Los primeros casos de Covid-19 fueron identificados a finales de 2019 en Wuhan, la capital de la provincia china de Hubei (China), cuando los hospitales empezaron a atender a pacientes con neumonía severa.
Del primer grupo de personas infectadas en Wuhan, un 66% se relacionó con su asistencia al Mercado de Mariscos de Wuhan. En dicho mercado se venden pescados, mariscos, especies de fauna salvaje, serpientes, aves, distintas clases de carne y animales muertos. Debido a las primeras sospechas, el mercado se cerró a cal y canto, y no se ha abierto aún.
Aun así, otros análisis revelaron que el primer paciente que tuvo síntomas a comienzos de diciembre de 2019, no estaba relacionado con el mercado o pacientes que hubieran estado allí. Por lo tanto, todo quedó en una hipótesis que al final no ha podido ser demostrada.
Siguiendo con el terreno conspiranoico, se ha llegado a decir que el virus fue desarrollado en el laboratorio del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Wuhan. Incluso algunos científicos de renombre firmaron un documento en el que denunciaban que el SARS-CoV-2 no tenía un origen natural.
Debemos estar preparados para escuchar miles de hipótesis, así que no debe extrañarnos ninguna de las que vayamos escuchando o leyendo en el futuro. De hecho, ya ha sido desmentido que el SARS-CoV-2 provenga de las serpientes.
Aun así, no anda desencaminada la búsqueda del origen del coronavirus SARS-CoV-2 en algún animal que lo haya podido traspasar a los humanos.
Buscando el origen del coronavirus SARS-CoV-2 en animales
Estudios realizados hace años, demostraron que la mayor parte de los coronavirus patógenos en humanos, como el SARS-CoV o el MERS-CoV, tienen una genética parecida a la presentada por los coronavirus que poseen los murciélagos.
Por lo tanto, el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 parece haberse originado en murciélagos, ya que se les considera hospedadores naturales del virus. Pero no está claro cómo el virus saltó de los murciélagos a los humanos, o dónde se produjeron las primeras infecciones.
Lo que sí se sabe es que, debido a que no es época de venta de murciélagos en el mercado porque están hibernando, no se puede decir que los murciélagos hayan sido causantes directos.
Y es que frecuentemente los patógenos se van transmitiendo entre animales formando una cadena. En este caso, el murciélago desarrollaría una reserva de virus que podría extenderse pasado un tiempo cuando las condiciones sean propicias.
Para ello, el coronavirus emplearía como huésped a otra especie animal intermediaria, que lo transmitiría finalmente a los humanos.
Esta propagación puede efectuarse a través de productos animales como la leche o la carne poco cocinada, o incluso mucosidades, orina o heces. Por ejemplo, el MERS llegó a los humanos a través de los camellos, y el SARS llegó a través de los gatos civeta que se venden en el mercado de animales vivos en Guangzhou, China.
Y antes de llegar a estas especies de civeta, el coronavirus SARS se originó primero en los murciélagos de herradura (Rhinolophus spp.) chinos, quedando las civetas como huéspedes intermedios.
Murciélago de herradura
Las pruebas de que el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 procede de los murciélagos, se debe a un estudio realizado con murciélagos de herradura recogidos en Yunnan. Y es que los virus de estos murciélagos, revelaron un 96% de coincidencia genética con el virus SARS CoV-2.
Otra investigación ha demostrado igualmente una fuerte coincidencia genética (de un 89%) entre el actual coronavirus SARS-CoV-2 y varios coronavirus SARS-CoV de murciélagos que se hallaron hace años en China.
Aunque estas coincidencias genéticas apunten a los murciélagos como la especie animal causante de los coronavirus SARS-CoV y SARS-CoV-2, en realidad no sirven para identificar al virus responsable de nuestra actual pandemia.
Porque aunque la semejanza genética es alta, el índice de mutación de los coronavirus es más complejo en realidad. A la incertidumbre inicial, se suma que exista otro animal actuando como huésped intermedio, lo que desdibuja las pistas.
Sólo tenemos conocimiento de que la mayoría de los coronavirus procedentes del murciélago, se encuentran en estos mamíferos en dosis bajas. También que se requiere contagiar a un animal intermediario para que pueda llegar a los humanos.
Como hemos dicho antes, el brote de SARS-CoV de los años 2002/2003, tuvo a las civetas como huéspedes intermedios. Y en el brote más actual, se ha señalado a los pangolines como animales intermediarios.
Civeta en un mercado de China.
Aun así, existen numerosas lagunas, debido a que el coronavirus detectado en los pangolines posee solo un 90% de semejanza con los virus hallados en seres humanos.
Pangolines en un mercado de China.
Los científicos no saben por qué algunos coronavirus han dado ese salto mientras otros no. Puede ser que los virus no hayan llegado a los animales con los que interactúan los humanos, o que los virus no tengan las proteínas de punta adecuadas, por lo que no puedan adherirse a nuestras células.
También es posible que estos saltos ocurran más a menudo de lo que nadie se dé cuenta, pero estén pasando desapercibidos porque no causan reacciones graves.
Fuentes:
https://www.nature.com/articles/s41586-020-2012-7
https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(20)30418-9/fulltext
https://www.nature.com/articles/s41579-018-0118-9
https://www.sciencenews.org/article/snakes-probably-not-source-spread-new-coronavirus-outbreak-china
https://www.nature.com/articles/s41586-020-2008-3
https://www.biorxiv.org/content/10.1101/2020.02.17.951335v1