Los problemas visuales se dividen en tres clases: refractivos, motores y sensoriales. Dentro de los defectos refractivos nos encontramos con varias patologías del ojo, que son la miopía, hipermetropía, astigmatismo, presbicia (o «vista cansada») y cataratas. Suelen ser los más normales y están causados por una formación defectuosa de las imágenes de los objetos en la retina. Pueden ser por desenfoque, como en la miopía, hipermetropía, astigmatismo o presbicia, o por oclusión total o parte del paso de la luz, como ocurre cuando se padecen cataratas.
Estas alteraciones se pueden solucionar con el empleo de gafas o lentes de contacto, así como operaciones de cirugía refractiva. La visión normal y saludable se produce cuando la luz es enfocada directamente sobre la retina y no delante ni detrás de ella. Una persona que tenga la vista normal, podrá ver objetos perfectamente estando cerca o lejos.
Miopía
El indicio principal de la miopía es la visión borrosa de objetos lejanos, más o menos cuando están más lejos de seis metros de nosotros. La miopía es una alteración que padecen las personas que poseen globos oculares de gran diámetro, o córneas con demasiada curvatura. Este defecto de refracción del ojo hace que los rayos de luz paralelos que vienen del infinito converjan en un punto focal emplazado delante de la retina, a diferencia de en la misma retina como sería normal.
Este es el defecto contrario a la hipermetropía, en el que los rayos llegan a la retina antes de confluir. La causa de la miopía no se conoce exactamente, aunque una razón primordial es el factor genético. Generalmente la miopía se presenta en la infancia, en el transcurso de la etapa escolar, evolucionando durante el crecimiento para estabilizarse hacia los 20 años.
Hipermetropía
La característica principal de la hipermetropía es la visión borrosa de los objetos cercanos, más o menos cuando se encuentran cerca de nosotros hasta un máximo de seis metros. Se trata de una perturbación que sufren las personas con globos oculares de diámetro pequeño. La hipermetropía se suele padecer durante la infancia, pero no suele mejorar durante el crecimiento como sí lo hace la miopía.
También está definida genéticamente, y suele ocasionar dolores de cabeza, generalmente al final del día, debido al esfuerzo persistente que realiza el ojo para acomodar la visión.
Astigmatismo
La señal principal del astigmatismo es la visión borrosa de las formas verticales, horizontales o diagonales. Se trata de una alteración del ojo provocada por una curvatura irregular de la córnea, que ocasiona que a la retina nos lleguen las imágenes desenfocadas.
El astigmatismo puede aparecer indistintamente desde el nacimiento, o bien se puede desarrollar a lo largo de la vida de la persona que lo sufra.
Presbicia
Debido al paso del tiempo, los músculos del cuerpo humano pierden elasticidad y se hacen menos potentes. Al músculo ciliar, que está situado en el interior del ojo, le sucede esto. A su vez, el cristalino se va haciendo menos flexible, por lo que la capacidad para acomodar y de este modo ver de cerca, se va aminorando con la edad. Si sufrimos presbicia o «vista cansada», no podremos ver con claridad los objetos o textos cercanos.
Muy buen contenido, gracias.