Según unos registros hallados en Egipto, donde se analizaban los niveles de agua del río Nilo y las auroras desde el año 622 al 1470 D.C., se puede llegar a estudiar los patrones de clima en la Tierra relacionados con el Sol.
Cuando ocurre alguna erupción solar, en la Tierra se pueden ver las auroras por la noche en forma de resplandores. ¿Y si estas actividades solares tuvieran importancia en el clima terrestre?
Las variaciones en la energía ultravioleta del sol producen ajustes en un patrón del clima llamado Modo Anular del Norte, el cual afecta al clima de la atmósfera en el hemisferio norte durante el invierno. A nivel del mar, este modo se convierte en la Oscilación del Atlántico Norte, un vaivén a gran escala en la masa atmosférica que afecta a la circulación del aire sobre el Océano Atlántico.
Durante los periodos de gran actividad solar, la influencia de la Oscilación del Atlántico Norte se extiende hasta el Océano Índico. Estos ajustes pueden afectar a la distribución de las temperaturas del aire, lo que subsecuentemente tiene influencia sobre la circulación del aire y las precipitaciones en las fuentes del río Nilo en el Africa ecuatorial oriental.
Cuando la actividad solar es alta, las condiciones son más secas, y cuando es baja, las condiciones son más húmedas.
Es una pasada la segunda foto……