En el reino vegetal, tenemos a los Pinus Longaeva (o Pino de Bristlecone), con unos 5.000 años de edad. Esta milenaria especie habita las montañas de Nevada en EE.UU.
Con una resistencia extraordinaria, se ha adaptado a algunas de las condiciones de vida más duras del planeta: sequía extrema, fuertes vientos, grandes alturas con escasos niveles de oxígeno o suelos con altos niveles alcalinos.
Pese a su avanzada edad, y aunque tendamos a asociar la longevidad con el gran tamaño, los ejemplares de Pinus longaeva no son especialmente grandes. Y es que, precisamente ese reducido tamaño, desvela una de las claves de su supervivencia. En lugar de utilizar la energía para crecer, el Pinus longaeva la emplea para sobrevivir durante el áspero invierno.
Esto da lugar, además, a una corteza dura y resinosa que hace al árbol más resistente a la enfermedad y a las condiciones climáticas adversas. De esta forma, este milenario «anciano de las montañas» ha desarrollado las estrategias claves para la supervivencia, conservar su energía vital.
Mucho más voluminosa es, sin embargo, la Sequoia gigante, un árbol que habita las sierras californianas y ha llegado a superar los 3.000 años de existencia.
Algo más cercano a España, se encuentra el llamado Drago de Canarias. Su nombre científico, Dracaena draco, hace referencia a su singular aspecto, coronado por una erizada copa a modo de cresta, que parece imitar a los mitológicos dragones. Entre diversos ejemplares de la especie destaca el famoso drago de Icod de los Vinos (Tenerife), al que se le calculan más de 1.000 años.
En el reino animal, las esponjas ostentan los mayores récords de longevidad, alcanzando más de un millar de años en el caso de especies como la Ceratoporella Nicholsoni. Esta escleroesponja, que habita los corales del Norte de Jamaica, secreta carbonato cálcico y silicio, formando un esqueleto calcáreo que es considerado de gran valor en paleontología como registro de los cambios ambientales a lo largo del tiempo.
Por su parte, la almeja gigante, conocida bajo el nombre científico de Tridacna, puede presumir de ser el molusco más grande del mundo, y también el de mayor de edad. Puede alcanzar hasta los 150 años en los arrecifes de coral de los Océanos Pacífico e Índico, donde habita a gran profundidad. Según la especie concreta, puede medir desde 15 centímetros (Tridacna crocea), hasta 1′2 metros (Tridacna gigas), alcanzando hasta los 230 kg. de peso.
Estas impresionantes almejas construyen sus conchas a partir del calcio disponible en el agua, de manera muy similar a como los corales duros construyen sus esqueletos. En su parte inferior posee un orificio, el orificio bisal, a través del cual se agarra con fuerza al suelo logrando mantener la máxima exposición a la luz y resistir las fuertes corrientes que le azotan.
Un siglo y medio es también la edad que pueden alcanzar las Tortugas Gigantes de las Islas Galápagos (Geochelone elephantopus), descubiertas por Darwin en su expedición a bordo del Beagle, y que dieron nombre a las famosas islas.
Pero si buscásemos cuál es el organismo vivo más viejo que existe en la actualidad, no lo encontraríamos en ninguno de los reinos anteriores, sino en un ser unicelular: una bacteria de más de 250 millones de años. Esta peculiar bacteria fue hallada por una pareja de biólogos de Pennsylvania en el 2005. La bacteria, perteneciente al género Bacillus, se encontraba ‘atrapada’ en un cristal de sal, donde había permanecido como espora, en estado latente, durante todos esos años.
Cuando los investigadores la extrajeron y colocaron en un medio adecuado, la célula volvió a la vida y comenzó a reproducirse nuevamente. Los millones de años de edad no parecían pesar sobre ella. El estudio, publicado en la revista Nature, se convertía así en la prueba más clara de la supervivencia de una espora a tan largo plazo.
El nuevo microorganismo supera con su edad al que ostentaba con anterioridad el record de supervivencia: otra bacteria del genero Bacillus preservada en una abeja que se encontraba, a su vez, atrapada en ámbar datado de 25 a 30 millones de años atrás.
Madre mia, y como me puedo volver una bacteria para vivir tantos años, para mi eso de que el ser humano pueda vivir solo de 60 a 120 años me parece un poco ridiculo.¡yo quiero vivir tanto como la bacteria esa!
El árbol del Tejo también llega a ser milenario. Aquí en Asturias hay un ejemplar en Bermiego. Hace tiempo escribí algo sobre ellos.
Al final será cualquier microorganismo de estos con tantos millones de años el que nos bacile y acabe con toda la Humanidad , si no acabamos nosotros antes con ella claro…
Saludos!
QUAID, NO ENTIENDO PARA QUE VIVIR TANTOS AÑOS.. PARA SEGUIR VIENDO EGOISMO INJUSTICIAS Y MALDAD? NAAAH..
siiii, las bacterias viven mucho pero yo quisiera vivir más que cualquiera de esos, no quiero morir ni quiero pensar que algun día ya no podré existir en esta hermosa tierra..