No hay nada más agónico que una cobertura pobre en nuestro móvil. En la casa de mi suegra, por ejemplo, es apenas inexistente y no se puede emplear Internet dentro del hogar, por lo que tienes que salirte a la calle. Y eso que vive en una ciudad grande, así que la falta de cobertura no se limita sólo a lugares montañosos, barcos aislados en el mar o pueblos remotos, sino que a veces parecen confluir ciertas características de la ubicación de nuestra vivienda que condenan el ámbito para recibir llamadas telefónicas o navegar por Internet en condiciones.
La causa de esta falta de cobertura puede deberse a diferentes razones, como el emplazamiento de las antenas de nuestro operador de telefonía o la frecuencia que empleen. También puede ser provocada por elementos de obstrucción entre la fuente de recepción (nuestra casa) y la antena de telefonía, como montañas, desniveles del terreno, bosques, edificios circundantes o las propias paredes de nuestra casa. Cuanto mayor grosor tengan, peor señal recibiremos, por lo que es normal tener una cobertura ínfima si vivimos en una casa rural o una vivienda antigua con muros de piedra.
Ante esta falta de cobertura, que puede ser exasperante en nuestra vida diaria, es necesario buscar una solución. Si habéis probado aplicaciones que prometen mejorar la señal de vuestro móvil, habréis descubierto que al final no funcionan, sin importar si hablamos de iPhone o cualquier smartphone, por lo que mejor no perdáis tiempo en ello.
Lo más eficaz en estos casos es instalar un repetidor GSM, que amplificará la señal de telefonía e Internet en nuestra casa. Existen varias clases de repetidores, que encontraremos bajo los estándares 2G, 3G o el novedoso 4G.
El repetidor 2G es el que nos permitirá tener una telefonía básica decente, pudiendo realizar y recibir llamadas de calidad normal o enviar mensajes SMS. En cuanto a Internet, nos permitirá navegar por la red utilizando el estándar GPRS, que es una evolución del GSM.
Con un amplificador 3G, no sólo podremos tener una conexión de Internet más veloz, sino que la calidad de las llamadas de voz también se verá incrementada. Aunque debemos verificar que nuestro móvil sea compatible con el estándar 3G, a día de hoy está sobradamente extendido entre todos los modelos de smartphones o iPhones.
Lo mismo no pasa con el estándar 4G, el cual es todavía relativamente nuevo, por lo que si decidimos adquirir un repetidor 4G, debemos verificar que nuestro móvil puede aprovechar al máximo sus ventajas. Las virtudes del 4G se basan en la mejor calidad de voz en llamadas al igual que en la velocidad de Internet, la más rápida que permite nuestra tecnología inalámbrica actual.
Luego debemos consultar las frecuencias que se emplean en nuestro país para cada uno de estos estándares. En España se utilizan las bandas de frecuencia de 900MHz y 1800MHz para el 2G, por lo que tener un repetidor que sea compatible con ambas será lo mejor para que nos funcione con cualquier operadora de telefonía. Si queremos optar por el estándar 3G o 4G, tendremos que buscar un repetidor que emplee la banda de frecuencia de 2100MHz. Aunque el amplificador suele ser compatible con las tecnologías y redes más comunes (como Movistar, Vodafone, Orange, Yoigo y otros operadores móviles virtuales), es mejor verificar que el repetidor se adaptará sin problemas a la frecuencia de nuestra operadora.
Por ejemplo, estas serían las frecuencias de la cobertura Orange:
Llamadas de telefonía, SMS y flujo de datos 2G (GSM y GPRS) a 900MHz
Llamadas de telefonía, SMS y flujo de datos 2G (GSM1800 o DCS y GPRS) a 1800MHz
Llamadas de telefonía, SMS y flujo de datos 3G (UMTS) a 2100MHz
Llamadas de telefonía, SMS y flujo de datos 4G (UMTS) a 2600MHz
Según nuestra compañía telefónica, tendremos que asegurarnos de que el repetidor trabaje a una frecuencia compatible.
También debemos tener en cuenta el alcance de emisión que tendrá en nuestra casa, pues no todos los amplificadores irradian la señal de igual manera. Aunque esto no puede suponer un problema en la mayoría de casos, si queremos disponer de señal en el jardín y nuestra casa es enorme, necesitaremos que el radio de alcance del repetidor cubra la distancia requerida.
La instalación del repetidor es muy sencilla, ya que al adquirirlo se suelen suministrar todos los elementos necesarios. Primeramente se instala una antena receptora en el exterior de la casa, normalmente en el tejado, ya que es el emplazamiento más favorable para recibir una señal intensa. Para orientar correctamente la antena a la torre de telefonía más próxima, podemos consultar algún listado o fuente que nos proporcione su ubicación, o simplemente podremos emplear el indicador de intensidad de señal del repetidor para saber dónde dirigirla.
De esta antena exterior luego extendemos un cable que llega al repetidor que se encuentra dentro de la casa. Y de ese mismo repetidor conectamos otro cable a una antena interior, que será la encargada de repartir la señal con eficacia a todos los dispositivos que haya en el hogar, como móviles, tablets o receptores Wifi.
En este vídeo podemos verlo de una manera más gráfica:
Si creemos que la señal que llega a la antena exterior es débil, debemos optar por un modelo cuya antena exterior tenga un valor dBi lo más alto posible, como 9 por ejemplo, mientras que los valores normales oscilan sobre los 6.
Conociendo nuestras necesidades y posibilidades, ya podemos decantarnos por un repetidor que aumente nuestra cobertura de móvil o cualquier otro dispositivo inalámbrico en nuestra vivienda. Por cierto, nadie da duros por pesetas, así que desconfiad de los repetidores de señal baratos, ya que simplemente perderéis el tiempo y os quedaréis con otro trasto inservible en casa.