Norman Thomas, eterno candidato socialista a la presidencia, fue nominado seis veces a dicho partido. Aunque los socialistas lo degradaron, Thomas se mantuvo firme en su cruzada por la justicia social y económica, apoyando las huelgas de trabajadores, luchando contra el Ku Klux Klan, la brutalidad policial, los fascistas y la corrupción. También formó un comité para evitar la guerra en América.
Varias veces le vetaron de plataformas públicas, y numerosas veces le lanzaron huevos o gas lacrimógeno, siendo incluso secuestrado y deportado cuando trató de dar discursos. Aun así, la mayor de las protestas, fue la que recibió en Nueva Jersey en 1938. Cuando estaba iniciando su discurso, una congregación de 200 personas y 30 hombres de una banda, aparecieron en la multitud.
Así es como Thomas recibió una lluvia de huevos podridos y verduras durante el discurso en que atacaba el eterno caciquismo del alcalde Frank Hague, de Nueva Jersey.
Newark, 4 de Junio de 1938. Fotografía tomada por Ralph Morgan.