La máquina Z es un generador de rayos X empleado en los Sandia National Laboratories de Albuquerque (Nuevo México, Estados Unidos). Se utiliza para verificar el comportamiento de varios materiales expuestos a condiciones de altas presiones o de altas temperaturas. Fue ideada para que en un futuro, las plantas nucleares fuesen más eficaces o también realizar diversos estudios sobre la física que rige las erupciones solares.
La máquina Z funciona cuando sus 36 cables principales, que son del tamaño del cuerpo de un caballo, brillan al unísono lanzando impulsos de 50 billones de vatios hacia el objetivo. En éste existe una lata con hilos metálicos de tungsteno más finos que el cabello humano. Estas descargas eléctricas de gran intensidad, vaporizan los filamentos obligándoles a marchar hacia el interior a una velocidad de 4.828 kilómetros por segundo.
Esto los convierte en una cortina de plasma cilíndrico que libera una gran cantidad de energía, generándose un pulso de rayos X y una onda de choque cuando las fuerzas de Lorentz comprimen radialmente el plasma en un proceso denominado z-pinch (pinzamiento-z). La implosión de plasma también genera una temperatura de 3.500 millones de grados centígrados, una de las más altas que ha creado artificialmente el ser humano.
En el centro de la máquina se encuentra un cuarto vacío, que tiene un diámetro de 3,05 metros y una profundidad de 6,1 metros. El cuarto está rodeado por enormes baterías condensadoras que almacenan la electricidad para hacer funcionar el mecanismo.
La Máquina Z, al liberar electricidad, produce un poderoso campo magnético con corrientes eléctricas entre todos los objetos metálicos del cuarto vacío, de ahí los rayos y chispas. El cuarto alberga dos millones de litros de aceite aislante y dos millones de litros de agua desionizada, cuya misión es aislar los 36 cables principales.
Aunque esta máquina puede crear extraordinarios impulsos, el resultado y la energía que consume es nimia, pues tan sólo genera electricidad para iluminar 100 casas durante dos minutos, pudiendo ser suministrada mediante las tomas de corriente murales por las compañías eléctricas locales.
La Máquina Z logró el record Guinness en febrero de 2006 al rebasar los 2.000 millones de grados Kelvin empleando una corriente de 20 millones de amperios de intensidad.