Elegir qué ropa comprar para luego decidir, entre toda la que tienes, qué ropa ponerte, es un trámite por el que pasamos todos y los vestidos no son una excepción. Esta prenda destaca por su comodidad, sin embargo, hay una gran variedad de tipos de vestido y no siempre es sencillo quedarse con el que más nos pega. Aquí van algunos consejos que quizás puedan ayudarte la próxima vez que vayas a comprar o que abras el armario.
Vestido según la ocasión
No es lo mismo una comida familiar, una comunión o una boda que una noche de ocio, es por ello, que hay que ser consecuentes con la elección del tipo de vestido que se elija. Una de las decisiones más difíciles es si optar por uno largo u otro corto.
Por una parte, en ocasiones solemnes, existe la tendencia a usar modelos de tiro largo, ya que se tratan de circunstancias en las que se suele estar la mayor parte del tiempo en posición estática. Por otra, si la cita a la que se acude es más informal, puede ser conveniente utilizar vestidos de fiesta.
Los vestidos cortos han ganado mucha popularidad en los últimos tiempos, al tratarse de formatos versátiles y que permiten una mayor movilidad, por ejemplo, para bailar. Si te apetece romper estereotipos, los vestidos cortos son también una buena decisión para lucir jovial y alegre. También es importante combinar el vestido con un buen calzado y con complementos. Aunque esto depende del gusto particular de cada persona, una de las grandes ventajas de los vestidos cortos para fiestas es que combinan tanto con tacones como con zapatillas.
¿Por qué elegir vestidos cortos?
Ya hemos hablado sobre su versatilidad, sin embargo, existen muchos otros factores destacables de los vestidos cortos. Ahora que llega el verano, las altas temperaturas nos invitan a ir más sueltos y frescos. Es importante dejar respirar a la piel para evitar el sudor y situaciones incómodas.
Este tipo de prendas tienen las mangas anchas y suelen ser holgadas, por eso, los vestidos cortos son la opción preferente durante la primavera y los meses más calurosos del año, de junio a buena parte de octubre. Además, durante esta época tendemos a pasar más horas en la calle: el tiempo incita a no permanecer encerrado en casa, a salir a las terrazas para tomar algo, hay más festivales en todas partes, disponemos de semanas enteras de vacaciones, etcétera.
Es por ello que acudimos con frecuencia a todo tipo de acontecimientos y celebraciones, tanto por el día como por la noche, situaciones donde es posible hacer gala de nuestro glamour y también, por qué no decirlo, de nuestras piernas. En estas circunstancias, no hay nada mejor que lucir vestidos de fiesta cortos; por el contrario, los vestidos largos suponen algunos inconvenientes, como el mencionado calor o, si pretendemos ir a una fiesta en la playa, que se nos pueda ensuciar con el agua de la orilla y la arena, algo que con un modelo corto no nos sucedería.
Hoy día, hay una gran oferta de vestidos en el mercado, sin embargo, aquí hemos querido remarcar el pragmatismo y funcionalidad de los vestidos de fiesta cortos, especialmente en estas fechas estivales y calurosas. A pesar de ello, pueden ser también una opción viable en las estaciones de otoño e invierno, si se usan conjuntamente con leggins o medias. Al haber una gran disponibilidad, puedes encontrar todo tipo de conjuntos que te favorezcan, independientemente del tipo de cuerpo que tengas.
En conclusión, aunque existe también variedad de modelos de fiesta largos, los vestidos cortos son cada vez más atemporales y están cada vez más de moda, ya que te permiten ir desahogada sin perder un ápice de elegancia. Por todo ello, la próxima vez que vayas a la tienda y te plantees qué comprarte para ir a un evento o fiesta, valora usar un vestido corto.