Últimamente, y gracias a los precios tan competitivos que existen, viajar en avión está al alcance de más personas y supone una ventajosa forma de viajar. Lo mejor es que el ocio también ha mejorado a bordo de un avión, ya que podemos ver películas, o disfrutar de Internet gracias al wifi que poseen los aviones, por no mencionar que es posible emplear dispositivos electrónicos durante todo el vuelo.
Esta clase de avances son el resultado en la evolución normal de la tecnología y la ciencia; por eso nos sigue extrañando una cosa, y es que la comida que se sirve en los aviones no supone una gran experiencia culinaria. ¿Por qué la comida de los aviones sigue siendo tan insípida?
Lo primero es que las empresas que se encargan de preparar la comida que se servirá en los aviones, centran sus esfuerzos especialmente en la consistencia y seguridad del menú, dejando algo de lado que la comida sea una experiencia gourmet. Otro escollo a tener en cuenta es la diversidad cultural de los pasajeros, por lo que las costumbres gastronómicas son muy amplias y se buscan comidas estándar que satisfagan los paladares de todos.
Según las investigaciones realizadas por científicos de la Universidad de Cornell en Nueva York, las condiciones que existen cuando volamos a gran altura, como el cambio de presión atmosférica y la humedad del avión, no ayudan a que nuestra percepción de sabores trabaje correctamente. Es por ello que podemos sentir el sabor dulce de manera distinta. También que no todo reside en las papilas gustativas, sino que sentidos como el oído o la vista son capaces de interactuar para estropearnos el sabor de la comida.
Este es un asunto que muchos cocineros han intentado solucionar y en el que han aportado sus descubrimientos, como decantarse por platos como la carne estofada, debido a que tiene un sabor más fuerte y conserva mejor la humedad inicial del plato, si lo comparamos con otras comidas.