¿Una primavera cálida frenará el coronavirus?

Todavía no sabemos si el coronavirus SARS-CoV-2 que se está propagando tan rápidamente por todo el mundo, tendrá el mismo comportamiento estacional que la gripe. Así que desconocemos si disminuirá con la llegada de la primavera. Y es que muchos científicos dicen que es demasiado pronto para saber cómo se comportará este virus en un clima más cálido.

Existen docenas de virus en la familia de los coronavirus, pero sólo siete afligen a los humanos. Se sabe que cuatro de ellos causan resfriados leves en las personas, mientras que otros son más novedosos y mortales, y se cree que se transmiten por medio de animales como murciélagos o camellos.

Los funcionarios de salud han etiquetado a este nuevo virus como SARS-CoV-2 y a su enfermedad como COVID-19.

La perspectiva de que el verano pueda frenar la actual pandemia sería todo un alivio para el mundo. El mes pasado, el presidente Donald Trump tuiteó sobre los esfuerzos de China para contener el virus, diciendo que tendrían éxito, «especialmente cuando el clima comenzara a calentarse».

Los virus que causan la gripe y otros resfriados más leves, tienden a disminuir en los meses más cálidos porque estos tipos de virus poseen lo que los científicos llaman «estacionalidad».

Así que la creencia de que el coronavirus SARS-CoV-2 podrá debilitarse con el buen tiempo, tiene cierto respaldo científico.

Pero tampoco sabemos si el coronavirus SARS-CoV-2 se comporta de la misma manera. Los que actualmente estudian la enfermedad, dicen que todavía es demasiado pronto para predecir cómo responderá el virus a los cambios de clima.

«Espero que este coronavirus sea estacional, pero es difícil saberlo», dijo Stuart Weston, becario postdoctoral de la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland, donde se está estudiando activamente el virus.

A día de hoy 29 de marzo, se han confirmado más de 686.000 casos de coronavirus en 199 países, y los expertos afirman que es probable que la enfermedad siga propagándose.

En general, ¿qué sabemos sobre los virus?

A nivel básico, se puede pensar en la gripe y los coronavirus como una colección de proteínas y lípidos. Pasan de una persona a otra a través del contacto físico, pero también pueden sobrevivir en superficies o en las gotas respiratorias de toses y estornudos de personas enfermas.

Una vez fuera del cuerpo humano, las fuerzas externas harán que el virus se inactive. El alcohol del desinfectante para manos, por ejemplo, descompone estas proteínas y lípidos, haciendo que el virus sea menos estable y tenga menos probabilidades de causar una infección con éxito.

Las investigaciones sobre el motivo por el cuál algunos virus son estacionales, se han centrado en gran medida en los que causan la gripe, una enfermedad asociada desde hace mucho tiempo a los meses de invierno.

La «temporada de gripe» generalmente dura de octubre a marzo o abril. Los científicos tienen varias teorías de por qué es así.

Algunos sugieren que, para protegerse del frío, la gente se agrupa más en interiores, donde la transmisión de persona a persona se hace más probable.

Para entender por qué en las latitudes septentrionales existe un aumento de los casos de gripe durante el invierno, los investigadores han observado cómo se propaga el virus en diferentes niveles de temperatura y humedad.

Y una investigación relativamente reciente sugiere que el aire seco y frío, también puede ayudar a los virus a permanecer intactos en el aire o a viajar más lejos a medida que se transmiten por el aire.

Uno de los primeros estudios que comprobó cómo las condiciones ambientales afectaban a la transmisión del virus se publicó en 2007, y analizó cómo se propagaba la gripe a través de unas cobayas infectadas en un laboratorio.

Las altas temperaturas y, en particular, una elevada humedad, frenaron la propagación de la gripe; y a niveles de humedad muy altos, los virus incluso llegaron a dejar de propagarse por completo.

El aire más caliente contiene más humedad, lo que impide que los virus transportados por el aire viajen tan lejos como lo harían en el aire seco.

En condiciones húmedas, las pequeñas gotas de líquido en la tos o el estornudo acumulan más humedad al ser expulsadas. Eventualmente, como son demasiado pesadas para mantenerse en el aire, caen al suelo.

Los estudios realizados fuera de laboratorio muestran resultados similares, aunque algunas regiones tropicales tienen más casos de gripe durante la temporada de lluvias, cuando las personas también se agrupan en el interior.

