el respeto es la base de todo.
Empiezo a pensar que memoriza las frases de los posavasos o de las galletas chinas de la suerte.
-Nadie está haciendo campaña.
-Otras personas de la casa me han dicho que sienten lo mismo. Así que no soy solo yo.
-¿Y si otras personas se tiran de un puente, tú te tiras de un puente? -dice Noemí, que se conoce que ha aprendido mucho de su madre.
Hugo se sube al tren definitivamente.
-A mí no me gusta que la gente hable a la oreja y punto. Me parece mal -dice Aristidín, que ha conseguido que no tengan ni idea de qué están hablando.
-A ti te he visto hacer lo mismo con Ari en el sofá -dice Hugo.
-Pero no es lo mismo. Son cosas de mi vida, de mi padre y de mi hermano, y nunca al oído, porque son cosas personales, de mi vida personal. Si yo le tengo que decir algo a una persona, algo grave, se lo digo a la cara y se lo remarco, porque yo soy una persona que dice las cosas a la cara.
-¡Pero si es lo mismo! ¡Es lo mismo que cuando yo le digo a Hugo cosas de mi vida personal en bajito! -dice Noemí, que sabe que Aristidín no tiene razón, pero que no le alcanza para darle un bañito.
-Hablar al oído no quiere decir que estemos hablando mal de alguien -dice Noemí.
-Yo te he nominado porque el otro día pasé por aquí y te vi a ti hablando al oído con Hugo, por eso te he nominado.
-No estábamos cuchicheando.
-Me vas a decir a mí por qué te he nominado -dice Arístides.
Cuando digo que a Noemí no le alcanza me refiero a cosas como esta. O sea, Noemí no se da cuenta, por poner un ejemplo, de que si la ha nominado por cuchichear con Hugo ¿por qué no ha nominado a Hugo?
Y así sucesivamente.
Así que Noemí intenta cerrar la conversación, pero Arístides es un fanático de la última palabra:
-No estoy de acuerdo con tu opinión y punto. Acéptalo y punto.
-No te tienes por qué ofender -apunta Mary Joy.
-Si hacemos una encuesta en la calle ¿qué te apuestas a que el 99% de la gente dice que cuchichear es de mala educación?
-Sí -dice Noemí.
-Pues no hay más que hablar, señores.
-Ya, pero es que esto no es la calle -dice Hugo-. En la calle puedes irte con una persona a tu casa o a un bar y hablarlo, pero aquí no puedes.
-Haya sitio o no haya sitio, es de mala educación -dice Arístides-. Vas a ver que en todo el programa, si yo por lo que sea, me quedo, ya verás como no hablo a la oreja. Y no lo voy a hacer nunca.»

Más momentos del minutado que describen muy bien cómo son las conversaciones de Aristidín. Esencialmente son para dar pena o para describirse como un ser supremo que todo lo hace bien y es perfecto.

«Aristidín sigue en el Tren de la bruja. Es impresionante. Ahora utiliza a su hermano muerto: “¿Sabes lo que yo pagaría por tener a mi hermano un día? Doy la casa, doy los 300.000 euros, y 8 millones de euros, lo que fuese por tenerle un día, por un abrazo de mi hermano… cualquier cosa. Pero yo voy a devolver el dinero que me han prestado a mis familiares, aunque me digan que no se lo devuelva, así que tengo un boquete, pero aquí estoy, viviendo mi sueño. Yo creo que he hecho un bien desde que he entrado, y como se suele decir, haz el bien y no mires con quién”.
Sigue un rato, pero me niego.»

Y más conversaciones yoistas que le hacen ser más repelente si cabe.

«Arístides ya tiene a David en el tren de la bruja.
¿Es que no se baja nunca?
-Yo soy una persona que soy un luchador. Y cuando veo que hay algo contra mí, más reacciono.
-Más te creces -dice David.
-Sí. Más lucho.
-Haces bien, es lo que hay que hacer cuando hay algún problema -dice David.
Vaya par de expertos. Aristidín le explica su bronca con los cuchicheos. Otra vez. Concluye su exposición con: “Yo soy un tío mucho más auténtico que todo eso”. Es que tiene frases que dan ganas de hacerse una camiseta.»

Aquí criticando, eso que él censura tanto y que hace como todo hijo de vecino. No entiendo esa gente que dice que no es falsa, que no critica, que no etcétera etcétera, porque al final todos criticamos, y todos somos un pelín falsos. Lo que no se puede vender es que eres la pera, cuando debido a nuestra naturaleza humana, sueles errar como todos.

«“Le das la mano y plás, te la retuercen. Así que cuidao. Puñalada”.
“Las tonterías de niños y de poca personalidad, no son buenas”.
“Yo soy una persona que le puedo abrir mis manos”.
Esta es la mejor: “Querer es crecer”.
Seguida de cerca por esta: “Yo soy una persona que tengo sentimientos”.
Y, en definitiva: ¿esto que está haciendo con David no es lo mismo que lleva criticando toda la mañana?»

Más egocentrísmo, vendiéndose como si fuese un superhéroe. Si tan bueno es… ¿por qué se ha llevado 11 nominaciones esta semana de sus compañeros?

«Bien, pues llevan 10 minutos protestando contra todo lo que se mueve. Uno empieza las frases con “yo soy una persona que” y el otro las empieza con “yo” y las termina con “tío”.
Básicamente, se pasan la mano por el lomo, creen que son los mejores, creen que los demás “no tienen esa capacidad de abrirse”, ni tienen la “capacidad de decir las cosas a la cara”, y encima se lo toman todo “de forma personal”, a diferencia de ellos, que lo hablan todo tranquilamente con sus capacidades, y nada tiene que ver esto con lo personal, aunque lo parezca.
Empiezo a pensar que quieren batir el record de porcentaje de expulsión.
No tiene otra explicación este comportamiento.
Bueno, tiene otra explicación. Y sí, también tiene que ver con la falta de capacidades.»

Y otra conversación repelente:

«Arístides termina de jugar al billar y se va a la cocina a hablar de sí mismo.
Veo que habla, pero he llegado a un punto que no me afecta lo que dice.
Cifras en cuatro minutos de conversación:
-Dice: “Yo soy una persona que”, 4 veces.
-Dice: “Yo”, 12 veces. Más las 4 de “yo soy una persona que”, 16 veces.
-Dice: “Porque a mí”, 6 veces.
-En dos de cada tres intervenciones, termina hablando de sí mismo en tercera persona. O sea, 4 veces.»

En serio… ¿todavía alguien cree que Aris cae mal por habernos vendido su drama familiar? ¿Por haber pagado tanto dinero por entrar? No, yo creo que simplemente ha caído mal por lo mismo que Azucena, por ser un borde con el que no se puede hablar y quiere tener la razón. Otros errores son superfluos para lo que realmente importa, y es que las personas narcisistas son inaguantables. No se puede llegar, y en tres días ser tan directo con la gente, haciéndoles daño. Aristides a la calle hoy, que tiene muchos platós que hacer para recuperar su inversión disfrazada de devolver un favor a la sociedad.

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