El estado de nuestros dientes influye en la salud que tendremos y puede ser causante de otras enfermedades que en principio no relacionaríamos con la dentadura. Las caries, por ejemplo, provocan mal aliento.
Para conservar unos dientes sanos y fuertes, debemos adoptar unos hábitos alimenticios e higiénicos concretos, como lavarnos los dientes unas tres veces al día y usar hilo dental diariamente. También es aconsejable efectuar revisiones periódicas a un dentista.
La dieta es un punto primordial, ya que debemos tener una alimentación variada y equilibrada, en la que no pueden faltar los lácteos, el pescado y las hortalizas de color naranja.
El elemento principal de los dientes es el calcio, un mineral que fortalece los dientes y los hace más resistentes a los ataques bacterianos. Se puede encontrar en: lácteos (leche, queso, yogur…), semillas de sésamo, legumbres, frutos secos, brotes de alfalfa, col, espinacas, naranja y pescados que posean espina (sardinas enlatadas, pescadito frito…)
El flúor que se encuentra en los alimentos endurece el esmalte dental, ya que desarrolla una capa protectora sobre su superficie. Este elemento está especialmente indicado cuando los niños tienen menos de 15 años. Para abastecernos de flúor, podemos cocinar con sal enriquecida con flúor, comer de tres a cuatro veces por semana pescado o marisco y consumir diariamente patatas, berros, rábanos y frutos secos (avellanas o almendras concretamente).
Acerca de las vitaminas, se ha demostrado que tanto los niños como los adultos con falta de vitamina A, tienen mayor probabilidad de sufrir caries. Para descartar carencias en este campo, es aconsejable consumir con regularidad lácteos, zanahorias, tomates, calabaza, hígado y pescado azul.
Los chicles sin azúcar son una de las mejores formas para conservar la dentadura limpia en nuestra vida diaria. Al mascar el chicle se disuelven los restos de comida que se adhieren al esmalte y se incrementa el flujo de saliva en la cavidad bucal. La saliva es el mejor protector de nuestra dentadura, ya que reduce la acidez que la boca alcanza tras haber comido, dificultando el desarrollo de las bacterias.
El queso es un alimento recomendable para tomar como un postre habitual, ya que nos ayuda a remineralizar los dientes con una buena cantidad de calcio y fósforo, a la vez que reduce la acidez de la boca, impidiendo la aparición de bacterias. Algunas clases de queso incluso estimulan el flujo salival, como los quesos suizos, quesos curados, el queso cheddar y la mozarella.
Si bebemos té negro aportaremos una buena cantidad de flúor a nuestro cuerpo, ya que esta bebida contiene grandes dosis de este mineral y nos ayudará a impedir la formación de caries. Si lo tomamos en tisana con agua aumentaremos la cantidad de flúor ingerido, en comparación con el que nos aportaría si lo preparásemos con leche.
En los herbolarios se pueden encontrar pastas de dientes y enjuagues con base de sal marina, ratania y mirra, que nos sirven para prevenir la aparición de la caries, neutralizando los ácidos dañinos de la boca, impidiendo la formación de sarro y ayudando a estimular el flujo salivar (y con ello la autolimpieza de nuestra boca).
Hay alimentos que por el contrario, no nos ayudan a mantener la caries a raya. Los alimentos dulces (azúcar, miel, fruta, chocolate…) e hidratos de carbonos (pan, cereales, arroz, pasta…) favorecen su aparición. Aparte, más importante que el número de veces que se ingieren, es la cantidad de veces que los consumimos y no nos lavamos los dientes.
Los dulces y golosinas también son perjudiciales, y cuanto más gomosa sea la textura del dulce (gominolas, fruta seca, barras energéticas con miel…) mayor será la adhesión al diente. Para endulzar un postre o infusión, podemos optar por los edulcorantes artificiales, o bien emplear canela o vainilla para requerir menos azúcar.
Los zumos, refrescos azucarados o leche no son tampoco muy recomendables y debemos cepillarnos los dientes después de consumirlos. Los zumos ácidos, como el de naranja o limón son los que más deterioran los dientes, ya que aparte del alto contenido en azúcares, le debemos sumar su nivel de acidez. Una forma de minimizar su efecto negativo, es consumirlos con pajita.
Yo entiendo que ir al dentista resulta muy caro, la seguridad social debería tener mas cobertura en estos casos y no solo es de quitarnos muelas, sobre todos con los niños, que si desde un principio se pone un buen corrector y unos empastes, a la larga nos evitaríamos muchos problemas, yo a las 23 años me puse una ortodoncia y desde entonces soy la persona que mas cuida la higiene bucal, lo pasó tan mal.
Yo también lo he pasado muy mal con la boca, con poco más de 20 años ya tuve que ponerme algunas fundas. Desde luego no seria por comer azucares o chucherías, ya que comí bien pocas.
No había caído en lo del te negro por la cantidad de flúor, lo tendré en cuenta.
Quien tiene la boca sana no sabe lo que tiene.
Es excelente recomendación, ya que mis dientes están muy sanos y fuertes por que yo he llevado esos mitos, son excelentes