El pozo fue descubierto por accidente en 1971 cuando la Unión Soviética excavó en sus profundidades para obtener petróleo y gas natural, y vieron cómo todo su equipo y las tiendas eran tragadas por la tierra. De esta manera hallaron una cueva subterránea de gas natural de 60 metros de diámetro y 20 metros de profundidad a la que prendieron fuego. Con el tiempo las excavaciones se abandonaron. Aun así, desde hace casi medio siglo el cráter sigue ardiendo constantemente ofreciendo un espectáculo majestuoso y se desconoce cuándo se extinguirá.
Para evitar accidentes, el pozo fue vallado debido a que este es uno de los lugares más interesantes de la región y podría convertirse en un peligroso destino turístico. El olor del gas natural en combustión se puede distinguir desde lejos y se hace más fuerte en las cercanías del cráter.
En los alrededores de la zona existen otros cráteres de barro, pero no poseen actividad alguna.