Este pescador se creía que podría hacerse la foto con el trofeo de pesca y salir impune por ello, pero no fue así. El tiburón quiso vengarse antes de morir y le pegó un buen mordisco.
La verdad que viendo la herida, no me quiero ni imaginar el daño que haría a un humano si se le diera más movilidad y tiempo al escualo.
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Qué susto… No me quiero imaginar si te coge uno más grande… Para que luego digan que no hacen nada…