La elección de un buen tratamiento capilar es la única forma que tenemos las personas de lucir una melena radiante e hidratada. Para ello hace falta conocer tu tipo de cabello y así poder detectar de forma más apropiada tus necesidades. Si es de tu interés, ponte cómodo porque te traemos muy buena información.
El cabello está cada día expuesto a miles de agentes que le hacen daño y evitan que esté sano. La contaminación, los productos con exceso de químicos, entre otros, afectan de forma nociva la salud y el bienestar de esta parte del cuerpo y de ahí que los tratamientos sean las herramientas más apropiadas para hacerle frente.
El caso está en que decidirse se hace una tarea complicada pues son muchos los factores que intervienen, como el tipo de cabello, el problema que presente, el largo del mismo, etc…, por lo que probar diferentes tratamientos es lo más recomendable para el cabello.
Los tratamientos capilares, a diferencia de lo que se piensa, no sólo son necesarios para melenas largas y abundantes y, muchísimo menos, destinados únicamente a mujeres.
La realidad es que el cabello necesita conservar en buen estado el nivel de queratina que posee, pues sólo de esta forma logrará tener una representación hidratada como la que deseamos.
Hoy en día, existen muchísimos tipos de productos que se han destinado al cuidado y protección tanto del cabello como del cuero cabelludo. Esto ha ocasionado, de forma exponencial, una mejora en el estado de salud de esta zona si se compara con las cabelleras existentes hace unos años atrás.
Sin embargo, para que los resultados puedan ser realmente efectivos, se hace necesario valorar todas las clases de productos que existen y las potencialidades que tienen para dar el resultado esperado.
Tipos de tratamientos capilares
A la hora de decidirse por un tratamiento capilar, más allá de sus componentes, hace falta saber que cada fórmula aporta un beneficio distinto, así que ahora procederemos a verlo:
- Ampollas: tienen una consistencia líquida que puede estar hecha con base de algún aceite esencial o de otra sustancia enfocada al cuidado del cabello. Debido a que generalmente tienen un contenido muy concentrado, su uso suele ser esporádico, tal vez cada 2 semanas. Se deben elegir con cuidado, pues existen ampollas hidratantes, para cabello teñido, para el planchado, etcétera.
- Lociones: son tratamientos líquidos específicos para contrarrestar los efectos de alguna enfermedad como la alopecia.
- Las cremas para peinar: funcionan como una especie de acondicionador que no necesita enjuagarse. Tienen la ventaja de permitir moldear el cabello con más facilidad y además actúan como una capa protectora para prevenir que éste se maltrate en exceso con los efectos medioambientales.
- Champús y acondicionadores generales: son productos cosméticos que han sido diseñados con fórmulas específicas para lograr cierto efecto sobre el cabello, para que le ayude a mejorar su aspecto. Éstos pueden estar orientados al cuidado de cabellos rizados, lisos, teñidos, para la caída, etcétera.
- Champús y acondicionadores recetados: como su nombre lo indica tienen una fórmula que cumple un procedimiento muy específico para contrarrestar alguna condición capilar. Éstos suelen estar orientados por especialistas en dermatología y se encuentran en farmacias, a un coste un poco mayor que el de los productos generales.
Preocuparse porque el cabello goce de buena salud, es una clara señal de buena higiene, que también va en vinculación directa al hecho de procurar estar sano en todo el organismo.
Para sacarle el mayor provecho, lo principal es reconocer el problema y utilizar productos enfocados específicamente a eso. Por ejemplo, para una persona cuyo cuero cabelludo produce grandes cantidades de caspa, lo indispensable será utilizar productos que lo liberen de esta molesta seborrea y permitan lucir un cabello limpio todo el día.
Por otro lado, aprovechar un momento para atenderse y disfrutar de un masaje en el cuero cabelludo es muy gratificante y relajante, asunto que se hace bastante valioso en la actualidad.