Desde el punto de vista científico, los dinosaurios no cuentan tanto como la mayoría de gente cree. Nunca existieron más que unas pocas especies de dinosaurios grandes vivos en ningún momento determinado.
Efectivamente, producen en nosotros una gran fascinación ¿quién puede olvidar al Tyranosaurus rex, al Brontosaurus y al Triceratops? De todas maneras, eran análogos a los modernos elefantes y rinocerontes, animales de gran belleza e interés, pero con poca información sobre la vida en la tierra en general.
Añadamos a esto el hecho de que los dinosaurios, por ser animales terrestres, raras veces dejaban fósiles (al ser terrestres, sus cadáveres quedaban a la intemperie y eran devorados por carroñeros, desapareciendo luego por agentes climáticos), y tendremos una situación en la que el tipo de fósil que es más interesante para el público en general, resulta probablemente el menos interesante para los científicos.
Un metro cúbico de piedra caliza de algunos lugares puede contener fácilmente algo menos de dos millones de conchas fósiles… los restos de los pequeños animales que vivían en las plataformas continentales. Esto es un registro fósil mucho mayor que el proporcionado por todos los dinosaurios en todos los museos del mundo.
