Un homenaje a los despistes de Carmen Sevilla, que tanta gracia han provocado en mucha gente. Nunca un Telecupón fue algo tan divertido y ameno. Carmen conseguía hacernos reír con sus zapatillas de estar por casa debido su odio a los zapatos de tacón estrechos, su chichimorri, sus castañuelas virtuales, sus accidentes en el escenario, sus ovejitas y toda la ternura que inspiraba a la audiencia. Es una pena que ahora se le haya confirmado un principio de alzheimer.
Recuerdo que no nos perdíamos ni un programa del telecupón, es muy simpática y sencilla, espero que su enfermedad no avance muy deprisa.
Fijate que no compraba cupones y no me lo perdia ni una noche.
Como dice Conchi, ojalá avance despacio…