Los científicos tienen la hipótesis de que la baja humedad, que a menudo se produce en invierno, podría perjudicar la función de la mucosidad de la nariz, que el cuerpo utiliza para atrapar y expulsar cuerpos extraños como virus o bacterias.

El aire frío y seco puede hacer que esa mucosidad normalmente pegajosa, sea más seca y menos eficiente para atrapar un virus.

Ian Lipkin, director del Centro de Infección e Inmunidad de la Universidad de Columbia, ha estado estudiando el nuevo coronavirus. Dice que la luz del sol, que es menos abundante en invierno, también puede ayudar a descomponer los virus que se han transmitido por las superficies.

«La luz ultravioleta descompone el ácido nucleico. Casi esteriliza las superficies. Los espacios exteriores son generalmente más asépticos que los interiores simplemente por esa luz ultravioleta», dijo.

Otro ejemplo de la efectividad de la luz ultravioleta para matar bacterias y virus, la tenemos en que a menudo, se usa en hospitales para esterilizar equipos.

¿Qué nos dice esto sobre este coronavirus?

Aunque tanto el coronavirus como la gripe son infecciones respiratorias, no se sabe lo suficiente sobre el SARS-CoV-2 como para predecir si tendrá los mismos patrones estacionales.

Para entender mejor este brote, los científicos están buscando brotes comparables como el SARS y el MERS. El SARS, que comenzó a propagarse a finales de 2002, comparte casi el 90 por ciento de su ADN con el virus actual.

El brote de SARS comenzó en noviembre y duró hasta julio, lo que aportó indicios de su estacionalidad, aparte que su exitosa contención fue fruto de una intervención temprana.

En otras palabras, ¿desapareció con un clima más cálido, o simplemente funcionaron correctamente los esfuerzos de tratamiento y prevención?

El MERS comenzó en septiembre de 2012 en Arabia Saudita, donde las temperaturas son generalmente altas. A diferencia del SARS, nunca fue contenido completamente, y ocasionalmente se notifican nuevos casos.

De hecho, el nuevo coronavirus también ha empezado a circular localmente en Oriente Medio, concretamente en Irán, Pakistán y los Emiratos Árabes Unidos.

«No vimos demasiada evidencia de estacionalidad en el MERS», dijo Weston.

Pero no está claro si el SARS y el MERS eran verdaderamente estacionales o si este virus imitará al SARS.

Weston dijo que su laboratorio está enfocado en el desarrollo de tratamientos y vacunas para el virus, pero advierte que probablemente no estarán disponibles hasta dentro de un año o más tiempo.

¿Qué es lo siguiente?

El epidemiólogo de Harvard, Marc Lipsitch, no cree que ningún cambio en el clima pueda afectar la propagación del virus. COVID-19 ha sido documentado en todo el mundo.

Si el virus es algo parecido a un típico virus de la gripe, puede empeorar en las regiones del hemisferio sur a medida que cambien las estaciones.

David Heymann, de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, dijo que no se sabe lo suficiente sobre este nuevo virus para predecir cómo cambiará con las diferentes condiciones climáticas.

«El riesgo de hacer predicciones sin basarse en pruebas, es que podrían, si se demuestra que son incorrectas, ser tomadas como verdaderas y dar una falsa seguridad», dijo Heymann por correo electrónico.

«El énfasis hoy en día debe seguir siendo la contención para eliminar el virus», advirtió.

Según los Centros para el Control de Enfermedades (CDC), las personas son más contagiosas cuando muestran síntomas. Sin embargo, algunos expertos sospechan que los recuentos oficiales pueden subestimar el número de personas infectadas, ya que no todos los infectados desarrollarán una enfermedad grave.

«Sólo contamos los casos más graves», dijo Weston. «Es probable que existan muchas infecciones que no se estén detectando».

Muchos expertos afirman que el SARS-CoV-2 probablemente se hará endémico, uniéndose a los otros cuatro coronavirus existentes que causan resfriados leves, o bien se convertirá en un peligro para la salud estacional como la gripe.

Para prevenir el contagio de cualquier virus, la Organización Mundial de la Salud recomienda lavarse las manos frecuentemente, evitar el contacto cercano con aquellos que muestren síntomas como tos o estornudos, y buscar tratamiento si están enfermos.