La vieira o venera es ornamento pleno de significados. La encontramos como motivo ya en algunas monedas fenicias acuñadas en Sagunto durante el segundo siglo antes de Cristo, y sea por razones simbólicas o puramente decorativas, es icono que abunda en fachadas, sepulcros, fuentes, mosaicos, esculturas, vidrieras, vasos, objetos de adorno y muchas otras formas de arte.
Para los budistas chinos es emblema de la buena suerte, signo de viajes propicios y de fecundidad. Para los aztecas la vieira representaba la matriz de la mujer y el nacimiento. En su Historia Naturalis, Plinio la llama venera, de acuerdo con la tradición que la relaciona con la diosa Venus, y es símbolo de regeneración y nacimiento.
En la iconografía cristiana no aparece hasta el siglo XII, y está vinculada al Camino de Santiago. La más antigua (1140) figura en la imagen del Santiago peregrino en el pórtico occidental de la preciosa iglesia románica de Santa Marta de Tera, en Zamora.
Desde entonces ha sido un símbolo casi imprescindible tanto en imágenes como en construcciones relacionadas con el peregrinaje compostelano. Un modelo de abundancia (más de 300) es la salmantina Casa de las Conchas, de finales del siglo XV.
En heráldica, es la concha por antonomasia, y aparece desde el siglo XIII, ya en los orígenes de los escudos de armas, en los que según se afirma simboliza constancia y lealtad. También contienen veneras los escudos de numerosos apellidos y están secularmente vinculadas a algunas ciudades, como La Coruña, donde también se acuñó moneda y cuya ceca tenía como símbolo una de esas conchas.