El nuevo curso ya está aquí. Cantidad de ciudades españolas reciben miles de estudiantes de primer año, quienes pasarán los siguientes años hincando los codos, divirtiéndose y aprendiendo a vivir por su cuenta en un lugar nuevo.
Para muchos, mudarse a una ciudad más grande supone un gran reto. El cambio de entorno y de amigos puede ser un proceso muy agotador y estresante. Para tranquilizar
a la chavalada, presentamos varios consejos que os permitirán arreglároslas mejor en la gran urbe.
Alojamiento
Lógicamente, lo primero que hay que buscar al mudarse a una ciudad grande es un techo. La elección del barrio dependerá de los fondos en tu cuenta. No obstante, hay varios factores que se deben considerar al decidir dónde buscar piso:
Distancia a la facultad: lógicamente, cuanto más cerca, mejor. No hay nada peor que perder tiempo de forma innecesaria en buses y metros. Sobre todo los primeros meses, cuando aún puedes perderte en la geografía local.
Cerca del centro: no nos engañemos, cuanto más cerca de la fiesta en el centro, mejor. La carrera no es solo estudiar, sino también conocer gente nueva y cerrar bares. Lo más aconsejable es vivir en los alrededores del centro, y no en el mismo centro. Recuerda que en algún momento dado querrás estudiar en paz o dormir bien, y el ruido del centro te acabará molestando.
Puntos gastronómicos: a veces, en los días de clases intensivas, simplemente no hay tiempo para cocinar. Recomendamos echar un vistazo a la zona del piso, que haya por lo menos uno o dos restaurantes.
Residencia o piso
No hay un alojamiento más barato y estudiantil que la residencia. Sin embargo, es difícil conseguir una plaza, ya que hay muchos más candidatos que camas. Además, algunas residencias suelen tener otros criterios, como los ingresos de la familia del estudiante o las notas del año anterior.
Los gastos de alojamiento en la residencia dependen de la ciudad y de la universidad asociada. Asimismo, algunas residencias consideran las rentas familiares a la hora de determinar los precios. Por lo general, oscilan entre los 200 y los 400 € al mes. Lógicamente, las habitaciones individuales son más caras que las compartidas.
Los precios suelen incluir todas las facturas (luz, agua e internet), aunque algunas residencias las cobran aparte en función del uso. Si al principio resultara un gasto considerable, comprueba las posibilidades que ofrecen los créditos rápidos. Son una buena solución temporal antes de que puedas encontrar algún currillo de fin de semana o te llegue la beca.
La residencia es una opción maravillosa para los estudiantes de primeros años. Garantiza unas vivencias inolvidables y refleja perfectamente lo que es la «vida estudiantil». Además, en la residencia conocerás a mucha gente, y por qué no, al amor de tu vida.
Alquilar un piso o una habitación
Los estudiantes más adinerados o a los que no les guste estar rodeados de gente probablemente prefieran vivir en un piso. Los precios de alquiler varían enormemente en función de la ciudad en la que vayas a estudiar. En Madrid, Barcelona y Salamanca puedes toparte con precios de alquiler desorbitados.
Un piso para ti solo significa principalmente comodidad. Se distingue de la residencia en que nadie te vigila ni te impone reglas, como la de prohibir alojar a gente en tu habitación, un clásico en la mayoría de residencias. Si vives solo en un piso, serás el capitán del barco. Si lo compartes, se pueden establecer reglas en común con los compañeros.
Compartir piso conlleva cantidad de ventajas, ya que se reparten tanto los gastos como las obligaciones cotidianas. Hacer cosas en grupo es mucho más agradable y rápido.
¡Sobre todo si decides vivir con tus amigos