Desde tiempos de los romanos, se celebra el paso de un año a otro con un ágape, una buena comilona, costumbre que se sigue realizando en la actualidad, pero existe otra costumbre para recibir el año nuevo algo más reciente.
En España, se acostumbra comer “doce uvas de la buena suerte” cuando tocan las campanadas que dan paso al nuevo año el 31 de diciembre. Por cada campanada, se toma una uva, y es tradición celebrar y disfrutar este momento siguiendo las campanadas que marca el reloj de la Puerta del Sol, en Madrid.
Este momento se empezó a televisar desde la Nochevieja de 1962 y es seguido casi en su totalidad por la mayoría de españoles.
Esta costumbre, más que tener motivos supersticiosos, proviene de un excedente de uva en la cosecha alicantina de 1909.
Debido a intereses económicos, a los cosecheros les urgió despachar toda la uva sobrante e inventaron esta costumbre que a día de hoy, sigue perdurando en España como augurio de buena suerte.
Últimamente, esta práctica también se ha extendido a algunos países de Sudamérica.
Si el excedente, en lugar de ser de uvas hubiera sido de melones, que hubiera pasado?
Aunque en mi blog una persona opina sobre los melones, «como si no tuviéramos que celebrar este año las campanadas con ruedas de molino…»
Jajajajaja, unjubilado pues que no podriamosssss comer XD
Yo algunos años he tomado gominolas, caramelos… Las uvas me producen un poco de nauseas XD
Pues menos mal que el excedente fue de uvas XD.
No sabía de qué venia la costumbre.