En las temporadas de lluvias abundantes, se crean las condiciones climáticas propicias para que las langostas del desierto (Schistocerca gragaria) se reproduzcan y formen grupos de enjambres que pueden llegar a invadir países enteros.
Estas condiciones se dieron en el año 2004 en África occidental, aunque mucho peor fue la plaga que sufrieron entre 1987 y 1989. La avidez del insecto es tal que una parte reducida de la nube de langostas, lo que en peso supondría cerca de una tonelada, es capaz de ingerir en un día, la misma cantidad de alimentos que 10 elefantes o 2.500 personas.
Los enjambres se desplazan de manera rápida atacando y destruyendo todo lo que encuentran a su paso, lo que provoca epidemias de hambre en grandes zonas que han asolado. En el Antiguo Testamento se hablan ya de las langostas del desierto como una de las grandes plagas de Egipto.
La condición en África Occidental fue tan trágica en 2004, que la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) estimó los costes de combatir la invasión de la plaga en más de cien millones de dólares.
Y lo peor de todo es que, como siempre, los desastres naturales parecen cebarse en las zonas más pobres del plantea, quizá porque carecen de recursos con que defenderse de ellas. Espeluznantes las langostas, me dan un asquito…
Pero qué miedo por favor! En serio, solo con pensarlo se me ponen los pelos de punta. Con el asco que me dan esos bichos!!
Saludoss!
Me ha impresionado al ritmo que son capaces de ingerir.
Qué angustia tiene que dar la plaga.