Entre distintas leyendas urbanas, podemos leer esta del huevo cocinado con dos móviles. En la versión que yo expongo, el estudio lo realizan dos rusos (tal como aparece en Rense), pero realmente todo procede un artículo escrito por Charlie Ivermee, un hombre de unos 60 años que creó el sitio web Wymsey Chronicle (la página oficial de un pueblo ficticio ingles) en 1998.
En el artículo, Suzzanna Decantworthy y Sean McCleanaugh (son personas de ficción) se supone que escribieron el artículo realizando el experimento en ocho ridículos pasos.
Y claro, estas historias corren de boca a oreja, por los chats o de correo a correo; sí, de esos que si no lo mandas a otras 10 personas, aseguran se cernirá sobre ti una maldición camboyana. Y de esta manera la historia se extiende y la gente se lo cree, porque hay mucho incrédulo, oiga. ¿A quién no se le ha quedado la oreja caliente y roja después de darle al móvil más de media hora? «¡Claro!, ahora lo entiendo» dice la gente al leer estos correos…
Y es que, desde tiempos inmemoriales, las tecnologías han sido perseguidas como una caza de brujas y los móviles inspiran cierta desconfianza, porque son un instrumento del diablo para idiotizar la sociedad. ¿Por qué no iba a ser cierto que Lucifer cargase estos instrumentos parlanchines con unos efectos secundarios nocivos? No hay nada que demuestre lo contrario, sólo tenemos que ver «Tú sí que vales«.
Aquí otra versión del mismo experimento, para que veáis cómo se extiende un hoax, que hasta cambian las personas y se establecen tramas paralelas :D.
«Las empresas de móviles se han apresurado desde hace tiempo a demostrar que el uso de móviles o celulares, no está relacionado para nada con los proliferación de tumores en el cerebro o el cáncer, los cuales podrían aparecer al cabo de décadas de exposición a las ondas.
Para ser sinceros, no hay estudios reveladores de si estas ondas de los móviles son capaces de dañar al ser humano, pero recientemente han aparecido informes de cómo la fuerte radiación de los móviles puede ser usada para cocinar huevos.
Para el experimento, se colocó un huevo en una huevera de porcelana (ya que es buena conductora del calor), y lo pusieron entre dos móviles, enfrentados el uno con el otro como muestra la foto de abajo. Luego se estableció una llamada entre los dos móviles para que estuvieran funcionando intermitentemente.
Al principio nada sucedió, pero a los 15 minutos el huevo empezó a calentarse, y al cabo de los 40 minutos, la capa externa del huevo estaba muy caliente y la clara del huevo estaba hecha, aunque la yema no. Al cabo de 65 minutos, el huevo estaba completamente cocido.
Este experimento muestra la desconfianza que debemos tener a la radiación de los móviles, aunque nadie haya podido demostrar su nocividad.
Vladimir Lagovski y Andrei Moiseynko del periódico moscovita Komsomolskaya Pravda, realizaron el experimento, para demostrar lo que pueden hacer las ondas de radio que irradian los móviles.
Para crear la estructura de microondas, los periodistas dejaron los móviles en modo conectado, e incluso conectaron uno de los móviles a una grabadora para que uno de los móviles emitiera el sonido de gente hablando.»